Una crónica de: @luismanper
Cerró ayer el Real Madrid la clasificación para octavos como líder de grupo en un partido brillante, a pesar de las numerosas bajas con las que cuenta la plantilla a estas alturas de temporada (a las 8 bajas con las que volvimos del parón de selecciones, se unió ayer la de Luka Modric por una sobrecarga muscular sufrida en Cádiz), pero nadie lo diría porque el Real Madrid cuajó ayer un partido sobresaliente con presión muy alta, mucha mordiente ofensiva y sendas exhibiciones de Bellingham y Kroos que acabó con la guinda del golazo de Nico Paz que, puesto a integrarse en la primera plantilla, entró por la puerta grande con un golazo que desniveló el partido.
Ancelotti volvió a cuajar otro once de circunstancias con 3 novedades con respecto al once de Cádiz, formando con Lunin en portería, Carvajal y Mendy en los laterales con Alaba y Rudiger de centrales, Kroos como eje del equipo flanqueado por Valverde y Ceballos, quedando la mediapunta para Bellingham y la delantera para Brahim y Rodrygo, en un once en el que Ancelotti apostó por jugar sin nueve puro, dejando en el banquillo al único nueve puro del equipo como es Joselu.
Imagen: realmadrid.com
Salió lanzado el Nápoles a presionar arriba y cuando nos dimos cuenta se habían adelantado en el marcador por medio de Gio Simeone, el hijo del entrenador atlético remachó en el área pequeña un centro lateral que Lunin sacó imitando la mítica parada de Casillas a Perotti, pero el reloj del árbitro vibró para indicar que el balón ya había traspasado la línea de gol cuando Lunin la despejó, por lo que el 0-1 subió al marcador… solo por un par de minutos ya que en la siguiente jugada Brahim se marcó una roulette made in Zidane para encarar la frontal del área, dejando el balón a la izquierda para Rodrygo, que imitó sus goles de Cádiz, regateando desde la izquierda a 2 defensores para llegar al punto de penalti y colocar el balón en la escuadra como si fuese fácil.
A partir de ese momento, el equipo se lanzó al ataque dirigido por un Kroos sublime, que gobernaba el partido a su antojo jugando en corto y en largo con pases de 40 metros de escuadra y cartabón que volvían locos a los jugadores del Nápoles, pero paradójicamente la asistencia de gol no la iba a dar el jugador alemán, sino David Alaba quien tras una preciosa jugada combinativa de todo el equipo, puso un pase al hueco perfecto en la cabeza de Bellingham, que se lanzó en plancha para superar a Meret y remontar el partido, poco después el jugador inglés se haría daño en el tobillo y quedaría mermado el resto de la primera mitad, lo cual el Nápoles intentó aprovechar para empatar antes del descanso y lo hubiera conseguido si no hubiera sido porque un providencial Rudiger consiguió cortar un centro raso lateral cuando el delantero del Nápoles se disponía a empujarla para colocar el empate a 2.
Imagen: realmadrid.com
A pesar de que el Real Madrid consiguió llegar al descanso por delante en el marcador, el Nápoles se lanzó a degüello en la segunda parte cuando sustituyó a Gio Simeone para dar entrada a una bestia como Oshimen, que no fue titular porque venía de una lesión, esta vez fue el exjugador del Villarreal Zambo Anguissa, quien percutiendo sobre el flanco débil del equipo ayer que era la banda de Mendy, aprovechó un balón muerto en el área pequeña para fusilar a Lunin sin contemplaciones y empatar el partido con toda la segunda parte por delante, en la que el Nápoles parecía lanzarse a por el partido aprovechando los problemas físicos de Bellingham, pero tras unas molestias musculares de Brahim aprovechó Ancelotti para remover el avispero y sacar a Nico Paz por el malagueño y a Joselu por Ceballos, que perdió un balón que estuvo a punto de convertirse en el tercer gol del Nápoles si no llega a aparecer Valverde como salvador para evitar el 2-3 y fue lo último que hizo en el campo.
Los cambios devolvieron al Real Madrid el control del partido y volvieron a lanzarse al ataque en una sucesión de ocasiones falladas por Joselu de todas las maneras posibles, de cabeza en un rechace del portero a un remate de Bellingham que se le fue fuera, de chilena que también salió rozando el larguero y alguna más que marró con el pie, hasta que apareció Nico Paz regateando a dos rivales y sacándose un latigazo desde 30 metros que botó delante de Meret, despistando al portero brasileño para colocar el 3-2 que desniveló el marcador para que Bellingham pusiera el broche de oro a su enorme partido con otra asistencia del astro inglés para Joselu que esta vez sí consiguió embuchar para cerrar el 4-2, en un partido soberbio del Real Madrid que le sirve para cerrar la fase de grupos como líder a falta de un partido de trámite que se jugará en diciembre en Berlín.