Una crónica de: @elcarrildel2
Zalgiris Kaunas se ha impuesto (83-92) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 15 de la temporada regular de la Euroliga, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Se van terminando los adjetivos para calificar a este Real Madrid de Chus Mateo. Bochorno, ridículo, vergüenza, desastre, lamentable…a pesar de lo cual nada parece mover minímamente las estructuras de la sección de baloncesto. Caras de circunstancias y silencio absoluto, mutis por el foro, cero explicaciones, ninguna esperanza de que alguien vaya a tomar alguna carta en el asunto del naufragio de la presente temporada, en que cualquiera nos pinta la cara sin apenas despeinarse.
Resulta difícil de creer que todos los jugadores están mal al mismo tiempo. El nivel de nerviosismo y de estar fuera de si que transmiten partido tras partido es inquietante. ¿Acaso es que nadie en el Club lo ve?
Por lamentable que sea el arbitraje, que sin duda el de hoy lo ha sido (desde que don Dejan Bodiroga se hizo cargo de la Euroliga, los arbitrajes que venimos sufriendo son francamente bochornosos, al punto de que el Palacio debe ser el único pabellón al que no ha tenido aún el gusto, y el valor, de acudir el caballero), que te señalen cuatro técnicas es todo un indicio del estado de ánimo y de nervios del equipo. Y ojo, que no le pasa a jugadores con poca experiencia, le ocurre a Hezonja, al Facu, a Llull…y al propio Mateo. Da toda la impresión de qué algo está ocurriendo en los despachos de la Euroliga, quizás es algo que también debieran explicarnos.
Del partido tampoco merece la pena hablar. Cincuenta y cuatro puntos encajados al descanso. Zalgiris mejorando todos sus números, mientras los nuestros dando, un partido más, una clase de incapacidad absoluta.
Da toda la impresión, y eso que estamos a doce de diciembre, que o se cambia al entrenador y a medio equipo o el año se marcha por el sumidero de los fracasos, si es que no se ha marchado ya.
Que el Palacio no muestre el más mínimo rechazo y proteste por lo que está ocurriendo es igualmente muy llamativo. Pitadita al final y nada más. Ni una queja, ni un pañuelo…espectadores saliendo a la carrera diez minutos antes del final, el coro con las mismas canciones de siempre, el speaker con la tal dulce Carolina y un niño con su cartel pidiendo la camiseta a un jugador. Pues damas y caballeros, ¡que viva Cartagena!
Buenas noches a todos. HALA MADRID.