CRÓNICA | ✍ RODRYGO AGUANTA EL PULSO: REAL MADRID 2 – 0 ATHLETIC CLUB BILBAO

Una crónica de: @luismanper

Se presentaba extraño el partido de ayer a pesar de ser todo un clásico liguero, pues se enfrentaban los dos únicos equipos junto al Barça que jamás han descendido a Segunda División, pero paradójicamente ambos tenían más la mente en el horizonte de la final de Copa y de los cuartos de final de Champions contra el Manchester City que en el propio partido de ayer, a pesar de que ambos tienen objetivos ligueros muy vigentes nada menos que el liderato liguero para los madridistas y la clasificación para Champions para los vascos. A toda esta indefinición del partido, se sumó el descalzaperros de las equipaciones con el Real Madrid jugando de morado como local y el Athletic jugando de blanco en el Bernabéu a pesar de ser el equipo visitante. Ver para creer.

En lo puramente deportivo, se presumían rotaciones en ambos equipos pensando en futuras batallas, pero al final se rebajó la expectativa y tanto Valverde como Ancelotti rotaron menos de lo que se presumía, en el caso del italiano solo reservó a Camavinga que había salido tocado de su compromiso con Francia además de la baja obligada de Vinicius por acumulación de amonestaciones, lo que le llevó a alinear un once formado por Lunin en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Nacho y Rudiger de centrales siendo Tchoaumeni el ancla del equipo flanqueado por Valverde y Kroos, quedando la mediapunta para Bellingham (que volvía tras dos partidos de sanción) y la delantera para Brahim y Rodrygo.

Imagen: realmadrid.com 

Pronto se vio que el brasileño se mueve como pez en el agua, en la posición que habitualmente desempeña Vinicius pues la grada andaba cantando el “Illa, illa Juanito Maravilla” de cada minuto 7, cuando el brasileño enganchó la pelota en la frontal del área, empezó a driblar hacia dentro, Bellingham hizo el resto arrastrando la defensa para alejarla del brasileño y cuando nos dimos cuenta el balón estaba en la escuadra tras un zambombazo del brasileño que se convirtió en el 1-0 dejándonos a todos boquiabiertos.

Ese primer gol bajó el ritmo del partido, pues el Athletic de Bilbao intentó tirar de su habitual presión alta pero más con el corazón que con la cabeza, pues la cabeza todos imaginábamos que la tenían en otro sitio, y para colmo su central Yeray tuvo que pedir el cambio por molestias musculares por lo que el central internacional con la selección Vivian, a quien Valverde quería reservar para la final de Copa, tuvo que saltar al ruedo sin apenas calentar, como demostró posteriormente cuando casi se mete un gol en propia interceptando un pase de la muerte de Carvajal, pero afortunadamente para él se fue rozando el palo. También Valverde dispuso de una clara oportunidad con uno de sus clásicos disparos desde fuera del área que despejó Julen Aguirrezabala, a quien Valverde le había dado la portería para que no llegue a la final de Copa sin ritmo de partidos, la primera mitad la cerró un cabezazo de Tchoaumeni a la salida de un córner que no se convirtió en el 2-0 de milagro.

Imagen: realmadrid.com 

Y si la primera parte adoleció de falta de ritmo, la segunda mostró todo lo contrario pues pareció que ambos equipos habían sufrido un electroshock porque salieron lanzados al ataque, primero fue Brahim quien completamente solo dispuso de un disparo franco que estrelló en el poste cuando ya se cantaba el 2-0 en el Bernabéu, y después fue Iñaki Williams quien remató a bocajarro a la salida de un córner un disparo seco con el pie que Lunin se quitó de encima como buenamente pudo en el milagro de todos los partidos, esa ocasión la interpretó Valverde como el toque de corneta que estaba esperando para hacer un triple cambio y apostar por los jugadores que había reservado pero dichos cambios no se tradujeron en peligro real más allá del dominio insulso que solo acabaron en un balón parado despejado por la defensa blanca.

En esas estábamos cuando Alberola Rojas decidió convertirse en el protagonista del partido pues para no señalar un claro penalti cometido sobre Rodrygo se inventó un fuera de juego inexistente ya que el brasileño recibió el balón directamente de un contrario, esa jugada indignó tanto a Bellingham que tras hacer el gesto del silencio, se reivindicó el inglés dirigiendo un contraataque en el que dejó solo al propio Rodrygo quien se internó en el área, recortó a Vivian con un gesto de gran calidad y batió a Julen Aguirrezabalaga.

Imagen: realmadrid.com 

Ese segundo gol desató también el carrusel de cambios de Ancelotti, pues el italiano hizo un triple cambio sustituyendo a un tocado Valverde (lo vimos durante todo el partido con un vendaje en el muslo, que todos deseamos que no vaya a más), Kroos y el propio Rodrygo para dar entrada a Camavinga, Modric y Lucas Vázquez, minutos antes había salido Joselu en lugar de Brahim Díaz, que venía de jugar una minutada con Marruecos en el maldito parón de selecciones, pero el cambio que todos esperábamos llegó en el descuento y con mucho suspense, pues tuvimos que ver a Ancelotti pidiendo a Lunin que tirara el balón fuera para ver sobre el césped a Eder Militao ocho meses después, quien entró en lugar de un Carvajal que se había enganchado con varios jugadores bilbaínos en los últimos minutos de partido, para volver a sentirse futbolista ante el mismo rival contra el que se destrozó la rodilla allá por el mes de agosto en la primera jornada de Liga. Vuelve a tiempo el brasileño para ayudar al equipo en el decisivo mes de abril que nos espera, tanto en el doble enfrentamiento contra el Manchester City como en ese Clásico que será decisivo para sentenciar o dejar la Liga al rojo vivo, ya que el Barça no deja de ganar apretando la clasificación en cada partido que juega.