Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Sufrió, pero el Real Madrid terminó su serie con un rotundo 3-0 y se metió en su sexta final consecutiva de ACB en la que espera el rival. Un partido jugado a cara de perro y que, al final , pequeños detalles, le dieron el triunfo al Real Madrid, así lo vimos en nuestro OjO Al Blanco.
El infierno contra la celebración
Difícil papeleta tenía el Real Madrid en un ambiente infernal del Unicaja y con mucha gente pendiente de la celebración de la duodécima futbolera, así que a los blancos le tocaba sentirse un poco abandonados y casi podíamos decir que así se notaron en el comienzo, completamente faltos de concentración y sin anotar hasta haber pasado casi cuatro minutos.
Un tapón en el aro
Si el Unicaja hubiera tenido acierto en sus acciones o hubiera hecho el movimiento de balón que nos dejó en el WiZink Center, es muy probable que hubiera puesto una losa muy grande a un equipo blanco que no era capaz de encontrar ni una posición de tiro e, inclusive, se permitía fallar lanzamientos librados. Sin embargo, el Unicaja, con un estado de nervios propio de la tensión de necesitar ganar, se encontraba con solo dos puntos arriba a pesar de que los blancos solo habían anotado siete puntos en 8 minutos, algo imperdonable si quieres complicar la vida al equipo de Laso. Finalmente, el marcador de 14-11 dejaba todo abierto.
Alguien tenía que meter
En un partido con tantos errores, el más inspirado es quién tiene más posibilidades de romper el partido y ese fue Carlos Suárez que, con tres triples consecutivos, le daba una ligera ventaja al Unicaja que el Madrid contrarrestaba con dos de sus habituales armas, una con Doncic sacando el balón a endiablada velocidad tras coger el rebote en su aro y un Felipe Reyes que era capaz de bailar con los pívots malagueños y convertirse en el jugador más valorado de los blancos, junto a Gustavo Ayón, antes de un descanso que dejaba la ventaja malagueño 33-31.
Esa maldita zona
Viendo el tremendo atasco exterior que tenía el Real Madrid, Joan Plaza lo tuvo claro, una zona 2-3 de toda la vida para seguir bloqueando, aún más, el ataque blanco, que tenía que confiar en Gustavo Ayón como principal referencia interior, el problema es que el enfermo se fue recuperando poco a poco a la hora de anotar, teniendo como mejor ejemplo a Anthony Randolph, absoluto protagonista en los últimos minutos del tercer cuarto tomando responsabilidad ofensiva y un enorme tapón que fue clave para irse al último cuarto con solo un punto abajo, (52-51).
Nedovic & Randolph
En el momento de la verdad, tienen que surgir los jugones, por parte del Madrid era Anthony Randolph que se puso a poner gorros y a tomar responsabilidades como si no hubiera un mañana, convirtiéndose en un absoluto valladar, mientras que por el conjunto malagueño era Nedovic quién nos asombraba con su técnica individual y dando pases a compañeros liberados aunque él no estuviera acertado en el tiro. Entre ellos, más sus compañeros, nos llevaban a un final de infarto en que Nedovic convirtió un triple que le dejaba solo a tres puntos a falta de 9.7 segundos pero con posesión madridista que supuso una falta a Randolph que solo anotó un tiro libre para que, un triple de 9 metros de Nedovic diera alguna vida a los locales que solo le dejó un hálito que no valió de nada, resultado final: 73-76.
Así terminamos por hoy, el Real Madrid se mete en la final de la liga ACB tras acabar de forma rotunda con Unicaja de Málaga y, por una vez en la temporada, esperando rival ya que la otra serie entre Valencia Basket y Baskonia sigue su curso, razón de más para sonreír un día más esperando al rival.