Dos derrotas más, tercera seguida tras la de Manresa en casa la semana pasada y malas sensaciones. No de que el equipo se haya caído totalmente ni que vaya en picado hacia abajo, pero no es de recibo un partido como el de Baskonia en casa por mucho que no nos jugáramos nada, tirarlo por la borda tras 8 minutos maravillosos recordando al Madrid de hace meses. Dos minutos finales de primer cuarto y tres cuartos más que no supimos jugarle a un equipo vasco que volvió a ganarnos de la misma manera que todos los partidos de la temporada pasada.
Y con esas sensaciones fuimos a territorio hostil en todos los aspectos. Visita a Barcelona y obviamente aquí sí que nos jugábamos algo y mucho. Peor aún con una primera parte lamentable, equipo perdido, peleles en manos de un equipo culé pleno de aciertos en los triples que nos bombardeó hasta los 21 pts de ventaja. Cuando todo estaba perdido salió un Llull que venía de 5/23 triples en los últimos 6 partidos de Euroliga, y desde después de la Copa en ACB un 2/21. Metió los dos primeros y un tercero inverosímil de los que solo puede meter él, para agarrarse al partido y poco a poco, con el gran partido de Deck acompañado en la segunda parte de Musa (muy errático en la primera y su otro brate, todo el partido) acercarnos a un punto. Parecía que a ese ritmo incluso nos iba a sobrar tiempo para ponernos por delante y llevarnos el partido tras la remontada. Pero apareció la magia del Palau con sus habituales decisiones arbitrales para impedir eso. Dos faltas a Tavares inexistentes por completo sumada a otra recibida por Poirier en la lucha de rebote de ataque, aporreado en ambos brazos por Vesely y Parker sin sanción ninguna y posterior técnica al francés por protestar, ayudaron muy mucho a los locales como suele ser habitual. Lapro puso la guinda de un partido calamitoso por nuestra parte, reaccionado y casi remontado, pero que nos deja con otra derrota más con malísimas sensaciones y sin liderato ACB.