Una crónica de: @OlgaUnMundo
Partido entre semana en el Bernabéu. Martes. Día de Champions. Pero, no. Esta vez se trataba de un partido adelantado de La Liga, debido a los parones de selecciones que tendremos en octubre y noviembre que tan bien les van a nuestros equipos.
Había runrún por el tema de las no rotaciones. Un partido en casa ante el Alavés se antoja lo suficientemente controlable para preservar alguno de los jugadores más valiosos de cara al derby. Pero Ancelotti fue con todo. Veremos si esto no traerá consecuencias con, por ejemplo, un Mbappé que se marchó tocado. Esperemos que el domingo podamos contar con él en el terreno de juego.
El Madrid empezó de la mejor manera posible: marcando. Apenas el árbitro se llevó el silbato a la boca para señalar el inicio, pestañeamos y el esférico entró en la portería rival de pie de Lucas Vázquez. 1-0.
Acostumbrados a que el equipo blanco salga con sus habituales carajas, especialmente con equipos que a priori no deberían presentar problemas, fue una gran alegría.
La noche prometía. El Real Madrid era un vendaval aplicando juego directo, rápido, encontrando huecos y generando ocasiones continuamente.
Imagen: realmadrid.com
En el minuto 22 llegó el segundo gol. Esta vez fue Mbappé, pero estaba en claro fuera de juego, por lo que fue anulado. Una lástima, porque la jugada iniciada gracias a un robo de balón de Tchouaméni, con pase a Bellingham y desmarque de Vinicus para asistir al parisino fue realmente bonita. La noche presagiaba goleada.
Empieza un arbitraje sibilino sin jugadas polémicas, pero decisiones difíciles de entender. Al fin y al cabo, algo que se viene repitiendo continuamente: Al Real Madrid el hacen faltas, pero las amarillas son para él. A los árbitros no se les puede ni mirar, pero ellos pueden faltarte al respeto todo lo que les dé la gana y más. En fin, dejaremos la crónica arbitral para nuestro amigo Nilo, que es su especialidad.
El actual campeón de Liga y de la Champions, siguió creando ocasiones con un juego divertido, en el que las asociaciones entre Bellingham y Mbappé, la potencia de Valverde y las incursiones de Rodrygo y Vinicius hacían las delicias de la afición.
Claramente, Bellingham y Fede son la piedra angular del equipo. Son cruciales para que el sistema funcione. Por eso, es importante cuidarlos bien para que no se lesionen, ya que sin ellos tenemos un grave problema.
El Real Madrid se gustaba y en el minuto 39 llegó el segundo gol, que esta vez sí subió al marcador. Kylian se ha ganado al Bernabéu con los 6 goles que ya tiene en su haber.
Imagen: realmadrid.com
Él y Jude se van conociendo mejor y eso se nota en el césped. Van cuajando. Y esta asociación empieza a ser muy buena. En muy poco tiempo será letal.
Una defensa bien plantada arruinaba los ataques del Alavés, que al contrario que otros muchos equipos de la que fue un día la mejor liga del mundo (hoy muy devaluada, aunque el muy madridista Javier Tebas no quiera reconocerlo), no se asustó con el 2-0 y planteó un juego dinámico y alegre.
La primera parte llegó a su fin y al pitido del árbitro se unieron los de la afición madridista por el descontento hacia ciertas decisiones. También se iniciaron los cantos que se producen cada semana contra la corrupción arbitral y futbolística que reina en nuestro país desde hace décadas, pero que no se oyó en la televisión. Oh, sorpresa. Dazn decidió bajar el volumen para ello, al contrario que suele hacer cuando las hinchadas rivales cantan “así gana el Madrid”, la mayoría de las veces sin sentido alguno.
Cosas de la censura. Es lo que tiene que las televisiones e imágenes del VAR las dirijan socios de entidades corruptas que campean en ésta, nuestra liga.
En especial, fueron protestadas las amarillas mostradas a Vinicius y Valverde. Ambos por protestar ante faltas claras no señaladas.
Imagen: realmadrid.com
El segundo tiempo empezó como el primero: con un gol en los primeros minutos. Concretamente en el 47. Rodrygo. Un gol que celebró con rabia. Tiene ganas de reivindicarse el brasileño. Ha sido muy cuestionado, pero hay que decir que en las últimas semanas se está aplicando fuertemente. Éste es el Rodrygol que queremos.
Con el 3-0 instalado en el marcador, se hacían necesarios los primeros cambios. Los jugadores llevan minutos en sus piernas y muchos más que van a llevar con el demencial calendario planeado para esta temporada.
