CRÓNICA | ✍ LA GALOPADA QUE SE QUEDO EN TROTE: SEVILLA 1 – 1 REAL MADRID

Una crónica de: @Mrsambo92

Debo reconocer que esta jornada me ha pillado a contrapié. No me había enterado ni de hora ni de día. Sabía que había partidos, eso sí. No sé qué tienen los parones de selecciones. Son como un anestésico. Son como bromuro. Son como prepararse para una noche de fiesta y lascivia y que, cuando llega la hora, te digan: “tengo la regla”, “me duele la cabeza”, aléjate, psicópata”. Sí, los parones de selecciones son como la regla, el dolor de cabeza o la psicopatía.

Así que la orden de Toni de hacer la reseña me llegó como un “¡despierta y ponte a galopar!” cuando yo estaba ahí en el séptimo cielo, soñando con goles por la escuadra y celebraciones desnudo en ciertos estadios mientras babea, agonizante, de gusto. Claro, no es lo mismo. Cabalgar se cabalga, pero con susto y al trote.

También tengo que reconocer que me ilusionó oír el nombre de Arda Güler, pero Ancelotti también es del “Team Bromuro” y dijo: “sí, pero todavía no”. Total, que fuimos a Sevilla con los de siempre, incluido el recuperado Alaba.

Fue un partido aceptable, viendo las circunstancias externas (viniendo del parón de selecciones), e internas (un árbitro que se esmeró en cortar el ritmo y descomponer cuando las cosas iban bien), pero un tanto a trompicones e irregular como consecuencia lógica.

Buen equipo sacó Carlo, aunque tiene poco mérito, porque saque lo que saque es complicado que no lo sea. Alaba se sumó a la parte central de la defensa y Mendy volvió al lateral. En el medio estaba la duda de a qué jugón rubio sacaría el italiano. Optó por Kroos, que parece tener prioridad. Arriba volvió Rodrygo para compartir línea con Vinicius.

Imagen: realmadrid.com

Y hay que reconocer que el Madrid jugó un buen primer tiempo, de hecho, este equipo juega realmente bien, aunque la estrella indiscutible fue De Burgos Bengoetxea, como suele ocurrir cuando nos arbitral. Sólo necesitó 8 minutos para rubricar un festival magnífico.

Dos golitos se fueron al limbo. El primero de Valverde, que luchó con acierto un balón, pero el tacón de Bellingham, por lo que se ve, lo situaba en posición antirreglamentaria, por lo que al anticiparse anuló toda la jugada…

El segundo fue más sangrante. Frenó una contra porque le dio la real gana, perjudicando al poseedor del balón. No hubo falta, no pitó falta, sólo se quedó un jugador del Sevilla tirado en el suelo, medio segundo, ¡pegado a la línea de fondo! La contra fue espectacular, todo hay que decirlo, con un taconazo de Rodrygo, que recordó un tanto al de Guti frente al Depor, para la definición de Bellingham.

Hubo otro jugadón de Vinicius dentro del área, pero no pudo definir bien obstaculizado por los empujones y agarrones de Jesús Navas.

Desde ahí, con decisiones continuas que De Burgos siempre señalaba en la misma dirección (salvo las continuas faltas a Bellingham, hasta 5 en pocos minutos sin que mediara tarjeta), el Sevilla se fue asentando y tuvo un par de ocasiones claras. Un tiro lejano de Rakitic sin excesivo peligro; otro lanzamiento del croata dentro del área que salvó Carvajal bajo palos corrigiendo su pérdida y un buen disparo de Ocampos que desvió Kepa sin problemas acto seguido.

A algunos, el Sevilla les cayó mejor desde el partido frente al Barcelona, por aquello de ser de los pocos que han hablado clarito del equipo de la corrupción y la ruina, pero tampoco creo que esas cosas se propaguen ni alarguen en el tiempo. Como el que tiene un catarro suave.

Imagen: realmadrid.com

La cosa se igualó, el Madrid comenzó a recuperar el control de nuevo. Hubo una contra de Vini con un maravilloso control orientado y una posterior respuesta de Sow dentro del área que se fue desviada.

