Un articulo de: @resurreccion_93
Nunca he podido soportar esos repelentes niños mimados, despreciables malcriados que para conseguir que sus padres les compren el capricho de turno en el supermercado, no dudan en armar un espectáculo bochornoso a base de gritar como energúmenos cuando más concurrido está el establecimiento, llegando en su vandalismo a lanzar objetos y lanzarse ellos mismos al suelo pataleando y revolcándose cual posesos para producir en sus padres un sentimiento de culpabilidad, vergüenza e impotencia; los padres faltos de todo sentido de disciplina y de autoridad, presos de ese asqueroso chantaje emocional, conceden el capricho al monstruito contribuyendo al crecimiento de la bestia, más preocupados por el “qué dirán” las decenas de personas que observan estupefactas y estremecidas a su alrededor el dantesco panorama. Cuchichean, murmuran, critican a esos “malvados padres” incapaces de complacer al pobre niño maltratado para posteriormente dar lecciones de educación y recordándoles los terribles traumas infantiles que pueden derivarse de esa actitud tan dictatorial de los progenitores, huyendo del dialogo salvífico. Siempre he pensado que ese tipo de padres son unos cobardes, timoratos a parte de terriblemente irresponsables. Conceder al salvaje el capricho en esas circunstancias es fomentar su odioso comportamiento, es mandarle el mensaje de que su táctica tiene éxito.
Florentino es ese padre cobarde, timorato e irresponsable que en su afán de no ser criticado por el mundo que le rodea, víctima de sus complejos (ser madridista es hoy uno de esos atributos que debemos hacernos perdonar en esta pestilente sociedad progre que nos toca sufrir) se arrodilla miserablemente ante esos engendros insoportables que chillan y gritan despreciablemente en las portadas de los medios cainitas que pululan por la capital, lo chantajean mafiosamente utilizando esos medios hostiles que se han granjeado el favor de un madridismo ignorante, patético y paleto que cree a pies juntillas todo lo que vomitan esos juntaletras abyectos que sólo desean el fin del Real Madrid. Podríamos pensar que nuestro presidente está siendo víctima de la senectud, que es ya más bien un abuelito chocheando con sus salvajes nietos, pero no, ya hace 10 años actuó de igual manera ante los chantajes galácticos.
Ante esos maleducados sinvergüenzas que amenazan públicamente al presidente y por ende a la entidad, Florentino se rebaja humillantemente, cobarde, temeroso del cuchicheo, la murmuración y la crítica de esos seres despreciables disfrazados de falsos madridistas que lo acongojan con expresiones a las que tiene pavor como “señorío” o “Con lo que nos han dado”. Hace 3 años estos indeseables personajes, con la inestimable colaboración de los medios, chillaron y patalearon, acojonando al presidente que víctima de su pánico no dudo en cargarse de raíz un proyecto deportivo serio, el único que hemos tenido en años, por el simple hecho de que era muy estricto, exigía profesionalidad, dedicación y trabajo tenaz, abandonar compañías tóxicas y defender con todo a la entidad dentro y fuera del campo. Florentino se plegó a sus antojos con la estúpida creencia que la paz sacaría de esos ególatras jugadores un compromiso máximo con el Club y una generosa respuesta de lealtad a su persona. Pero claro cuando eres incapaz de decir “NO” una vez a un niñato insolente, cuando te pliegas a sus deseos, este te toma rápidamente la matrícula y más pronto que tarde volverá a usar su táctica.
Tras fulminar a Mou los mimados niños de Floren estuvieron felices un tiempo e incluso para darle en los diente al malvado portugués decidieron esforzarse para ganar una Champions, una después de 12 años sin olerla ¡Menudo logro! ¿La Liga? ¡No hombre no! Eso ya exigía esfuerzo intenso todas las semanas y tampoco era la alegría para tanto. Una vez pasada la euforia pacificadora decidieron que era suficiente esfuerzo y que la temporada siguiente era para hozar junto a su querido osito de peluche italiano que tan simpáticamente levantaba la ceja ¡Carletto nunca se enfadaba! ¡Que adorable!.
Ante tanta desidia y solaz se recogieron unas calabazas enormes, los resultados fueron los peores posibles y nuestro máximo rival cargado de sobresalientes. A papá Floren le dio un inusual ataque de ira y decidió castigar a los niños tirando a la basura el dulce peluche italiano ¿Respuesta de los malcriados? La lógica después de lo permitido por Floren en anteriores ocasiones, vuelta al pataleo, a los gritos estridentes, al chantaje emocional que tanto avergüenza al presi, se enfadaron los chiquitines ¡Qué incomprendidos! Allí estaba su querida prensa consoladora para airear sus quejas y lamentos, para denunciar al maltratador presidente que no sólo les arrebato su querido osito sino que para más inri y como castigo les puso como tutor un estricto gordo personaje que con métodos muy feos; les hacía sufrir, correr y esforzarse ¡Qué injusticia! Papa Floren no pudo soportar el lamento incansables de estos bichos adorables que decidieron poner en evidencia al tutor malvado, dejándolo con el culo al aire para que el mundo supiese lo inepto e ineficaz que era. Tras cuatro meses humillando al madridismo, chillando como ratas y con displicencia vergonzante en el campo, dañando la imagen del Club hasta el escarnio, otra vez el timorato Floren decidió congraciarse con esa pléyade de mercenarios, cediendo a su enésimo capricho chantajista. El tutor gordo y desagradable ha sido fulminado sin que ni siquiera pudiéramos saber la eficacia de sus métodos ¿Y qué más da? La alegría, el buen rollo y las caras felices vuelven a pasear por Valdebebas. Volvieron a jugar felices, volvieron a divertirse en el campo, habían vuelto a salirse con la suya ¿Hasta cuando su estado de armonía? Hasta la próxima renovación, hasta la próxima suplencia, hasta el próximo ataque de ego… Hasta que papá Floren lo consienta y perder toda esperanza porque papá sólo tiene ojitos para sus REPELENTES NIÑOS MIMADOS, qué Dios nos ampare.
¡HALA MADRID Y NADA MÁS!