Una crónica de: @luismanper
Se presentaba el partido de hoy en Mallorca como un partido propicio para rotar a varios jugadores clave del equipo para que estén frescos en el encuentro de vuelta en el que nos jugamos el pase a semifinales en nuestra competición fetiche, por lo que teniendo en cuenta que el Mallorca venía de la resaca de ser derrotado el pasado sábado en la final de Copa, todos intuíamos que o bien saldría con el cuchillo entre los dientes para vengarse de la derrota o bien saldría aún impactado por el golpe de perder un título en los penaltis, aunque conociendo a los equipos de Javier Aguirre, todos imaginábamos que los tiros iban a ir más bien por la primera opción.
Y entre esos todos se incluye a Ancelotti, que recordando los antecedentes ligueros en este campo de partidos durísimos y con interrupciones de juego constantes que han acabado en más de una derrota, decidió quedarse a medio camino de las previsibles rotaciones que las circunstancias del partido hacían prever, apostando por Lunin en portería, Lucas Vázquez y Mendy en los laterales con Rudiger y Nacho como centrales, Tchoaumeni en el eje del equipo flanqueado por Valverde y Modric, con Bellingham como mediapunta y Joselu y Brahim en la delantera.
Imagen: realmadrid.com
Hay que decir que ambos equipos salieron en la primera parte atrapados en la apatía primaveral que estos días invade toda España, por lo que los primeros 45 minutos fueron un ladrillazo insoportable solo sacudido por algún eslalon de Brahim, de los que a veces parece que se va a regatear a sí mismo, un córner botado por el Mallorca que Raíllo cabeceó y fue repelido por Lunin dejando la pelota muerta en el área pequeña que afortunadamente cayó en los pies de Bellingham, quien pudo despejar el peligro como buenamente pudo y minutos después sería el propio Bellingham quien sacó al Real Madrid de su ensimismamiento estrellando en el larguero un disparo desde fuera del área que fue la única ocasión madridista en todo el primer tiempo.
Sin embargo, todo lo que no tuvo la primera mitad lo tuvo la segunda, porque apenas se había sacado de centro, cuando Tchoaumeni colocó un trallazo en la escuadra aunque en la repetición comprobamos que su tiro había rozado en un jugador mallorquinista alejando el balón del alcance del portero balear para convertir el 0-1 en el marcador, que acabó siendo el marcador definitivo, no sin sobresaltos, pues después del gol en contra Aguirre tiró la casa por la ventana sacando a dos delanteros como Abdón Prats y Larin y a dos mediocampistas como el excanterano Omar Mascarell o Sergi Darder, este último se sacó un trallazo lejano impresionante que obligó a Lunin a dar lo mejor de sí mismo para evitar el empate, el cual nos habría dado bastante rabía porque habíamos fallado ocasiones clarísimas para cerrar el partido, como un mano a mano de Brahim con el portero local casi vencido que en vez de chutar en el área pequeña intentó regatear dando al cancerbero la oportunidad de rebañarle el balón casi sobre la línea de gol.
Imagen: realmadrid.com
En ese momento, a Ancelotti se le acabó la paciencia y dio entrada a Vinicius y Camavinga por Brahim y Bellingham respectivamente, y el brasileño siguió creando estragos en la defensa mallorquinista, pues en su primera jugada regateó a varios defensores dando un pase de la muerte sobre la línea de fondo que no encontró rematador y en la segunda dejó a Valverde en otro mano a mano, en la que el uruguayo regateó al portero y cuando lo tenía todo a favor para marcar el segundo estrelló el balón en un defensor balear, por lo que el técnico italiano tuvo que agotar los cambios sacando a Militao y Carvajal por Lucas Vázquez y Modric, para intentar aguantar un resultado que peligró en un disparo franco del Mallorca en el área que consiguió interceptar Nacho y cuando en los últimos segundos de partido a Lunin se le escapó un balón aéreo que disputó con Muriqi, en una acción que pudo ser falta pero que quedó muerta en el área y que afortunadamente el atacante balcánico remató fuera, certificando el 0-1 que deja la Liga bastante encarrilada a la espera de lo que pase en la semana grande de la temporada, primero con la obligación de ganar en el Etihad Stadium para pasar a semifinales y después en el Clásico liguero del próximo domingo.