En la parte final el control madridista volvió a ser completo con Ramos salvando un gol en la raya, aunque para De Burgos no fue córner porque ya se sabe; Vinicius ante el portero no logra definir tras un sensacional pase largo de Rüdiger (el brasileño la intenta cruzar, pero le salió mal). Luego vino un tremendo penalti de Navas a Vinicius, al que se lleva puesto trabándole por detrás sin necesidad alguna, pero que tampoco nadie quiso pitar. No Bengos, ni VARes ni VORes secretos.

En la segunda parte se nos hizo largo el parón de selecciones. Un clásico. Con todo, hasta los cambios en el mediocampo, el Madrid volvió a ser superior. Tras un remate flojo de Rakitic a las manos de Kepa, las ocasiones madridistas se sucedieron.

Kroos desviado desde lejos, Alaba alto de cabeza tras un córner… Rodrygo tuvo una clarísima dentro del área que se la sacó Nyland con una buena intervención. Ramos hizo también de frontón, sacando todo lanzamiento que amenazaba su potería.

Un gran pase de Vinicius a Rodrygo terminó con una ineficaz vaselina de este último, que sigue negado.

Con la entrada de Modric y Camavinga por Tchouameni y Valverde el equipo se descompuso. El Sevilla no había llegado, pero lo que pretendía ser una solución para tener más posesión y domar el partido, resultó todo lo contrario.

Imagen: realmadrid.com

El encuentro se volvió un correcalles, de un tiro alto de Modric desde la frontal a un remate de Ocampos que detuvo Kepa sin complicaciones, para terminar con el Sevilla apretando y el Madrid muy desorganizado.

Las ocasiones se daban en las dos porterías, pero el Sevilla, con los veteranos Rakitic, Navas y Ramos, que hicieron un gran partido, al mando, parecía más fresco. Rodrygo disparó alto tras una buena jugada, pero en general nos costaba recuperar la bola cuando hacíamos la presión alta, por lo que tocaba replegar y hacer un esfuerzo extra que se notó. De hecho, poco después llegó el gol de Alaba en propia puerta.

La fortuna nos sonrió por partida doble, primero porque marcamos el empate casi de inmediato, y segundo porque lo hizo Carvajal de cabeza, algo que sólo es factible en uno de los mil millones de universos posibles, siempre que saque Kroos (gran primera parte de nuevo), que es como el Dr. Strange, pero más guapo.

El resto de cambios variaron poco la cosa. Joselu entró por Rodrygo y, después, Brahim y Fran García por Vinicius y Mendy.

En los últimos minutos, Ramos fue el más peligroso. Un cabezazo suyo hizo lucirse a Kepa con un fantástico vuelo que dio para desviar el balón al palo. El central sevillista tuvo otro remate al final que se fue alto.

Imagen: realmadrid.com

Hubo un lío en el área del Sevilla con Vinicius como protagonista. Intentaron provocarle, si bien el brasileño no entró a ello, pero buscando el balón que los sevillistas intentaban esconderle, uno de ellos se lanzó al césped, como si le hubiera disparado un francotirador o llegara al sofá tras tres días de caminata, para comenzar la trifulca. Poca cosa.

El caso es que nos costaba aguantar el balón en una fatiga que nadie pudo disimular. Y a pesar de todo tuvimos la última con una falta en la frontal que Kroos mandó demasiado centrada a las manos de Nyland.

Me gusta mucho el equipo. Lástima que no lograra aguantar el ritmo como ocurre tantas veces tras los parones de selecciones y frente a los árbitros en plena forma, pero fue mejor en líneas generales salvo en el último tercio. Alaba ha llegado realmente bien de la lesión. Junto a Rüdiger fue de lo mejor. El resto cumplió sin destacar, siendo lo de Rodrygo lo más preocupante, aunque es tan talentoso que saldrá a flote.

Total, que Toni me despertó para cabalgar, pero sólo pudimos ir al trote. Si es que hay que hacer las cosas con mimo y con descanso, no con tanto parón y tanta selección…