Una crónica de: @luismanper
Comienza el Real Madrid la temporada como terminó la anterior, ganando un título europeo como es esta Supercopa de Europa y en El Diario de Mou volvemos, como siempre a seguir con nuestra tradición de traeros las mejores previas y crónicas, deportivas y arbitrales, de los partidos de nuestro amado Real Madrid.
La Supercopa de Europa que el Real Madrid conquistó ayer en Varsovia es calificada habitualmente por Ancelotti como una continuación de la temporada anterior, y no le falta razón al técnico italiano ya que solo la idiosincrasia de este torneo disputado por los dos campeones de las máximas competiciones europeas deja entrever que es un premio a la temporada que concluye más que el pistoletazo de salida a la temporada que comienza.
Imagen: realmadrid.com
Aunque Ancelotti lleva a rajatabla esta teoría hasta el punto que suele alinear en la final a los mismos jugadores que disputaron la final de Champions, este año le ha sido imposible debido a la salida del equipo de dos mitos del madridismo como Nacho Fernández y Toni Kroos y a la lesión de rodilla de Camavinga en la víspera, lo que le obligó a apostar por Courtois en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Militao y Rudiger como centrales, Tchoaumeni en el eje del equipo flanqueado por Valverde y Bellingham, con Rodrygo y Vinicius en los costados y el flamante fichaje de Mbappé en punta de ataque.
El partido empezó con un doble susto del Atalanta, peligroso rival cuyos antecedentes arrasando al invicto Bayer Leverkusen de Xabi Alonso invitaban a no confiarse, y ese peligro no tardó en mostrarlo el equipo italiano pues desde el comienzo del partido empezó a rondar el área de Courtois, posteriormente una conmoción cerebral de un jugador suyo paró el partido durante varios minutos, y cuando el juego se reanudó vimos una primera mitad bastante plomiza, con una presión muy alta del Atalanta que sobrepasaba continuamente a un Tchoaumeni muy nervioso y en la que el único riesgo asumido por el club blanco en la salida del balón eran los balones en largo de Courtois buscando que alguno de ellos generara peligro a la zaga italiana, peligro que por parte madridista solo creó Mbappé rematando un pase lateral de Rodrygo que rebotó en un defensa y en la que el francés pidió mano aunque el árbitro desestimó su petición, al entender que el defensa la tenía en posición natural, y por el propio Rodrygo quien dispuso minutos después de un disparo con el exterior que atrapó Musso sin sobresaltos.
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Solo al final del primer tiempo, se vio una verdadera ocasión de gol en cada área y ambas acabaron estrelladas en el larguero, en la primera fue Militao quien no se marcó un gol en propia de milagro despejando de cabeza un centro lateral que se estrelló en la cruceta de Courtois y luego fue Rodrygo quien aprovechó un pase de tiralíneas de Vinicius para fusilar a Musso con tan mala suerte que su disparo fue directo al travesaño, el portero argentino había sido protagonista minutos antes cuando chocó con Bellingham, haciéndose ambos bastantes daño, en una jugada en la que el portero tuvo que salir con todo para evitar que el inglés controlase un balón dentro del área que lo habría dejado completamente solo para fusilar al portero, y que acabó en un choque que afortunadamente no pasó a mayores para ninguno de los dos.
Pero todo el peligro que no hubo en la primera mitad, lo vimos en la segunda, ya que tras el milagro de todos los días de Courtois en forma de mano salvadora para despejar un cabezazo de un atacante que no solo estaba muy bien dirigido sino que además le pilló a contrapié, Ancelotti movió el avispero cambiando de posición a Bellingham para que bajase mucho más atrás a recibir y donde mostró una exhibición de fuerza y regates en carrera que acabó desarbolando a la defensa italiana, tan característica por sus marcajes al hombre, que esta vez le sirvieron de poco, ya que la ruptura de líneas continua de Bellingham se tradujo en varios uno contra uno desperdiciados por Vinicius hasta que el brasileño recibió en el área desbordó al defensor en un abrir y cerrar de ojos y puso el pase de la muerte a Valverde, quien solamente tuvo que empujarla para anotar el primer gol del Real Madrid esta temporada y poner cuesta abajo un partido que minutos después sentenciaría Mbappé culminando otra gran jugada combinativa del equipo blanco, en el que Rodrygo robó un balón en tres cuartos demostrando una vez más el enorme despliegue defensivo que ofrece, Vinicius puso otro centro raso y envenenado a Mbappé que si bien en primera instancia no llegó, supo alejarse del balón lo suficiente para que Bellingham atrapara ese balón suelto, recortara a su defensor y le diera el pase perfecto para que el francés marcara su primer gol del Real Madrid colocando la pelota en la escuadra, como el que no quiere la cosa.
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A partir de ese momento, el partido bajó en intensidad y ganó en tensión pues el Atalanta empezó a realizar entradas bastantes duras que llevaron incluso a Carvajal a encararse con un rival que le había pisado el empeine instantes antes, Ancelotti abortó la tensión con su carrusel de cambios en el que Rodrygo, Mbappé, Bellingham, Carvajal y Vinicius dejaron su sitio a Modric, Brahim, Ceballos, Lucas Vázquez y Arda Güler respectivamente, los minutos fueron pasando entre tímidos acercamientos del Atalanta buscando recortar distancias, pero que se tradujo en pocas ocasiones claras más allá de un balón que despejó Militao cuando Courtois ya estaba batido.
Así conquistó el Real Madrid su sexta Supercopa de Europa convirtiéndose en el club que más veces ha ganado esta competición, mientras tanto Modric se convirtió en el jugador con más títulos en la historia del Real Madrid y lo celebró levantando el trofeo al cielo de Varsovia, y Carlo Ancelotti iguala a Miguel Muñoz como el entrenador más laureado de la historia del Real Madrid con 14 títulos, que se dice pronto. Por más que al mítico entrenador italiano le espere este año una difícil tarea para cuadrar los onces entre tantas estrellas, los madridistas parece que tendremos por delante una temporada larguísima en la que si nada se tuerce veremos a nuestro equipo ganar títulos, solo queda saber cuántos. Sean lo que sean, aquí estaremos en El Diario de Mou para contároslo una temporada más, y al igual que los jugadores, hasta que el cuerpo aguante y las obligaciones de cada uno nos lo permitan.