Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.es
Segundo envite del Real Madrid en Euroliga, segunda victoria conseguida, en esta ocasión ante todo un histórico rival como es el Maccabi Tel Aviv y en el que tuvo que hacer frente a dos apagones, el primero tecnológico y que nos dejó sin ver más de quince minutos de la parte inicial, y el segundo de juego, teniendo que hacer frente a un parcial en contra de 16-0 nada más iniciarse la segunda mitad. Sin embargo este Madrid es mucho equipo y hoy lo volvió a demostrar brillando al final con luz radiante, justo como el título de nuestro OjO Al Blanco.
Un nuevo base titular con los pívots al mando
El Real Madrid estrenó nuevo base en la titularidad, la salida de Draper puede entenderse como cubrir el hueco que Laso tenía con Taylor en Madrid y buscando parar la producción ofensiva que podía dar Goudelock (o mejor dicho, que no empezara demasiado pronto a anotar), mientras que en ataque el tema tenía dos principales protagonistas, el juego de Thompkins y Ayón daban los primeros 12 puntos a los blancos con reparto equitativo entre ambos (6 para cada uno) y en ese momento…se nos apagó la luz que decía Alejandro Sanz.
Lo que no vimos
En esa época de oscuridad que nos tocó vivir, con Movistar Plus ofreciendo reportajes de Euroliga y NBA, con gente mosqueada en redes sociales, con tuits de Euroliga pidiendo disculpas y demás historias, nos quedamos sin ver como Carroll empezaba a demostrar su nivel con sus ocho puntos anotados merced a dos triples y una canasta, o como el Madrid imponía más su ritmo llegando a ponerse hasta trece puntos de ventaja, justo la misma cifra con la que se iba al descanso con una jugada que puede servir de base para todo el encuentro, un balón llevado por Llull en los últimos segundos nos dejaba al 99’9% de nosotros esperando su tiro imposible y va el tío, ante una defensa de 2×1, que no se le ocurre otra cosa que dar el pase al jugador libre y que le dejaba un tiro en clara situación de ventaja, así marcó Rudy Fernández el triple que dejó un marcador en que, sin verlo, nos daba la impresión de que Maccabi estaba muy lejos de lo ofrecido en otras temporadas (33-46).
El segundo apagón
Si ya les hemos contado el primer apagón, el segundo no tiene desperdicio, pero éste sí que pudimos verlo con nuestros ojos, el Real Madrid salió completamente out del vestuario, no sabemos si el triple a tablero de Víctor Rudd le hizo tanto daño que se dedicó a la vida contemplativa, con unos ataques penosos, con baja intensidad defensiva y, lo que es peor, de verse superado por un Maccabi que tenía alas a cada rebote y que sacaba el balón con una velocidad que exasperaba a Laso, sin llegar a entender las razones de tremenda diferencia. El parcial de 16-0 dejaba el partido en el aire y tuvo que venir Felipe Reyes a cerrar el mismo con una jugada, cuanto menos, atípica para su juego, un 3+1 que supuso el resurgir de los blancos.
Tan Rudy, tan Llull
La resistencia de Maccabi al Real Madrid finalizó en el mismo momento que le hemos comentado del triple de Felipe, a partir de ahí, más calma, más cabeza a la hora de buscar al hombre libre, mejor movimiento de balón y dos hombres decisivos, un Sergio Llull que no se ofuscó en ningún momento por su horrible lanzamiento en triple (acabó en 0/8) dedicándose a repartir juego (11 asistencias) y a romper la zona macabea con sus penetraciones, tuvo de compañero un Rudy Fernández que empieza a ser el segundo mejor en todo, ya sea en anotación, en defensa o, sencillamente, en anotar esos triples en que la pelota entra tan limpia y la red se pone tan diagonal que al rival solo le queda desesperarse. Ellos dos fueron claves en que el equipo no se perdiera tras el tremendo parcial recibido.
La luz de la cancha al banquillo
Una vez superada las crisis y ya en dinámica normal de partido, con ambos conjuntos luchando por la victoria, es dónde se vio realmente el Real Madrid que quiere Pablo Laso, con aportación de cada jugador dependiendo del momento, así pudimos ver cómo el tiro a tablero de Randolph va sumando enteros, o cómo el equipo es capaz de luchar por cada balón impidiendo que se vaya fuera y no importa agotar posesión hasta que se encuentra el tiro cómodo, también ver cómo Jaycee Carroll se puede permitir el lujo de lanzar esos triples tan librados, no por mal trabajo del defensor sino por el tremendo bloqueo indirecto que hacen sus compañeros pívots y, yendo más allá, cómo el banquillo aporta como si estuviera en cancha con un ejemplo excepcional para todos ellos, Chapu Nocioni, nuevamente sin minutos en pista pero siendo el primero que animaba y exigía a todos. En resumidas cuentas, un Madrid iluminado y en visos de seguir mejorando.
Así terminamos por hoy, nuestra próxima cita nos lleva a casa pero fuera, el Barclaycard Center será testigo del primer derbi de la temporada entre Movistar Estudiantes y Real Madrid, antes de afrontar a Baskonia, EA Milano y CAI Zaragoza, todo en plazo de ocho días, pero ya saben, nunca dejen de sonreír.