OJO AL BLANCO: Derrota merecida en la cancha pero victoria en orgullo

Una crónica de: @Javirodespiplanetacb

El Real Madrid sufrió su segunda derrota en ACB durante este 2017 en su visita a la cancha del Unicaja del Málaga, gracias a un Nemanja Nedovic completamente imparable y donde un tercer cuarto nefasto en el que llegó a ir con 16 puntos de desventaja fue una distancia demasiado insalvable para llevarse el triunfo de un abarratado Carpena (82-78) que disfrutó sobremanera del triunfo de los suyos. Así lo vimos en nuestro OjO Al Blanco.

Recuperando sensaciones

Del «a ver si juega» de Rudy Fernández a salir de titular, solo hay una decisión de Pablo Laso por medio, estaba claro que había que poner al mallorquín a jugar para que llegue a la Copa con buen tino competitivo y, si bien empezó bien metiendo su único triple en su primer intento y bastante activo en recuperaciones de balón, el propio tono físico del partido aconsejaba que era mejor dejarle con solo 12 minutos de cancha.

Del Doncic humano al Alberto Díaz inhumano  

Aunque el ritmo del partido era bastante alto, el acierto dejaba mucho que desear por ambos contendientes, pero eso no impidió irse al Madrid incluso mandando en el primer cuarto (19-21), pero luego vimos algo a lo que no estamos acostumbrados, Doncic se nos volvió humano y, si me apuran, casi parecía un junior a la hora de repartir juego perdiendo balones a lo que no estamos acostumbrados, ello se debió a una intensidad local muy superior a la visitante y, sobre todo, a la aparición de un Alberto Díaz tremendamente metido en el partido y que complicó la vida tanto al esloveno como a Dontaye Draper y, algo importante, metiendo al público del Carpena como sexto jugador.

Un tercer cuarto infame

Decía Joan Plaza en el descanso que esperaba un cambio del Madrid en la segunda parte y vaya si lo hubo, pero al revés de lo que todos creíamos, un equipo indolente en defensa y en ataque, con jugadores con una concentración nula en el que ponemos en el punto de mira a Trey Thompkins en la defensa de su par o en los cambios defensivos, unido a un desacierto total en tiro y a indolencia en el cierre de su rebote, dio al Unicaja nada menos que dieciséis puntos de ventaja y donde Laso tiró del hombre llamado a levantar estos menesteres, un Andrés Nocioni que volvió (una vez más) a tirar del carro con ocho puntos casi consecutivos que, junto a buenas acciones de Randolph, daba posibilidades de soñar con la remontada blanca a falta de un cuarto.

El verdugo Nedovic

Podríamos hablar de muchas cosas de las que sucedieron en el último cuarto del partido, pero en realidad todas nos llevarían a lo mismo y fue la tremenda exhibición de Nemanja Nedovic siendo un absoluto verdugo para el Real Madrid que se vio incapaz de parar su capacidad de anotación gracias a malísimas lecturas defensivas en lectura de bloqueos principalmente y que dejaban al jugador del equipo malagueño en disposición de tiro librado que dinamitó las opciones (que hubo) de que el Real Madrid fuera capaz de dejar de hacer la goma y meterse con posibilidades de ganar el partido.

La casta no se negocia

El partido no se acaba hasta que suena el bocinazo final, esa frase la sueltan muchos entrenadores y los jugadores miran el marcador decidiendo qué hacer, en el caso del Real Madrid, ya nos ha dado suficientes muestras de que el equipo lucha por la victoria hasta el segundo final, por ponerles una similitud es como la película que te vas diciendo que es mala de narices, inclusive el final, pero que ha tenido cosillas que te han gustado. Algo así podríamos decir del equipo blanco hoy cuando uno no para de ver reacciones en redes sociales que ya dan por finiquitado el partido mientras que los jugadores que llevan la camiseta no dan ni un balón por perdido e inclusive hubo un triple que habría puesto al Madrid a un solo punto de haberlo metido.

Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva a la Copa del Rey, allí estará Planetacb para cubrirla con nuestros medios humanos para traerles la mejor información, mientras tanto, ya saben, no me dejen de sonreír.