Una crónica de: @luismanper
El partido de ayer frente al Betis, se presentaba en teoría como una especie de ensayo general para la final de Champions contra el Borussia Dortmund que se disputa el sábado que viene, pero todo ello quedó eclipsado el pasado martes cuando uno de los artífices de esta década gloriosa como Toni Kroos, anunció que dicha final disputada en Wembley sería su último partido con la camiseta blanca, y haciendo gala de la fiabilidad alemana, cumpliría su palabra de que tras el Real Madrid no iba a jugar con ningún otro club anunciando su retirada del fútbol cuando finalice la participación de la selección alemana en la Eurocopa.
La noticia de la retirada de uno de los artífices de esta segunda época dorada de la historia del Real Madrid, de cuyo inicio con ese gol de cabeza de Sergio Ramos en el 92:48 en la mítica remontada al Atleti en Lisboa se cumplieron el viernes 10 años ya, dejó al madridismo en tal estado de shock que el partido de ayer se transformó de un ensayo general de la final a un homenaje a ese jugador alemán, que ha dirigido el ritmo de los partidos del Real Madrid durante una década y cuyos pases de escuadra y cartabón de un lado a otro del campo, ya estamos echando de menos como demostró el pasillo conjunto de los jugadores de Real Madrid (todos con la camiseta de Kroos con el número 8 a la espalda) y del Betis a Toni Kroos en la salida al campo antes de iniciar el partido, coronado por un precioso tifo de agradecimiento en la grada del Bernabéu.
Imagen: realmadrid.com
No obstante, Ancelotti sí se ajustó al guion inicialmente previsto y alineó a los teóricos titulares del sábado que viene en Wembley con Courtois en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Nacho y Rudiger como centrales, Camavinga en el eje del equipo ante la baja definitiva de Tchoaumeni para la final anunciada por el italiano en la rueda de prensa previa, flanqueado el francés por Valverde y el propio Toni Kroos, con Bellingham en el otro eje del rombo y Rodrygo y Vinicius en la delantera.
El partido empezó sin mucho ritmo, ya que a los jugadores madridistas se les notaba con el freno de mano echado para no arriesgarse a una posible lesión que les impidiera jugar la final mientras que el Betis llegaba a este último partido de la temporada con un rosario interminable de bajas que le llevó a jugar con el tercer portero o con un central que lleva 4 partidos en Primera División y que ayer tuvo la primera titularidad de su carrera, pero aún así el poco peligro que se veía en el partido lo creaba Rodrygo a quien se veía encarando continuamente a la defensa bética buscando un gol que le lleve a Wembley repleto de confianza, pero hoy no era el día de la inspiración de ninguno de los dos brasileños como se vio en un fallo en el despeje de la defensa andaluza que dejó a Vinicius en uno contra uno frente a Vieites, pero el portero catalán le rebañó el balón que quedó muerto en el área para que Mendy fusilara pero el disparo del lateral francés fue despejado por un defensa bética bajo palos.
Imagen: realmadrid.com
Posteriormente, otro regate de Rodrygo acabó en un pase de la muerte a Vinicius quien se sacó un taconazo en el área pequeña que volvió a repeler el portero bético que a esas alturas de partido ya se multiplicaba, pero la jugada polémica del partido iba a llegar en la otra portería cuando una falta lateral fue repelida por Courtois como buenamente pudo ante el intento de cabecear de Marc Roca que no llegó por los pelos, cayendo el balón a los pies de Johnny Cardoso, que solo tuvo que fusilar para adelantar al Betis en el marcador, sin embargo, el VAR avisó al árbitro del milimétrico fuera de juego de Marc Roca cuando se cruzó por delante de Courtois antes de su despeje y el árbitro acabó anulando su gol y manteniendo las tablas con las que llegamos al descanso.
