Una cronica de: @luismanper
Venía el Castilla de empatar la semana pasada contra el Barakaldo y no ser capaz de recortar la distancia de 3 puntos que le distanciaba del líder, pero esta jornada la distancia se ha aumentado en 5 puntos, porque el líder ha ganado y el Castilla sólo ha podido empatar en Urbieta, campo muy difícil de sacar puntos pues además de que es un campo de césped artificial, el Gernika es el típico equipo rocoso vasco, muy físico, con jugadores muy altos que le sacan varios cuerpos a los chicos de Zidane y para colmo llovió mucho durante el partido, lo que provocó que el terreno de juego estuviera muy pesado y el balón apenas rodara.
Realizó Zidane varias rotaciones en el once de hoy, alineando a Carlos Abad en la portería, el juvenil Dani Fernández en el lateral, José León y Héctor Martínez como centrales y Álvaro Tejero en el lateral izquierdo, a quien una vez más le cambiaban de su banda natural, en el mediocampo jugaron Marcos Llorente y Javi Muñoz, de extremo derecho Álvaro Jiménez, de mediapunta Odegaard, de extremo izquierdo jugó Enzo Zidane y de nueve jugó el colombiano Juanjo Nárvaez, dejando en el banquillo a los “titularísimos” Borja Mayoral y Mariano.
El Castilla quiso dominar el balón desde el principio, pero se encontró muchas obstáculos para ello, ocasionados por la intensa lluvia que caía sobre Gernika y que dificultaba sobremanera el juego raso, lo que le venía como anillo al dedo al conjunto vasco, que creaba muchísimo peligro en la portería de Carlos Abad a través de córners y faltas laterales, en la jugada con menos peligro del Gernika llegó el gol local, pues un despeje de la defensa blanca fue cabeceado en el mediocampo por un defensa vasco, dicho balón a su vez fue peinado y quedó muerto en la frontal del área sin que hubiera ningún jugador castillista cerca, lo que fue aprovechado por Lander (capitán del Gernika) para superar con una precisa vaselina a Carlos Abad, que había salido desesperadamente para intentar atrapar un balón imposible.
El gol local dejó absolutamente noqueado al Castilla, que se pasó el resto de la primera mitad dando tumbos, y tuvo que hacer varias faltas para que la victoria del Gernika no se ampliara, lo que le costó una amarilla a José León y otra a Nárvaez, también hay que destacar la inmensa desenvoltura que ha tenido hoy el colegiado a la hora de sacar las tarjetas, que ha freído a tarjetas tanto al Castilla como al Gernika, llegando a amonestar a Álvaro Tejero, por saltar una valla para recoger un balón y ponerlo rápidamente en juego ante las abundantes pérdidas de juego del equipo vasco.
Tras la reanudación, el Castilla empezó a dominar por completo la posesión del balón y a acercarse cada vez más al área de Altamira, aunque no conseguía crear peligro claro más allá de una falta lateral que Odegaard estrelló en una barrera adelantadísima, tuvo que cambiar Zidane a Álvaro Jiménez por Borja Mayoral y a Juanjo Nárvaez por Mariano para revolucionar el partido completamente. Estos 2 delanteros enloquecieron el partido y el empate no tardó en llegar, ya que tras un remate de cabeza de Mariano que atrapó fácilmente Altamira, Álvaro Tejero empezó un contraataque y acabó dando a Borja Mayoral un balón en carrera, en la que el delantero parleño dribló a 3 defensas, y al haberlos atraído hacia él Mariano quedó totalmente sólo en la frontal del área, Mayoral le sirvió en bandeja el gol a Mariano, quien batió al portero local con una preciosa cuchara made in Raúl.
El Gernika estaba ya muy tocado físicamente y sólo le quedaba aguantar el empate, y lo consiguió de milagro pues el Castilla se mereció ganar y tuvo varias oportunidades para materializar su victoria como un uno contra uno de Mariano tras un fantástico pase de tiralíneas de Enzo Zidane, que el delantero hispanodominicano estrelló en las manos del portero local y cuyo rechace le arrebató un defensa a Odegaard, cuando el noruego se disponía a empujarla. La propia perla noruega tuvo el empate en sus pies cuando enganchó un tremendo derechazo desde una esquina del área que se estrelló en el poste del Gernika, la última ocasión del Castilla llegó por medio de Marcos Llorente, quien en el descuento cabeceó mansamente a las manos de Altamira una falta que había provocado Álvaro Tejero en la banda izquierda.
Con el segundo empate consecutivo, el Castilla se queda a 5 puntos del Barakaldo, aún quedan muchos puntos por jugar y muchos partidos por disputar, pero convendría que los chicos de Zidane volvieran a la senda de la victoria cuanto antes, para poder seguir persiguiendo al Barakaldo, que cada vez se aleja más. Mientras el Castilla demuestre la solidez, fortaleza física y empaque que ha demostrado hoy, en cuanto afine la puntería llegarán las victorias. Esperemos que para entonces el Barakaldo no esté demasiado lejos en la clasificación del Grupo II de la Segunda División B.