CRÓNICA | ✍ LA REMONTADA DE SIEMPRE: REAL MADRID 5 – 2 BORUSSIA DORTMUND

Una crónica de: @luismanper

¿Cómo explicar en varios párrafos lo que tantas veces ha ocurrido y que ayer en el descanso pocos apostaban por qué iba a volver a pasar? ¿Cómo explicar de nuevo que lo que muchos dan por imposible volvió a ocurrir en 30 minutos de locura, en el que se dio la vuelta a la tortilla del resultado cuando muchos ya se tiraban de los pelos por la segunda derrota consecutiva en Champions, aunque esta vez fuera ante el vigente finalista de la competición y sus lógicas ansias de venganza, que además venía enrachado como líder de la competición y tras haberle endosado 7 goles a su rival en el partido anterior? En definitiva, ¿Cómo describir que lo que muchos ven imposible, el Real Madrid lo volvió a hacer posible en un abrir y cerrar de ojos? Vamos a intentarlo.

No es ningún descubrimiento que el comienzo de temporada del Real Madrid no está siendo el mejor, lo cuál hasta cierto punto es comprensible teniendo en cuenta tanto la salida de dos pesos pesados este verano como Nacho y Toni Kroos sin haberse fichado un sustituto para ninguno de los dos como la nula pretemporada que provocó que algunos jugadores disputaran el título de la Supercopa de Europa apenas una semana después del regreso de sus vacaciones, por ello, es normal que Ancelotti aún ande haciendo probaturas de sistemas, posiciones y demás y, con más motivo aún, tras la gravísima lesión que sufrió Carvajal en la que no solo saltó por los aires su rodilla sino también el esquema y balances defensivos del Real Madrid, que como reconoció Carletto en la previa del partido, fueron la clave de la gran temporada pasada que cuajó el equipo y de que lo que llevamos de temporada el juego del equipo esté dejando bastante que desear.

Aún con todo eso, y a pesar de la calidad del rival Ancelotti no escatimó recursos ofensivos en el día de ayer y ante el galimatías que Camavinga y Tchoaumeni mostraron en Vigo el pasado fin de semana, los mandó al banquillo a los dos formando un once compuesto por Courtois en portería, Lucas Vázquez y Mendy en los laterales con Rudiger y Militao de centrales, Valverde como eje del equipo flanqueado por Bellingham y Modric como interiores, Vinicius y Rodrygo en los extremos y Mbappé en punta.

Imagen: realmadrid.com

La primera media hora de partido apenas mostró ocasiones, pues el Real Madrid intentó acercarse tímidamente sin penetración alguna mientras el Borussia Dortmund disponía de posesiones larguísimas que tampoco conseguía transformar en peligro inminente, pero todo ese guion estalló en el minuto 30 cuando Lucas Vázquez intentó marcarse una frivolidad en la frontal de su área, que costó caro el equipo pues Guirassy recuperó el balón y tuvo la sangre fría de aguantar el balón en el punto de penalti para dejar solo a su compañero Malen, quien solo tuvo que fusilar a Courtois para adelantar al Borussia Dortmund en el marcador para desesperación del madridismo, que no sabía que lo peor aún estaba por llegar cuando pocos minutos después un contraataque conducido por el propio Malen, acabó en un centro raso que se paseó por el área pequeña y que remató a Placer Bynoe-Gittens, quien vagaba por el área pequeña completamente solo tras haber ganado la posición a Lucas Vázquez, que volvía a hacer aguas en defensa.

En ese momento, en que el partido se teñía de negro el Real Madrid intentó reaccionar con una triple oportunidad en la que la mala suerte parecía cebarse con el equipo blanco pues primero fue Rodrygo quien controló un balón de espaldas y a la media vuelta lo estampó en el larguero, luego fue Bellingham quien intentó aprovechar el rechace de Rodrygo y se volvió a encontrar con el travesaño con tan mala suerte que su disparo botó en la línea y no entró, y finalmente fue un rechace que se envenenó el que obligó a Kobel a dar lo mejor de sí para evitar que el Real Madrid acortara distancias antes del descanso, que no solo no consiguió sino que a punto estuvo el Borussia Dortmund de irse con un 0-3 al intermedio, ya que Courtois también se tuvo que lucir para que evitar que un impresionante trallazo de Brandt desde fuera del área acabara en la escuadra.