Carletto no es amigo de las rotaciones ni de los cambios. Las redes sociales ardían pidiendo la entrada al campo de Arda Güller o Endrick para dar descanso a los titulares.
En el minuto 68 llegaron por fin los primeros cambios. Valverde y Rodrygo salieron para dar entrada a Modric y Endrick. Gigantesca ovación para el uruguayo, muy merecida, pues su juego fue excelso. Igual de grande fue para el querido Luka Modric y la ilusión que genera a la afición cada vez que el brasiniño sale a la cancha.
No se hizo esperar. 4 minutos más tarde de su salida, Endrick ya estrellaba un balón en la escuadra de la portería de Sivera.
Imagen: realmadrid.com
El Madrid tenía el partido controlado y fácilmente podían caer más goles, por lo que se fue confiando. Y esto es algo que no te puedes permitir ante ningún equipo. Ya en el minuto 78 llegó un claro aviso del equipo vasco, con un fuerte disparo que se estrelló en el poste.
Ancelotti aprovechó este momento para cambiar a Militao y darle minutos a Vallejo. Un chico que lo ha pasado muy mal futbolísticamente, pero sobre todo personalmente, para que pudiera coger confianza y de paso preservar un poco al central brasileño.
El equipo local, muy tranquilo con la clara ventaja en el marcador, empezó a hacer lo que hace muchas veces con este tipo de resultados para indignación del respetable: siestear.
En el minuto 81 se produjo la polémica del partido: falta clara de Endrick a Mouriño en salva sea la parte. Amarilla para muchos, roja para otros muchos. Curiosamente, en los próximos días sólo se hablará de esto. No de que el jugador vasco con un apellido que a los madridistas nos excita especialmente (no se escribe así, pero la pronunciación es la misma) igual no debió acabar el partido por la reiteración de faltas. Esto, como he dicho antes, nos lo explicará nuestro querido Nilo en su crónica arbitral.
El Alavés fue encontrando los huecos y atacando con más firmeza, mientras el Madrid se desconcentraba y no era capaz de recuperar el control. Fruto de esto, se inauguró la portería de Courtois.
Imagen: realmadrid.com
En el minuto 84 llega el gol del Alavés. Protessoni (antes conocido como Benavídez) aprovecha un mal rechace de la defensa en la que Manuel Vallejo sale claramente señalado. 22 años sin marcar en el Bernabéu llevaba el combinado blanquiazul.
Se reducía la distancia, pero el Madrid no reaccionó. Consideró que aún había dos goles más de rédito y que no había que alarmarse. El equipo dirigido por Luis García vio que podía reducir aún más esa ventaja y tan sólo 4 minutos más tarde, metió el segundo.
Kike García fue el artífice del 3-2. El Real Madrid se complicaba absurdamente un partido con una victoria abultada que se estaba convirtiendo en una pesadilla los últimos minutos. Porque el Alavés no se conformó. Veía que podían rascar puntos, así que dirigió todos sus esfuerzos al empate.
Hubo varios avisos muy serios que, afortunadamente, no surgieron efecto.
Arda Güller pudo disponer de algunos pocos minutos saliendo por un Mbappé cansado y con molestias.
Imagen: realmadrid.com
Llegamos al minuto 90 y Ancelotti decide hacer otro cambio: Vinicius por Fran García. Viendo que la defensa hacía aguas, era importante controlarla, pero también tener piernas frescas para aportar oxígeno y conseguir meter otro gol más.
Poco faltó para ello, pues Endrick tuvo una clara ocasión para hacerlo poco después.
Los últimos minutos fueron un auténtico asedio del equipo visitante, que Courtois achicaba como podía.
Un Alavés muy venido arriba con el permiso del Real Madrid, se gustaba y veía claramente la posibilidad de empatar el partido. Se pidió la hora en el Bernabéu insistentemente ante la probabilidad, más que clara, de un pinchazo que hubiera sido dramático.
Vallejo fue muy señalado en los minutos que jugó. Muy nervioso el chiclanero. Los que muchas veces hemos pedido minutos del jugador para dar descanso a Rüdiger o Militao comprendimos rápidamente el por qué de las decisiones del técnico italiano.
Imagen: realmadrid.com
Una última amarilla a Luka Modric tan increíble como cierta, cerró el partido.
La reprimenda en el vestuario tuvo que ser bien fuerte. El Real Madrid no se puede permitir perder el dominio de un partido que tuvo bajo control y con muy buen juego al menos el 70% del tiempo. La concentración debe ser constante y la completa desconexión del equipo a partir del minuto 70 no es aceptable.
Buenas sensaciones de cara al derby del sábado por el buen juego, pero con una clara lección de que no nos podemos confiar.