Una crónica de: @luismanper
No se puede ir al parón el Real Madrid con mejores sensaciones que las que deja esta goleada frente a Osasuna, en la que Bellingham ha vuelto a demostrar por enésima vez que los 100 millones y pico que costó van a parecer pocos, pues de pocos jugadores se puede decir que se hayan ido con 10 goles al parón de octubre y hacerlo nada más llegar lo eleva a jugador de época, y otros jugadores como Valverde o Carvajal han seguido exhibiendo un momento de forma fantástico desde que comenzó la temporada y hasta el invento improvisado de ver a Tchoaumeni como central, obligado por las lesiones de Militao y Alaba y la sanción de Nacho, ha resultado satisfactorio, en un partido en el que la única nota negativa es que los dos centrales han acabado amonestados en un partido en el que no han estado demasiado exigidos, y la amarilla a Rudiger es peligrosa porque es la cuarta y si ve otra tarjeta amarilla la próxima jornada en el Sánchez Pizjuán, se perdería el Clásico.
Ancelotti innovó poco en el once, apostando por Kepa en portería, Carvajal y Mendy en los laterales y Rudiger y Tchoaumeni como centrales, con Camavinga en el eje del equipo y Valverde y Modric en los interiores, siendo Bellingham el mediapunta dejando la delantera para Joselu y Vinicius. Esta vez no salió el Real Madrid con la caraja habitual de los inicios de partido y desde los primeros minutos salió lanzado, primero fue Joselu quien se internó en el área y puso un pase bombeado al que Valverde no llegó para rematar de cabeza, y el segundo aviso ya se convirtió en el primer gol cuando Modric ganó un balón dividido puso un pase perfecto al hueco que recibió Carvajal de espaldas dentro del área para dejar el balón manso a un Bellingham que llegaba de frente con todo y en vez de reventar el balón, hizo gala de su calidad y tras regatear al defensor navarro, la colocó lejos del alcance de Sergio Herrera para abrir el marcador.
Imagen: realmadrid.com
A partir de entonces, el equipo tuvo la caraja habitual que hasta entonces no había tenido, pero esta vez sin dejar de controlar el partido, lo que provocó que el ritmo del partido se convirtiera en infumable, lo cual no es lo más recomendable a la hora de la siesta, en esas estábamos cuando a punto de llegar el descanso una pérdida de balón de Carvajal, al que el mejorable juego con los pies de Kepa le había dejado vendido, acabó con Budimir rematando totalmente solo en el punto de penalti pero afortunadamente, el remate se le fue alto, por lo que llegamos al descanso con 1-0 y parece ser que esa ocasión hizo reaccionar al equipo, porque en cuanto empezó la segunda mitad el equipo volvió a activarse y a los pocos minutos llegó el segundo gol de Bellingham, cuando aprovechó otra combinación en la frontal del área para meter el balón entre las piernas del portero y sentenciar el partido.
Ese segundo gol sirvió para que el equipo se desate y nadie mejor que Vinicius para plantear un partido de ida y vuelta como demostró pocos minutos después cuando aprovechó una magnífica asistencia de Valverde desde su propio campo para quedarse solo ante Sergio Herrera, regatear al cancerbero como quien esquiva un muñeco y colocar el 3-0 sin oposición, pero la fiesta de Vinicius no acabaría ahí, pues controló poco después un balón en la frontal del área con David García colgado de la chepa, pero aguantó el balón hasta que llegó Joselu para rematar cruzado y colocar el 4-0 que cerró el marcador… porque el propio Joselu pudo completar la manita con un penalti provocado por Kroos (que había sustituido minutos antes a Camavinga) pero no lo pudo tirar peor el delantero gallego, pues su disparo le salió centrado y un parapenaltis como Sergio Herrera no se venció así que rechazó su disparo y provocó al estadio con una celebración excesiva para ir perdiendo 4-0, aunque poco después se disculpó, el partido murió con los cambios de Ancelotti para repartir minutos, en dos tandas en las que Brahim, Lucas Vázquez, Rodrygo y Ceballos sustituyeron a Vinicius, Carvajal, Bellingham y Modric respectivamente.
Imagen: realmadrid.com
En conclusión, el equipo se va líder al parón con una sola derrota en lo que va de temporada en el Wanda Metropolitano, por lo que la temporada va como todos habríamos deseado a estas alturas, a la vuelta visitamos el Sánchez Pizjuán, jugamos un doble enfrentamiento contra el Sporting Braga y a finales de octubre llega el Clásico en el Bernabéu, en una tanda de partidos que medirán con exactitud la fiabilidad de este equipo que hasta el momento, está respondiendo con creces.