Imagen: realmadrid.com

En el descanso, todos creíamos que Ancelotti iba a revolucionar el equipo ante la imposibilidad de darle la vuelta al marcador visto el juego ofrecido por ambos equipos, pero el técnico italiano que perdió una final de Champions yendo ganando 3-0 al descanso y que si por algo será recordado en el Real Madrid es por ganar una final de Champions remontando un partido que perdía en el descuento y por ganar otra Champions llena de remontadas en octavos, cuartos y semifinales, no movió a ningún jugador y a pesar de ello, el equipo salió enchufando sabiendo (como en las entrevistas postpartido reconoció el propio Vinicius) que si marcaban un gol pronto, esto se remontaba.

Las ocasiones iniciales fueron de Vinicius y Rodrygo, pero entre la defensa y el portero alemán se apañaron para neutralizarlas, ese cerco a la portería alemana desató todos los miedos del Borussia hasta el punto que un exmadridista como Nuri Sahin decidió quitar al goleador Bynoe-Gittens para meter otro central más… y la verdad es que la apuesta no pudo salirle peor pues poco después el rechace de un córner cayó a un Mbappé, hasta entonces desaparecido, en una esquina del área y el francés se giró poniendo un centro sensacional a la cabeza de Rudiger, quien remató con el alma para recortar distancias y desatar el tsunami que estaba por venir, y en el que Vinicius se iba a erigir el protagonista absoluto primero con un gol de cazagoles en el que solo tuvo que empujar un balón que la defensa alemana había rebañado a Mbappé, cuando el francés se disponía a encarar a Kubel más solo que la una, y que el árbitro le dio suspense revisando un posible fuera de juego de Kylian que no parecía ni de lejos.

Cuando finalmente concedió el 2-2, entonces sí Ancelotti tiró del banquillo metiendo a Camavinga en lugar de Luka Modric, quien a sus 39 años sigue derrochando fútbol en sus botas, y el asedio blanco continuó con un disparo de Rodrygo que buscó el caño al portero reaccionando Kobel a tiempo para cerrar las piernas como poco después tuvo que hacer Courtois ante un peligrosísimo disparo de Beier que casi nos saca el corazón por la boca, pero el 2-3 no solo no llegó sino que la última aportación de Rodrygo antes de sus problemas musculares fue salvar un balón que se iba por la línea de fondo y que acabó en los pies de Lucas Vázquez para que diera el pase atrás a Vinicius o Mbappé, lo que nadie esperaba es que el lateral gallego iba a vengar sus fallos defensivos de la primera mitad colocando un trallazo en la escuadra que desató la euforia en el Bernabéu por enésima vez.

Imagen: realmadrid.com

Tras culminar la remontada, los músculos de Rodrygo no aguantaron más y tuvo que dejar su sitio a Tchoaumeni, pero lo que pocos imaginábamos es que lo mejor estaba por llegar y que un robo defensivo de Bellingham casi en su propio córner iba a ser aprovechado por Vinicius, para emular el mítico gol de Bale en la final de Copa del Rey de hace 10 años, recorriendo toda la banda izquierda con su impresionante velocidad, dejó atrás a los rivales como si fueran bolos para ir metiéndose hacia dentro y colocar el 4-2 con un disparo raso inapelable fuera del alcance de Kobel, tras ello Bellingham y Mbappé dejaron su sitio a Ceballos y Arda Guler, y aun dio tiempo a ver otro golazo que empezó con una delicia del turco en forma de caño en el mediocampo cuando estaba rodeado de jugadores alemanes, para acabar dejando el balón a Vinicius en tres cuartos de campo, quien una vez más desbordó a dos rivales como si estuviera en el patio del colegio y se sacó un disparo potentísimo ante el que nada pudo hacer Kobel para evitar que el Real Madrid le endosara un manita en apenas media hora.

Nadie sabe ahora mismo, lo que pasará el sábado en el Clásico pero hay que ser muy insensato para dar al Real Madrid por muerto antes de tiempo, y por si alguien lo duda que revise la exhibición de ayer en la que un partido que pintaba trágico acabó en la enésima remontada y en la enésima ocasión en la que el Real Madrid se impone a la lógica, y sobre todo, a sus haters madridistas y antimadridistas, y sinceramente no se a cuál de los dos es más placentero cerrarles la boca con un golpe de autoridad como el que vimos ayer.