por Un articulo de: @luismanper
Vuelvo a escribir un artículo en esta web después de varios meses para agradecer y ensalzar la figura de Luka Modric, espléndido jugador croata que parece que llegó ayer a nuestro equipo pero lleva ya 4 años en el Real Madrid, magnífico jugador que fue masacrado durante sus primeros meses por dos razones tan simples como miserables, la primera es quién apostó por su fichaje por encima de todo fue José Mourinho, aunque su llegada supusiera la salida de un canterano como el enorme (en todos los sentidos) Esteban Granero y también se le machacó por costar 42 millones y no explotar desde el primer día, es decir, si el jugador en cuestión le cae bien a la prensa puede tener hasta 3 años de adaptación como aún vemos en la plantilla actual, pero si le cae mal no se le da ni unos meses para acostumbrarse a la ciudad y al equipo.
Se hizo largo aquel verano de 2012, veníamos de ganar la Liga de los Récords y por ello el entonces entrenador José Mourinho sólo pidió el fichaje de Luka Modric (aunque en los últimos días de mercado llegó también como cedido Michael Essien), tras una durísima negociación con el dirigente del Tottenham Andrea Levy, el pequeño jugador croata era presentado a finales de agosto en la sala de prensa del Santiago Bernabéu, como ya había empezado una liga penosa en la que empezamos empatando en casa y perdiendo en Getafe, los mentideros periodísticos de nuestro país no se ahorraron lindezas para calificar el fichaje de Modric con frases que les perseguirá eternamente a los personajes que las pronunciaron como “42 millones para tapar vergüenzas” o “Song será más influyente para el Barcelona que Modric para el Real Madrid”, por no hablar del incorregible piperío que exigía la salida inmediata del croata para que llegaran Silva, Mata, Cazorla o Beñat hoy mejor que mañana.
Como casi siempre en la vida, el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio y mientras a estos oportunistas sus frases le persiguen, Luka Modric se adaptó al equipo y ya en su primera temporada nos dejó destellos de su innegable calidad como aquel gol en Old Trafford que remontó una eliminatoria. Pero la temporada acabó en blanco con la vergonzosa campaña contra Diego López que todos recordamos, promovida por Casillas y azuzada por sus mamporreros mediáticos y el entrenador que había decidido traer a Modric costara lo que costara anunciaba su salida del club tras 3 años muy convulsos, antes de irse Mourinho le confesó al croata tras una sustitución “Los mismos que te criticaban cuando llegaste, pronto se rendirán a tu juego”. Una vez más José Mourinho tenía razón.
Llegó Ancelotti y con él varios fichajes para el mediocampo como Asier Illarramendi o Isco Alarcón, pero Luka Modric siguió siendo un eje fundamental del mediocampo del Real Madrid, el entrenador italiano cambió el sistema del 4-2-3-1 de Mourinho al 4-3-3 que impera en el Real Madrid desde entonces, empezó jugando con un mediocampo formado por Xabi Alonso, Khedira y Modric pero ante la gravísima lesión que sufrió el mediocentro alemán en un partido con su selección, el italiano apostó por retrasar a Xabi Alonso como 5 y poner a Di María como interior, la apuesta le salió redonda el equipo aquel año ganó la Copa del Rey con aquella mítica carrera supersónica de Bale que ya ha entrado en la historia (cuando el galés renueve habrá que recopilar las barbaridades que se dijeron de él cuando llegó) y un mes después el equipo jugaba la final de Champions en Lisboa tras haber arrasado al Bayern del inventor del fútbol en la semifinal, la final se complicó por el grotesco error de Casillas que acabó en el gol de Godín, pero que gracias a un córner botado por Modric y rematado por Sergio Ramos, el Real Madrid consiguió llevar a la prórroga para acabar sentenciando con goles de Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo de penalti. La ansiada Décima que los madridistas llevábamos 12 años esperando había llegado y Modric y Sergio Ramos ya eran historia viva del club.
La temporada 2014-2015 empezó con la injusta salida de Diego López, posterior fichaje de Keylor Navas y con la incorporación de Toni Kroos y James Rodríguez, que venía de ser el máximo goleador del Mundial y por el que se pagaron 80 millones para sacarlo del Mónaco, el colombiano dio un rendimiento excelente desde el primer momento y como había salido Di María, Ancelotti lo colocó en el mediocampo junto a Kroos y Modric. El Real Madrid se alzó con la Supercopa de Europa ganada ante el Sevilla y perdió una Supercopa de España ante el Atlético de Madrid, poco después Xabi Alonso pedía salir hacia el club de Baviera previendo que la llegada del recientemente renovado mediocampista alemán le restaría muchos minutos de juego, meses después muchos le añoramos al centrocampista vasco cuando llegaron las lesiones que asolaron al equipo.
Desde mediados de septiembre que perdimos el derbi contra el Atlético de Madrid en el Bernabéu hasta el 4 de enero, el equipo cogió una velocidad de crucero que le llevó a encadenar más de 20 victorias seguidas, recital ante el Barça incluido y con otro título como el Mundial de clubes ganado por el camino. Pero Modric había caído lesionado de gravedad con su selección a mediados de noviembre en un partido contra Italia, y aunque el equipo mantuvo la inercia hasta después del Mundialito, el juego era mucho peor y los peores presagios se confirmaron a partir de enero, todo empezó con la derrota en Mestalla, el posterior sufrimiento para ganar en Córdoba, la lesión de James ante el Sevilla en vísperas de un derbi en el Calderón que acabó en humillación en forma de 4-0, ante el naufragio de un mediocampo en el que sólo quedaba Kroos sano de los que habían empezado la temporada como titulares, y el alemán estaba ya bastante desfondado porque Ancelotti apenas lo había rotado durante la temporada.
