Una crónica de: Manuel Pérez Abascal
Por primera vez en mucho tiempo y tras un par de horas después de un nuevo pinchazo, no sé qué decir. Se habla tanto, he leído tantos comentarios, tantas opiniones tan diversas, contradictorias, dispares e inverosímiles que a un servidor se le agotan las aportaciones. Siempre podremos decir que el Madrid no termina de carburar. Que el equipo es todo pundonor y que se deja la piel en el terreno de juego. Que a pesar de su innegable falta de acierto, lo da todo y no se guarda nada. Que futbolísticamente, sigue cometiendo pecados capitales que le afectan directamente a la hora de generar fútbol. Un equipo que hace ya tiempo abandonó la idea del vértigo y la velocidad, por el juego de toque asociativo y que además, le fue bien en el cambio siendo de la opinión de que le fue mejor en lo que a la consecución de títulos se refiere. Como también se ha dicho la dificultad que tiene el equipo de Zidane en gobernar los partidos de principio a fin, un problema asociado a lo largo que se hace y que dificulta mucho la presión y recuperación del balón en zonas del campo donde verdaderamente se hace daño al rival.
Pero el Madrid está así. Si, asi, sin gol. Con un delantero que es talento puro, pero dista mucho de ser un “killer “ del área. Con el “verdadero 9”, el mejor del mundo en dicha faceta, peleado con el gol. Y que podemos hacer frente a eso?. Zidane habla de “seguir trabajando”. Ya supongo que eso, no dejarán de hacerlo. Pero, ¿Realmente basta con eso?. ¿Se debe acudir a la ventana invernal, ha subsanar lo que no se ha hecho en el verano?. ¿Es necesario fichar un portero, cuando el principal problema está en el área contraria?. ¿Y la famosa segunda unidad, donde esta?. ¿Que demonios pasa con las lesiones?. Es cierto que el curso pasado también ocurría… pero este año está siendo realmente frustrante.
¿Y el Villarato, el Victorionato?. Hace que nos sintamos solos en esta afrenta. Una sola acción el fin de semana pasado y todo el periodismo de este país se levantaba en armas, mientras que el madridismo mira atónito una jornada si y otra también, como es abofeteado arbitralmente hablando con descaro. Hoy era el turno de Mateu Lahoz que arbitraba al Madrid y como viene siendo ya un hábito constante, por segunda vez esta temporada. Y sin penaltis de por medio, su arbitraje fue sibilino, de lluvia fina como suele decirse. De estos que gustan tanto a Sánchez Arminio: 13 faltas y 5 tarjetas amarillas. Ramos 2 faltas y doble tarjeta. El Athletic con macarras de medio pelo como Raul García y con 20 faltas en su haber, sólo se fue con 2 amarillas. Pero el daño ya está hecho con ello, no solo para hoy sino para la próxima jornada. Es increíble como un voto hace diez años nos pueda estar pasando tanta factura.
Como he dicho, demasiados frentes abiertos, demasiadas incógnitas sin resolver, demasiados opiniones al respecto y una verdad tan irrefutable como dura: El Real Madrid ha dejado escapar otro tren para engancharse a la liga. Si Zidane tiene un plan, sería un buen momento para ejecutarlo.