Una crónica de: @luismanper
Acaba un año 2024 inolvidable para el madridismo (uno de tantos) en el que el equipo ha ganado 5 títulos, a saber Supercopa de España en enero, Liga en mayo, Champions League en junio, Supercopa de Europa en agosto y en diciembre ha llegado esa Copa Intercontinental que el equipo ofreció al Santiago Bernabéu en los prolegómenos del partido contra el Sevilla que ha cerrado este mágico año, y cuyos fastos se mezclaron con el homenaje en forma de doble pasillo de los 2 equipos y camiseta conmemorativa entregada por una leyenda del fútbol mundial como Luka Modric a una leyenda del fútbol español y del equipo sevillista como Jesús Navas, que hoy ha colgado las botas tras 21 temporadas en la élite, que se dice pronto.
Entre tanta algarabía Ancelotti había apostado por un once formado por Courtois en portería, Lucas Vázquez y Camavinga como laterales con Tchoaumeni y Rudiger como centrales, Valverde en el eje del equipo flanqueado por Bellingham y Ceballos, quedando los extremos para Brahim y Rodrygo y la punta de ataque para Kylian Mbappé.
Imagen: realmadrid.com
Y el francés iba a convertirse en el protagonista del partido, cuando a los pocos minutos de partido, controló un balón en la frontal del área, nadie le encimó y la colocó en la escuadra como el que no quiere la cosa para abrir el marcador, que minutos después iba a ampliar Valverde culminando una jugada ensayada tras un córner con un impresionante trallazo marca de la casa que entró por toda la escuadra para colocar el -2-0 a los 20 minutos de partido. El Bernabéu se frotaba los ojos al ver el mejor juego de la temporada hasta ahora, con un Lucas Vázquez superlativo que recordaba sus tiempos como extremo subiendo al ataque constantemente, primero se plantó solo ante Álvaro y su tiro al muñeco fue repelido por el cancerbero y a la segunda sirvió una asistencia perfecta a Rodrygo, que solo tuvo que colocar el interior para mandarla lejos del alcance del portero visitante y situar un 3-0 en poco más de media hora, que sonaba tan increíble que no podía ser verdad, como se encargó de recordarnos el Sevilla tras el saque de centro del tercer gol con un centro perfecto de Juanlu que remató Isaac Romero a placer para acortar distancias, recordándonos de paso que Tchoaumeni no es central pues por mucho que se empeñe Ancelotti en ponerlo ahí, en jugadas como ésta se le ven las costuras.
A punto estuvo de irse el partido al descanso con algún gol más en la buchaca como un desmarque de Mbappé que acabó regateando al portero pero al quedarse sin ángulo quiso dar a Rodrygo el pase de la muerte cuando ya había una nube de jugadores por delante que le negaron el gol al brasileño, de quien no se puede dejar de destacar que parece un jugador completamente renovado cuando juega por la izquierda.
Imagen: realmadrid.com
Tras el paso por los vestuarios, el Real Madrid se dio prisa en sentenciar el partido a la vuelta de los vestuarios esta vez por medio de Brahim, quien puso la guinda a un partido descomunal aprovechando un pase al hueco de Mbappé para batir a Álvaro y marcar el 4-1 que parecía definitivo, hasta el punto que el entrenador del Sevilla dio entrada a Jesús Navas para que jugara su último partido como profesional, pero como los grandes genios el de Los Palacios no quería irse sin dejar huella y puso un tacón perfecto a Isaac Romero para que fusilara de nuevo a Courtois pero afortunadamente el remate de éste se estrelló en el poste.
Ancelotti reaccionó al sobresalto sustituyendo a Ceballos, Rodrygo y un cansadísimo Bellingham, que hoy ha roto su racha de 6 partidos consecutivos marcando gol, para dar entrada a Modric, Arda Guler y Asencio respectivamente, pasando Lucas Vázquez definitivamente al extremo derecho y dejando al canterano como lateral. Poco más se vio del Real Madrid en lo que quedaba de partido, en la que el equipo bajó una marcha salvo Lucas Vázquez que siguió haciendo daño por la banda derecha hasta el final y un entradón con la pierna muy arriba que pudo malograr a Arda Guler, pero que afortunadamente no pasó a mayores, al igual que no fue a más el último gol del partido en el que Lukebakio pilló la espalda a Asencio y se plantó completamente solo ante Courtois batiéndole con un potente disparo que entró por el palo que debía cubrir el belga, recordándonos también que ni siquiera los cracks como él son capaces de mantener el nivel cuando sufren lesiones tan graves como las que sufrió el belga.
Imagen: realmadrid.com
Termina un año en el que Real Madrid ha pasado por lo mejor y por lo peor pues el Bernabéu ha visto desde un 0-4 del Barça a una remontada de Joselu en 2 minutos ante un coloso como el Bayern de Múnich, desde derrotas fuera de casa ante el Athletic de Bilbao o un empate en el Metropolitano en un partido que estaba ganado hasta esa victoria en el Etihad con esa tanda de penaltis inolvidable, y por supuesto los títulos ganados que enumeraba en la introducción, ojalá el año 2025 sea igual de mágico para todo el madridismo que este año que se acaba, de momento empezará con un partido en Valencia que nos recordará el episodio más dantesco que vivió el equipo en el año que se acaba con ese pitido final que negó la validez a ese gol de Bellingham, que nos daba la victoria en Mestalla. Pase lo que pase el próximo año, todos los que hacemos El Diario de Mou os deseamos mucha salud y felicidad para el año que comienza, porque si algo es seguro es que aquí estaremos para contarlo.