Un articulo de: @AngeluisAlba
El equipo de Pablo Laso, porque merece ser llamado así, el Real Madrid de Laso, tiene la virtud de reinventarse cada año, de mejorarse, de ser mejor. Un equipo que hubiera perdido a jugadores como Mirotic, Sergio Rodríguez, Nocioni o Doncic tardaría años en rearmarse y aspirar a tener un ciclo ganador, pero no es este el caso.
No solo ha suplido estas bajas, sino que ha perfeccionado su estilo, el equipo se caracteriza por tener una versatilidad única en sus formas de juego, el equipo es capaz de jugar en transiciones rápidas con jugadores hechos para el campo abierto como Llull, Campazzo, Rudy o Deck, incluso los pivots tienen la facultad de acabar esos contragolpes dada su rapidez, desde Randolph, capaz de hacer un costa a costa desde sus dos metros y once centímetros, o más asombrosamente nuestro gigante Tavares, dada su asombrosa rapidez y coordinación. Además contamos con jugadores idóneos para jugar en fases si fuese necesario al estilo “run and gun” como Carrol, Rudy, Llull, Randolph o Prepelic, con grandes porcentajes de acierto en el tiro exterior. Otra manera de romper defensas puede ser mediante especialistas en la penetración como Rudy, Campazzo o Casseur. Al contar con un plantel con tanto talento físico puede aprovecharlo para ofensivamente jugar al poste con jugadores como Reyes, Rudy, Deck, Thompkins o Randolph donde casi siempre sacan ventaja a sus pares, o igualmente en ataque de bloqueo y continuación con Ayón o Tavares.
Imagen: EFE
Pero esta adaptabilidad ofensiva del equipo de Laso no es sino el resultado de un aprendizaje experimentado por nuestro entrenador en su ya larga trayectoria en el equipo merengue, en mi opinión, las negativas experiencias en Euroliga contra el Olympiacos en la Final del año del 2013 donde el equipo jugó dos grandes cuartos pero un cambio arbitral inexplicable comandado por el ínclito Lamónica en la segunda parte denotó que el equipo adolecía de músculo y dureza que en temporadas posteriores se encontró en el Chapu Nocioni, otra lección de aprendizaje para Laso fue como últimamente el Fenerbache de Željko Obradović, nos ganaba una y otra vez en Euroliga con unos jugadores mucho más físicos en cada posición de la cancha, frenando nuestra exuberancia ofensiva de rápido contragolpe y obligándonos a jugar en estático cada ataque con inferioridad física en cada posición, sobre todo en las interiores.
Imagen: eurosport.es
Pero Pablo Laso, como estudioso y conocedor de este deporte junto con su cuerpo técnico, han suplido cada de una de estas carencias con una forma de juego y tipo de jugadores que han hecho que ahora sea el Real Madrid el que se encuentre en superioridad física y técnica con prácticamente todos los equipos y en inferioridad con ninguno, cuenta con una plantilla en cada posición que es la más completa de Europa. Pero ese cambio no ha sido fácil, y encontrar las piezas tampoco, sobre todo en la posición de interiores, en el equipo de Laso han pasado muchos cincos, hasta dar con el jugador que Laso buscaba, hombres de siete pies han pasado muchos, como Tomic, Begic, Bourousis, Mejri o Hernangomez, de muy distintas características pero que no se adaptaban perfectamente al rol y forma de juego que quiere Pablo Laso para su equipo, hasta la llegada de Tavares, un cinco que debe tener mucha intimidación y rebote atrás, presencia en ataque y que corra la cancha. Los cuatros deben ser igualmente, jugadores con mucho tiro, que jueguen abiertos pero no faltos de defensa y trabajo atrás, contando con Reyes, Randolph o Thompkins entre otros para esa faceta. Y además con treses fuertes como Deck, Taylor o Rudy capaces de sacar superioridad física a sus pares o no tenerla con otros jugadores más grandes que ellos.
Lo difícil en el deporte de élite no es llegar sino mantenerse, pues bien, el Real Madrid ha llegado para quedarse, este año, luchará como años atrás, con los mejores equipos europeos para estar de nuevo en la Final Four, e igualmente en España para luchar por la Copa del Rey y la Liga ACB, competirá por todos los trofeos posibles y hará sentirnos orgullosos de un equipo y un entrenador que está entrando por derecho propio en la leyenda del Club y de la competición europea.