Un articulo de: @susanaurue
Hoy me apetece escribir un poquito sobre el «caso Piqué».
La última de la Federación, cambiar la sede del partido de la selección, para el que había sonado el Santiago Bernabéu, como medida para proteger a Gerardito de los pitos que recibe últimamente cada vez que juega con la selección.
No os dejéis engañar, a Piqué no se le pita por ser jugador del Barça ni por sus continuos agravios contra el Madrid, por mucho que una parte de la prensa recite esta cantinela, una mentira, aunque se repita mil veces nunca será una verdad.
A Piqué se le pita por su mercenarismo. Está en su derecho de proclamar su independentismo, como también lo estamos nosotros de pedir que no vuelva a la selección. La libertad de expresión es un derecho fundamental para todos.
De un tiempo a esta parte, sus continuas metidas de pata, se exculpan con frases chorras, tipo «es un buen chico» o «está comprometido al máximo con esta selección», que ya no engañan a nadie.
La gente está cansada de tanta protección a un jugador, que solo acude a la llamada de este equipo por dos motivos: dinero y prestigio internacional.
Nunca me han gustado los pitos, pero entiendo perfectamente esa sensación de hartazgo y esa mezcla de pena y rabia al ver en lo que se ha convertido el equipo que debería ser el de todos, nuestra selección. Un nido de separatistas, con un cacique al frente (Villar), un seleccionador que no pinta nada y lo que es peor, que permite imágenes tan bochornosas como las del domingo noche, exculpando al jugador con un «tenía permiso»… ¡Olé ahí señor marqués!
¿Alguien no recuerda la que se montó con CR7 y su famosa fiesta de cumpleaños? Pero claro, CR7 juega en el Madrid y no con España, por lo tanto no merece la protección de nadie,
Desde Barcelona insisten en una presunta campaña de acoso a Piqué. No existe tal campaña, tan solo el hastío de una afición que siente que les están tomando el pelo. Y si Piqué está tan harto como insisten en decir desde su prensa afín, que se vaya y no vuelva, nadie le echará de menos.
¡Que se vayan todos y nos devuelvan a nuestra selección!