Un articulo de: @RaulRM31
¿Es posible la evolución de las cualidades de un jugador hasta alcanzar otro tipo de registros, distintos pero complementarios, que asombren a todo el mundo del fútbol? La respuesta, a priori y para la mayoría de futbolistas, es no. Pero existe una ínfima secta de jugadores que desvalijan y echan por los suelos esta teoría. Son miembros selectos. Actualmente, quizás se cuentan con los dedos de una mano. Pero los guardianes de este club te hacen ver el fútbol desde otra perspectiva. Amplían su abanico de recursos y, cuando piensas que no te pueden sorprender más, lo hacen. Esos jugadores pueden ser el simple motivo para ver un partido. Están un escalón por encima del resto.
Un señor de 31 años ha decidido, por méritos propios, entrar en este club tan exclusivo. Hablo de Luka Modric. Todos sabíamos del talento y dominio del balón que tenía el croata. Esa calidad para sacar el balón jugado desde atrás, apoyando a los centrales y laterales y dando siempre opciones viables para oxigenar al equipo. Pases que rompían líneas contrarias, que aumentaban la fluidez del balón y mejoraban la jugada. Marcando el «timing» del partido. Detalles técnicos a la altura de muy pocos que se convertían en arte. Un exterior envidiable, preciso y muy plástico, que recordaba al mejor Johann Cruyff, con el que gastaba un parecido tanto física como futbolísticamente. Pero todo esto ya lo sabíamos. A ningún amante del fútbol esto le sorprende y afirman que Modric es un fuera de serie cuando tiene el balón en sus pies. Nada nuevo de momento.
Lo que nosotros no sabíamos es que Luka no se iba a quedar ahí. Iba a dar un paso más. Acoplar otro engranaje más a la compleja máquina de producir fútbol que es el croata. Quería evolucionar, desarrollar otro concepto del fútbol. No lo necesitaba urgentemente. Él era top 3 en lo suyo, volante o interior en un 4-3-3 con un único pivote. Incluso de mediapunta demostró que era fabuloso. Pero no se conformó y quiso añadirse un plus más. Ante las bajas de Casemiro y Kroos, Modric ha multiplicado sus funciones. Y lo ha hecho de manera fantástica. Se ha erigido como creador y destructor en el centro del campo del Madrid. A su clase con el balón le ha sumado una inteligencia táctica y posicional que le permite robar una gran cantidad de balones. Es un previsor. Observa al rival, analiza sus posibilidades de pase y se anticipa a la jugada para arrebatarles el balón. Además, recupera bien la posición en transiciones, comete faltas tácticas para evitar contras y realiza tackles a rivales en conducción que permiten recuperar la bola.
Su recital contra el Barça fue el cénit de su juego. En el Camp Nou y con Messi delante. Perfecto con el balón y perfecto sin él. Presencia en ambos lados del campo y arreglando imperfecciones. Haciendo de Casemiro sin la pelota y de Kroos con ella. Y lo remató con un centro teledirigido que supuso el gol de Sergio. Un regalo de Navidad anticipado para aficionados y espectadores. Más tarde, confesaría lo siguiente: Sergio me dijo dónde la tenía que poner. «Yo se la pongo y gol. ¿Es fácil eh?» Y así es Luka. Un tipo simpático y bajito que se ha convertido en el eslabón imprescindible que el Madrid necesitaba. Algunos medios culés se burlaban de su fichaje por el club blanco. «42 millones para tapar vergüenzas» decían. Yo les digo que observen un partido suyo y disfruten. Sobran las palabras. Si jugase de mediocentro puro un año seguido, la opinión sobre el mejor MC sería unánime. Por eso, no me preocupa tanto qué va ser de nosotros cuando se vaya Cristiano porque Bale seguramente tomará las riendas. Me preocupa el día en que Modric no juegue más con nosotros. Pueden destacar gente como Kovacic o gente nueva. Pero actualmente no tiene sustituto. Ni en el Madrid ni en el mundo. Estos singulares futbolistas aparecen muy ocasionalmente y son una delicia tanto para el fanático madridista como para el contrario. Porque no hay dos Lukas, solo uno. Y seguiré deleitándome con cada acción suya hasta el día en que no esté. Espero que ese día quede todavía muy lejano. Mientras tanto, pasen y vean…