Una crónica de: @luismanper
Tenía que ser Jude Bellingham quien sentenciara esta Liga, tenía que ser precisamente el inglés que llegó el año pasado pasando casi desapercibido porque los sabios del madridismo twittero estaban demasiados ocupados en llorar por el no fichaje de Mbappé aunque ya nadie se acordara del francés al final de la primera vuelta cuando Bellingham era pichichi destacadísimo de la competición, tenía que ser Bellingham quien cerrara esta competición después de entrar en barrena en 2024, con solo dos goles marcados contra el Girona y aquel de Valencia, que ya se encargó Gil Manzano de anular por lo civil o por lo criminal, tenía que ser él quien hoy reventara la red de Ter Stegen en ese descuento que nos coloca a 11 puntos de distancia del Barça cuando quedan 18 por jugar.
Y eso que Ancelotti lo puso difícil con un ataque de entrenador, de los que nos acostumbra de vez en cuando para desconcertarnos, sin darnos cuenta que si algo nos ha enseñado Carletto en los años que lleva de entrenador del Real Madrid (que como el que no quiere la cosa, ya son unos cuantos) que es mejor no intentar entenderlo, porque francamente el once de hoy formado por Lunin en portería, Lucas Vázquez y Camavinga en los laterales con Tchoaumeni y Rudiger de centrales, Kroos como eje del equipo y Modric y Valverde como interiores, con Bellingham en la mediapunta y Vinicius y Rodrygo en la delantera, fue incomprensible sobre todo en una línea defensiva rocambolesca.
Imagen: realmadrid.com
El partido empezó con Lunin recordándonos que de héroe a villano hay un paso, porque en el minuto 1 se puso a regatear en el área y a punto estuvo de liarla dando el balón a Lewandowski y en el minuto 5 directamente se tragó con patatas un balón aéreo que fue cabeceado a gol por Christensen, quien por cierto pareció apoyarse en Kroos a la hora de saltar, pero el caso es que el gol subió al marcador y el Barça pudo marcar alguno más porque con la defensa caótica que teníamos cada córner era un suplicio en el que el segundo no llegó por milímetros o quizá si llegó porque ese balón que Lunin sacó sobre la línea de gol nunca sabremos si traspasó o no la línea de gol… cosas de esta maravillosa Liga de Tebas en la que hay dinero para campañas de publicidad contra los clubes que la hacen famosa pero no para pagar un puñetero ojo de halcón como en otras Ligas o un chip en el balón que vibra en el reloj del árbitro cuando traspasa la línea de gol como en la Champions… pero ya saben que SPAIN IS DIFFERENT.
Ese gol pudo volver a desnivelar un partido que minutos antes había empatado Vinicius engañando a Ter Stegen en un penalti cometido por Cubarsí sobre Lucas Vázquez, y el partido llegó al descanso con ese empate pues ni Modric en un disparo manso desde la frontal, ni Gundogan de falta directa ni Rodrygo a pase de Vinicius ni Valverde en un disparo lejano consiguieron romper el empate, a quien sí rompió el uruguayo fue a De Jong, quien se golpeó con el charrúa en un balón dividido y se retiró en el descuento de la primera mitad dolorido de ese tobillo que no es la primera vez que se lesiona.
Imagen: realmadrid.com
A la vuelta de los vestuarios Xavi también sustituyó a Christensen para dar entrada a Fermín que después sería protagonista, convirtiéndose el partido en un absoluto correcalles con ocasiones en ambas áreas, Vinicius tuvo un par de contragolpes que no aprovechó demostrando que la defensa del Barça empezaba a deshilacharse pero esa falta de pegada del brasileño que empieza a rayar lo preocupante, la acabó pagando el Real Madrid en un balón a media altura que rechazó Lunin rebotando el balón en Fermín para convertirse en el 1-2 que celebró como si ya hubiera ganado el partido, es decir, como si no conociera al Real Madrid.
Porque cuando los culés se habían dado cuenta Vinicius había puesto otra maravillosa asistencia de las que nos ofrece en sus peores días para que Lucas Vázquez fusilara a Ter Stegen y colocar un empate que el propio Vinicius pudo desnivelar en otro contragolpe que estrelló en el portero alemán cuando Brahim estaba completamente solo para empujar la pelota, el hispanomarroquí desbordó varias veces a la defensa blaugrana pero no tardó en darse cuenta que iba más solo que la una porque Valverde en vez de doblarle bastante tenía con respirar tras la paliza de más de 200 minutos que lleva en 4 días, pero la gloria no estaba reservada para el malagueño sino para un inglés que en la primera vuelta marcó 15 goles sin ser delantero y que hoy recordó esa sensación de abrir los brazos para que la grada del Santiago Bernabéu le cante el “HEY JUDE” llegando desde atrás para fusilar a Ter Stegen aprovechando una asistencia rasa de Cafucas Vázquez que Joselu (quien minutos antes había sustituido a Vinicius al igual que Brahim a Rodrygo, Fran García a Camavinga y Militao a Kroos) dejó de pasar para que el inglés sentenciara el partido y esta Liga, que a partir de ahora invita a reservar jugadores para preparar la Champions y poder luchar el segundo doblete en 3 temporadas… Qué se dice pronto.