Una crónica de: @elcarrildel2
C.B. Málaga se ha impuesto (93-79) al Real Madrid, en la final de la Copa del Rey 2025, en el partido disputado en el Pabellón de Gran Canaria.
Incapacidad absoluta de los nuestros para hacer frente al partido que planteó Málaga. Me atrevo a decir que la derrota se vio desde el salto inicial, que ganaron los malagueños, como lo harían en tres de los cuatro cuartos del partido.
Daba toda la impresión de que Málaga tenía un plan, mientras el plan del Madrid era la impronta individual. Y como hoy los nuestros estuvieron erráticos, posiblemente por el buen trabajo de los rivales, el desenlace estaba claro como el agua clara.
Pensar a estas alturas que el Sr. Mateo desde el banquillo va a ser capaz de revertir una situación adversa es una utopía, un sueño, una falacia. Un partido más, la incapacidad del técnico del Real Madrid ha quedado acreditada. Lo malo es que ya tampoco nos extraña. Estamos acostumbrados. Las tornas han cambiado, y ahora lo que toca es alegrarnos con las victorias, no enfadarnos con las derrotas.
Imagen: realmadrid.com
Da toda la impresión de que si mañana jugásemos de nuevo contra Málaga nos volvería a ganar. Que en deporte se gana y se pierde, pero un equipo como el Real Madrid no puede perder siendo barrido de la pista, aniquilado por el equipo rival, apabullado a puntos sin que nadie sepa por donde nos están destrozando. Encajar noventa y tres puntos resulta bochornoso, insoportable, descorazonador.
Que fallemos nueve tiros libres es inadmisible. Que nos vayamos con un 36% en tiros de tres, incomprensible. Que tengamos que seguir apelando a los triples milagrosos de Llull, descorazonador.
Creo damas y caballeros que debemos poner los pies en la tierra. El Sr. Mateo da para lo que da, y como da toda la impresión de que va a seguir al frente del equipo, navegaremos como mejor podamos el resto de la temporada, una temporada por cierto en la que todos y cada uno de los integrantes de la rotación han empeorado su aportación, algunos hasta niveles inimaginables en el mes de septiembre pasado.
Solo me queda desear a todos paciencia franciscana, mucha tranquilidad y el recuerdo de aquel refrán que dice que no hay mal que cien años dure.
Buenas noches a todos. HALA MADRID.