Modric regresó a los terrenos de juego en marzo para rescatar al equipo de una eliminatoria espantosa en la que a punto estuvo de eliminarnos el Schalke 04, pero la suerte había decidido dar la espalda al jugador croata porque días antes de la eliminatoria ante el Atleti que nos permitiría pasar a semifinales con aquel gol agónico de Chicharito, el croata había chocado con un jugador del Málaga con tan mala suerte que se había producido un esguince de rodilla que lo apartaría del equipo otro mes y medio. El caos de la posterior eliminatoria contra la Juve con Sergio Ramos de mediocentro, Carvajal haciendo un penalti absurdo a Tévez cuando habíamos empatado el partido de ida que nos obligaba a remontar un 1-2 en la vuelta, el gol de Cristiano que nos clasificaba para la final y la posterior siesta del equipo que llevó a convertir a Morata en nuestro verdugo (ya había marcado en la ida), a partir de ese momento el partido fue un despropósito de ansiedad constante reflejado en aquella falta de saque de Casillas, que fue su epílogo en su larga etapa en el Real Madrid.
La deficiente configuración de la plantilla había provocado que en el momento que Modric se lesionó, el equipo fuera de desgracia en desgracia hasta que tiró por la borda una temporada que tenía una pinta magnífica. Sin embargo, por esos misterios del fútbol la siguiente temporada los acontecimientos se desarrollaron a la inversa, ya que el arranque de temporada del equipo fue lamentable y tras el 0-4 encajado en el Bernabéu y el sainete con Cherishev en Cádiz, Rafa Benítez quedaba sentenciado a pesar de haber llegado en verano y Zidane se hacía cargo de un equipo roto físicamente y en la que la imagen de muchos de sus pesos pesados estaba en entredicho, mientras tanto nuestro protagonista confesaba tiempo después de la destitución de Benítez, que la salida del entrenador madrileño era necesaria porque no congeniaba con casi ningún jugador.
Tras un comienzo titubeante con algún empate, el Real Madrid fue derrotado por el Atleti en el Bernabéu con gol de Griezmann y Zidane tomó la decisión que marcó el devenir de la temporada, Casemiro asumía galones de titular y sería flanqueado por Kroos y Modric. En ese momento, Zizou encontró el equilibrio que tanto buscaba y todo fue sobre ruedas porque el equipo se reenganchó a una Liga en la que tenía 10 puntos de desventaja con el Barça y que peleó hasta la última jornada, y se plantaría en la final de Champions de Milán de nuevo ante el Atlético de Madrid, todos recordamos su desenlace con el gol que volvió a marcar Sergio Ramos para adelantar al Real Madrid en el marcador, el posterior empate de Carrasco y la dramática prórroga a la que muchos jugadores llegaron muertos físicamente, en nuestro equipo Bale o el propio Modric apenas podían moverse pero eso no fue óbice para que el Real Madrid dominara el tiempo añadido, pero como no consiguió rentabilizar el dominio en goles, el Real Madrid ganaría por primera vez una Copa de Europa en la tanda de penaltis, Modric no tiró ninguno pero confesó tiempo después, que si hubiera habido un sexto penalti lo habría lanzado él pero que no se atrevió a tirarlo en la tanda por los problemas físicos que sufría durante el encuentro, pero nuestro excanterano Juanfran Torres le evitó el trance.
Por lo que el Real Madrid conseguía su Undécima Champions y Zidane entraba en el Olimpo del madridismo, ya no sólo por su legado como jugador sino por haber conseguido ganar Champions como jugador (volea mítica mediante), como segundo entrenador y como máximo responsable del equipo. Modric añadía a su palmarés su segunda Champions, que unía a 1 Copa del Rey, 2 Supercopas de Europa, 2 Mundialitos de Clubes y 1 Supercopa de España, pero mucho más importante que todos sus títulos es que el croata es hoy en día uno de los 2 pilares del equipo junto a Casemiro, y bien que lo estamos notando en estos días en que ambos están de baja.
Mientras el menudo jugador croata se recupera de su lesión de rodilla, hoy ha confirmado que estará ligado a nuestro equipo hasta 2020 y nos ha ilusionado a todos confesando que “actualmente está ofreciendo su mejor fútbol”, por lo que sólo me queda agradecer al croata esos magníficos momentos que nos ha hecho pasar, con golazos como el de Old Trafford o el que marcó en los Cármenes el pasado mes de enero, y especialmente agradecerle ese sensacional córner que botó en Lisboa y permitió a Sergio Ramos abrir la puerta a la consecución de la Décima, pero sobre todo agradecerle su impresionante calidad que demuestra cada vez que salta al campo, como os habréis dado cuenta no puedo disimular mi admiración a Modric que ha callado tantísimas bocazas desde su llegada, así que sólo me queda decir “Qué bueno que viniste Luka y ojalá que estés muchos años con nosotros hasta que el cuerpo te aguante, porque la calidad nunca la perderás”.
