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Una crónica de: @elcarrildel2
Valencia Basket se ha impuesto (99-93) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Jornada 33 de la temporada regular de la Liga ACB, disputado en la ciudad valenciana.
Damas y caballeros, este Real Madrid de la presente temporada nos toma el pelo. Hay que decirlo alto y claro, sin excusas ni paños calientes. El día que les apetece y les viene bien, son imparables. El que no, no tienen el más mínimo rubor en pasar de todo y perder sin el menor atisbo de sonrojo o vergüenza.
El último cuarto de hoy en Valencia ha sido sonrojante. La desgana en defensa hacía mucho tiempo que no se veía, y la dejadez en ataque absoluta. Llegar y tirarse un triple de cualquier manera, uno detrás de otro, así hasta diez para anotar únicamente uno. Defender en el mejor de los casos con la mirada. En bastantes ocasiones, ni eso.
Y no es que el resto del partido haya sido mejor. Siempre a remolque, permitiendo tirar al Valencia con absoluta comodidad, al punto de haber anotado el equipo local quince lanzamientos triples de veintiuno (nada menos que un setenta y dos por ciento). Por nuestra parte, treinta y nueve lanzamientos para doce aciertos. De dos, veinte anotados de treinta y seis lanzados. Y en tiros libres veinte de veintiséis.
Da toda la impresión que el Sr. Mateo es incapaz de motivar a sus jugadores para este tipo de partidos, que esta plantilla desconoce aquello de que el Madrid tiene la obligación de ganar todos los partidos, y que esos planteamientos de ir a pasar la tarde sin la más mínima actitud competitiva son incompatibles con esta camiseta y este escudo. He pensando en bastantes ocasiones esta temporada que al Sr. Mateo le falta el gen ganador que se debe exigir a todo entrenador del Real Madrid.
No puede ser excusa, ni explicación la final a cuatro que tenemos a la vista. Hoy tocaba Liga ACB, y había que ganar para seguir siendo líderes. Han pasado del asunto, pensando en que ya apretarán más adelante, otro día, cuando ellos quieran.
Ya escribí con anterioridad que al menos podían tener la deferencia de avisarnos del cariz con el que van a afrontar los partidos, para que los días que toque siesta dedicarnos a otra actividad que nos evite un enfado innecesario.
Quizás le convendría a los baloncestistas una sesiones con los futbolistas, para que vean en que consiste tomarse en serio la profesión, y al Sr. Mateo que le de unas clases el Sr. Ancelotti acerca de lo que hay que hacer para tener una plantilla motivada capaz de perder un solo partido y por causas externas (el arbitraje).
Son las once y media de la noche. Llevo tres horas delante del televisor viendo el partido y escribiendo esta crónica. Sinceramente, me voy con la impresión de haber perdido el tiempo, de que podía haber cosas mucho más provechosas que ver a este Madrid.
Buenas noches a todos. HALA MADRID.
