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Una crónica de: @luismanper
El Real Madrid es tan inexplicable que cuando hace dos años remontamos al City en apenas dos minutos un partido que estaba perdido en el minuto 88, pensamos que había sido un milagro irrepetible que jamás volveríamos a ver, y solo hemos tardado dos años en ver de nuevo una remontada idéntica en un partido muy parecido y esa grandeza se demuestra en que si hace dos años los protagonistas fueron Carvajal y Rodrygo, este año han sido dos jugadores que no vivieron esa Decimocuarta Champions como Rudiger y Joselu.
El partido prometía sufrimiento y nuestros presentimientos se cumplieron con creces ya que un once formado por Lunin en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Nacho y Rudiger como centrales, Tchoaumeni en el eje del equipo flanqueado por Kroos y Valverde, con Bellingham en el otro eje del rombo y Vinicius y Rodrygo en la delantera prometía un juego de ida y vuelta con ocasiones en ambas áreas desde los primeros minutos pues cuando nos dimos cuenta Vinicius había chutado al poste y el rechace de Rodrygo lo había parado Neuer cuando muchos ya cantábamos el gol y Gnabry había contestado con un pase de la muerte demasiado largo cuando Kane ya se relamía para empujarla… y apenas llevábamos un cuarto de hora de partido.
Imagen: realmadrid.com
Cuando el partido se calmó, el Real Madrid empezó a dominar la posesión del balón moviéndolo de un lado a otro con paciencia y manejado por Kroos que dirigía el partido a su antojo sin despeinarse y así se fue la primera parte sin ocasiones claras de gol más allá de balones aéreos que no conseguíamos rematar con claridad, chilena fallida de Vinicius incluida, el Bayern sí metió el miedo en el cuerpo con una volea a la media vuelta que salió pegada al poste y que tuvo que rozar Lunin para evitar males mayores, como minutos después haría Neuer con un centro envenenado de Vinicius que obligó al alemán a sacar una mano prodigiosa y con ese intercambio de golpes y la entrada de Alphonso Davies por la lesión de Gnabry nos fuimos al descanso.
Y como si fuera un presagio, el extremo canadiense comenzó la segunda parte desbordando a Carvajal para acabar chutando un disparo que rozó el lateral de Leganés y que afortunadamente salió rozando el larguero, ese susto hizo reaccionar a Vinicius hasta convertirse en el protagonista absoluto del partido desbordando continuamente a la defensa bávara hasta volver loco a Kimmich, pero para desesperación del madridismo no consiguió adelantar al Real Madrid porque primero Rodrygo remató un pase raso pegado al poste y luego el propio Vinicius remató con violencia desde la frontal del área obligando a Neuer a sacar la mano dura que tanto le caracteriza y que también mostró minutos después en una falta directa de Rodrygo que obligó a lucirse al portero alemán con una preciosa palomita.
Imagen: realmadrid.com
Estábamos lamentando las ocasiones falladas cuando Kane controló un balón de espaldas en el mediocampo, lo abrió a Alphonso Davies que lo controló en carrera regateó hacia dentro a Rudiger y colocó el balón en la escuadra cuando aún quedaban 20 minutos de partido, y ya sabemos que eso en una eliminatoria de Champions en el Bernabéu es una eternidad, Ancelotti el primero que lo sabe porque lo primero que hizo tras el gol fue dar entrada a Camavinga y a Modric en lugar de Tchoaumeni y Kroos, y Nacho lo demostró al minuto siguiente cuando remató un barullo en el área para empatar el partido pero su tanto fue anulado porque el central se había quitado de encima a Kimmich echándole una mano al cuello.
Mientras tanto los minutos avanzaba por lo que Ancelotti quemó sus naves sustituyendo a Rodrygo y Valverde para dar entrada a Brahim y Joselu que aún no lo sabía pero estaba a punto de entrar en la historia del Real Madrid, a la cuál entró por la puerta grande aprovechando un rechace de Neuer que dejó el balón muerto en el área pequeña cuando no pudo atrapar el disparo menos peligroso de Vinicius en todo el partido, pero el éxtasis iba a llegar en el minuto 90 cuando Nacho controló un balón en la frontal del área a la salida de un córner, abrió a Rudiger que estaba solo en un lateral del área pequeña para que este diera el pase de la muerte que remató Joselu completamente solo para entrar en la historia del madridismo, con suspense, pues el árbitro anuló su gol en primera instancia, pero la repetición del VAR dictaminó que era gol legal por lo que el 2-1 subió al marcador y obligó al Bayern a tirar de épica en un descuento eterno de más de 15 minutos debido al cambio de Bellingham para dar entrada a Militao, que a punto estuvo de costarnos un disgusto en un balón a la espalda de la defensa blanca, Muller tras un mal despeje de Mendy prolongó a De Ligt quien remató a gol cuando el árbitro ya había anulado la jugada por fuera de juego, desatando una polémica absurda que se habría ahorrado tan fácilmente como dejando acabar la jugada para que el VAR dictaminara si De Ligt estaba adelantado o no.
Imagen: realmadrid.com
Sea como fuere nunca lo sabremos si el central holandés estaba realmente en fuera de juego porque al haber pitado antes, nunca se revisará esa jugada de cuya validez dependía haber mandado al partido a la prórroga, pero el árbitro nos había devuelto el gol que nos negaron en aquel partido de Mestalla y el Real Madrid está en su sexta final de Champions en los últimos 10 años, pase lo que pase hay que dar gracias eternas a Florentino y Ancelotti por haber diseñado este equipo que recordaremos toda la vida y que ha conseguido convertir lo extraordinario en rutinario ya sea en forma de remontadas o de rondas finales en esta competición que tantas alegrías y que ha llevado al Real Madrid a erigirse como el mejor equipo de la historia ocurra lo que ocurra el 1 de junio en Wembley.
