Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
El Real Madrid no pudo conseguir la victoria y se encuentra ahora con dos partidos en tierras valencianas que decidirán su futuro en la liga ACB, el equipo taronja jugó un partido muy serio y se llevó una merecida victoria asaltando la casa blanca.
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
Fue la anécdota de la jornada, el Real Madrid tenía preparados unos aplaudidores para toda la afición, pero claro, resulta que eran de color naranja, precisamente la uniformidad de Valencia Basket, con lo que hubo que darles la vuelta a los que ya estaban puestos para evitar suspicacias innecesarias.
Comienzo muy muy muy serio
El Valencia Basket se tomó el comienzo de una forma extremadamente seria, defendiendo con mucha intensidad física y aprovechando su equilibrio entre el juego interior con Sikma y Dubljevic o el interior con San Emeterio y Martínez, consiguiendo un parcial preocupante de 4-13, obligado a Laso a buscar soluciones de emergencia con los primeros minutos de Andrés Nocioni en pista pero que se cargó con dos faltas demasiado rápido pero con cinco puntos anotados. No obstante, la clave estaba clara, quién tuviera el ritmo mandaba en el partido, por ello el Madrid hizo lo posible por correr a la primera oportunidad y, cada vez que lo conseguía, hacía mucho daño a un equipo taronja que se fue mandando al final del primer cuarto con 22-28.
Despacito contra rápido
Aunque la defensa del Madrid no era para echar cohetes ni mucho menos, sobre todo ante el excelente movimiento de balón que tenían los visitantes, resultaba interesante ver a dos equipos con estilos tan diferentes sobre la cancha, los locales saliendo al contraataque o con transiciones rápidas, mientras que Valencia apurando al máximo las situaciones de ataque y dejándose la vida en bajar al balance, algo que beneficiaba claramente a los de Pedro Martínez cuando ninguno de los aleros (Rudy o Carroll) tenían buen día en el tiro. Lo que estaba claro es que el partido se empezó a convertir en una guerra de guerrillas donde todo estaba permitido y, dependiendo de lo que le apeteciera al colegiado en ese momento, pitaba un mínimo contacto, como dejaba pasar una leche de buen calibre, lo que hacía difícil saber qué rumbo podía tomar un partido que se iba al descanso con 41-43 para los valencianos.
Responsabilidad Dubljevic
Conocido es por todos la forma de salir del Real Madrid en el tercer cuarto, sin embargo, se encontró con un fenomenal Dubljevic que empezó sacando cuatro faltas a Ayón y mandando a Hunter al banco, teniendo que salir Felipe Reyes a encargarse del jugador valenciano, mientras el Madrid seguía sin conseguir ponerse por delante y yendo a remolque hasta que los dos capitanes blancos (Llull y Reyes) se pusieron a comandar el barco madridista y poniéndolo por delante con 64-61 a falta del último cuarto en esta segunda batalla que hacía vibrar a las 11.133 almas del WiZink Center.
La hora de la verdad
Los valientes se ven en momentos como los vividos en el último periodo del partido, cuando el balón quema y algunos jugadores quedan tocados anímicamente como le pasó a Jonas Maciulis tras dos fallos consecutivos y otros asumen responsabilidades, ahí cada canasta costaba un sufrimiento inhumano pero con una característica, en los intercambios, era el Valencia quién llevaba la iniciativa con un inmento Antoine Diot que se convirtió en amo y señor del partido. Con 79-79 a falta de un minuto llegó el momento de la verdad, una canasta de Dubi seguida de un posterior fallo madridista más dos errores en el cierre de su rebote, dejó el partido con victoria para los valencianos y con empate en la serie tras este triunfo por 79-86.
Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva a Valencia el próximo miércoles a las 20.30 horas, allí viviremos el siguiente partido y, como siempre, no nos dejen de sonreír.