Una crónica de: @JAgilminguez
Tras sendas victorias en Liga por parte de sus dos máximos rivales, se presentaba el Real Madrid ante su afición con la necesidad de ganar al Girona para seguir optando al título liguero. Un título que se le ha complicado en exceso debido a la extraña doble vara de medir que usa el colectivo arbitral, tal y como quedó de manifiesto en el día de ayer. El público, aprovechó tanto el posado inicial de ambos equipos frente a una pancarta de la RFEF en apoyo a los árbitros, como una pitada en el minuto 12, para mostrar su descontento con los arbitrajes sufridos, tal y como había anunciado la Grada Fans en los días previos.
Tras el gran triunfo europeo frente al Manchester City, Ancelotti optó por dar descanso en defensa a Rudiger (dando entrada a David Alaba, quien no era titular desde diciembre de 2023) y Valverde (recuperando Lucas Vázquez su puesto en el lateral derecho). Asensio y Mendy ocuparon las dos plazas restantes en la zaga. El eje central estuvo a cargo de Tchouameni y Modric (en lugar de Ceballos), con Brahim haciendo la labor del sancionado Bellingham y el tridente habitual en ataque. Con el próximo partido copero frente a la Real Sociedad, se intuyen más cambios en la alineación, aunque estos posiblemente sean en la parte atacante.
Futbolísticamente, el partido quedó inaugurado en el minuto 5, con una doble ocasión. Primero Courtois salvó un disparo de Arnau a la salida de un córner y una contra eléctrica de Vini desembocó en un disparo de Mbappé que atajó Gazzaniga.
Imagen: realmadrid.com
El equipo blanco estaba decidido desde el inicio a imponer su juego frente a un Girona que estaba bien cerrado atrás. Una gran diferencia frente al Madrid errático en los inicios de partido a que nos acostumbró hasta hace muy poco.
La fuerte presión ejercida por lo locales y la rapidez en la circulación de la pelota nos brindaron un partido muy entretenido, con constantes llegadas peligrosas pero faltando definición.
A los 30 minutos se volvió a producir una doble ocasión. Courtois volvió a salvar a su equipo a disparo del holandés Van de Beek y una nueva contra de Vinicius estuvo a punto de acabar con gol de Mbappé, pero Krejci en defensa pudo cortar antes de que el francés fusilase al meta.
Imagen: realmadrid.com
Tras unos minutos de respiro atacante, un córner lanzado por Rodrygo acabó con la pelota a los pies de Modric, quien de volea desde fuera del área colocaba el balón en la escuadra izquierda del portero. Un gol que puso en pie al público del Bernabéu. El croata mantiene intacta su magia en el golpeo y firmó uno de los mejores goles de su dilatada carrera. Con el 1-0 en el marcador, se llegó al descanso.
La segunda parte fue un calco de la primera, con un Real Madrid muy fallón en los metros finales. Su dominio en el campo y la facilidad con la que llegaba al área, no se reflejaban en el marcador, debido a que sus delanteros parecían tener la escopeta con el punto de mira desviado. De hecho, finalizaría el encuentro con un 63% de posesión y 22 tiros (aunque sólo 5 de ellos fueron a puerta).
El Girona solamente inquietó al Real Madrid con la entrada de Bryan Gil y Asprilla, quienes lo intentaron por las bandas (la parte más débil de los locales en la tarde del domingo). Mientras tanto, Vinicius tras un disparo al larguero tuvo la ocasión más clara para el Madrid.
Imagen: realmadrid.com
Ancelotti, una vez más, volvió a mostrarse remolón en los cambios, dando entrada a Ceballos por Brahim y a Camavinga por Alaba ya en las postrimerías del encuentro. Rudiger y Endrick entraron con el partido ya prácticamente finalizado y su aportación fue casi testimonial.
Consiguió finalmente cerrar el partido el Real Madrid en el minuto 83, con una gran combinación entre Mbappé y Vini, quienes en una rápida transición se fueron pasando el balón mutuamente hasta que el brasileño batió a Gazzaniga.
Poco a poco, el Madrid se está convirtiendo en un equipo sólido y muy difícil de batir, a lo que hay que añadir la forma física que están demostrando sus jugadores. Y ese momento se acerca en lo más decisivo de la temporada, cuando hay que pelear por todos los títulos. Mientras tanto, y a la espera del partido de semifinales de Copa frente a la Real Sociedad y los próximos duelos en Champions frente al Atlético de Madrid, podemos considerar este partido como un buen entrenamiento frente a un rival que no exigió especialmente esforzarse al equipo blanco.