La segunda parte comenzó con ocasiones en ambas áreas pues un disparo lejano de Sabaly a punto estuvo de abrir el marcador pero afortunadamente salió rozando el palo, después fueron 2 disparos de Vinicius los que crearon peligro el primero lo rechazó Vieites a pesar de que el brasileño estaba en fuera de juego y el segundo se le fue muy desviado, pero fue el Betis quien estuvo a punto de marcar aprovechando un contragolpe perfectamente ejecutado por Ayoze Pérez que acabó con Miranda chutando fuerte abajo un gol que parecía seguro hasta que apareció una soberbia mano de Courtois que hizo botar al balón, de manera que se fue por encima del larguero, ese impresionante paradón que recordó al Courtois de los tiempos prelesión fue la señal que esperaba Ancelotti para sustituir a Nacho y al portero belga para dar entrada a Militao y permitir que otra despedida como la de Kepa Arrizabalaga pudiera producirse en el campo para que la afición premiara con una larga ovación la excelente profesionalidad del portero que vino a ser titular cuando la rodilla de Courtois cedió y que ha acabado como tercer guardameta en el escalafón por detrás de Lunin y del propio Courtois.
Imagen: realmadrid.com
El propio Kepa tuvo que intervenir en otro contraataque culminado esta vez por el exbarcelonista Abde, quien tras sendos recortes que dejaron sentados a Militao y Rudiger le salió un disparo suave y centrado atrapado sin problema por el portero vasco, y tras otro gol anulado al Betis, ésta vez por claro fuera de juego de William José, llegaron los cambios que sonaban a despedida pues primero Ancelotti metió al campo a Lucas Vázquez y Modric, por Carvajal que había visto amarilla minutos antes y cuando todos creíamos que iba a sustituir a Kroos quitó a Camavinga, permitiendo que se repitiera el mediocampo que junto a Casemiro, tantas alegrías nos ha dado a los madridistas en la última década, en esos últimos minutos a Kroos le dio tiempo a lanzar una falta directa que despejó Vieites una vez más y a servir un córner que a punto estuvo de acabar en gol si no lo hubiera evitado Bellerín con un despeje poco ortodoxo, por lo que ese cambio por Ceballos fue el final de una de las pocas leyendas del Real Madrid que ha sabido despedirse a tiempo sin arrastrarse por los campos y sin agarrarse a contratos que le convirtieran en una rémora para el club y ensombrecieran todos sus buenos momentos, hasta el punto que Toni Kroos jugó ayer su último partido en el Bernabéu, probablemente culminando la mejor temporada de su carrera, pero como dijo el alemán en las explicaciones de su despedida, ese era el deseo que él tenía “dejarlo en lo más alto” y la verdad es que como diría Ancelotti “hay que tener muchos huevos para eso”.
De los pocos minutos de partido que quedaban poco hay más que añadir, porque la imagen que quedará en la retina de todos los amantes del fútbol es esa despedida con un mito que dejó a un lado la flema alemana cuando vio a sus hijos llorar a lágrima viva representándonos a muchos madridistas, que cada vez que tenemos que despedir a un mito que tantos nos ha hecho disfrutar en esta década prodigiosa repleta de Champions, nos sentimos un poco más viejos, pero siempre teniendo presente que por muchos mitos que se vayan, el Real Madrid siempre estará ahí compitiendo al más alto nivel, como nos recuerda esa final de Champions que nos espera dentro de siete días y que sería el mejor homenaje para uno de los jugadores que ha dejado huella en la historia del Real Madrid por su sencillez y su falta de ego fuera del campo, y sobre todo, por dirigir a su antojo el tempo de los partidos dentro del campo durante 464 partidos y 10 años y que merece ser recordado junto a Nacho, Carvajal y otro mito del fútbol como Luka Modric como los jugadores que igualaron las 6 Copas de Europa del gran Paco Gento, récord que hasta hace poco parecía inalcanzable y que el Real Madrid tiene a tiro de piedra en apenas una semana. Así como diría aquella canción de la Frontera, ¡No volváis sin ella!