CRÓNICA | Incapacidad: Real Madrid Baloncesto 82 – 93 Unicaja

Una crónica de: @elcarrildel2 

Málaga se ha impuesto (82-93) al Real Madrid, en el partido correspondiente a la Semifinal de la Copa del Rey, disputado en el Pabellón Olímpico de Badalona.

Apenas aguantaron los nuestros el primer cuarto. Nada nuevo, que ya en el partido de cuartos habíamos sobrevivido gracias a la distancia adquirida en los diez minutos iniciales. Ayer, ganamos de dos (19-17). Y si somos sinceros, ya los síntomas que veíamos eran preocupantes.

Tampoco estuvieron los colegiados por la labor de cortar el excesivo ímpetu que ponían los jugadores malagueños. Ejim se llevó por delante primero a Musa, que se tuvo que retirar totalmente grogui, y después a Tavares, al que hizo una brecha profunda.

Y desde luego que lo anterior no es óbice para oscurecer nuestras carencias, que empiezan en la debilidad de la dirección de juego, en la que no logran asentarse ni Nigel WG, ni Hanga ni Rodríguez, ni Llull, pasando por los fallos reiteraros en los tiros libres (ayer un 68%, veintiún anotados de treinta y uno lanzados), el bochornoso porcentaje en el lanzamiento de tres (ayer tres de veinte, esto es un 15%, y que no hacía más que confirmar la tendencia: un total de seis aciertos sobre treinta y siete lanzamientos, realmente incomprensible).

Perdimos en rebotes. En los defensivos, 20 a 23, y en los ofensivos, 5 a 6. Tavares capturó únicamente dos. Y cierto es que todos vimos como le empujaban por su espalda un salto tras otro sin que los colegiados pitasen nada. Pero tampoco es el primer partido en el que los rebotes nos son desfavorables. Quizás convendría saber los motivos por los que Poirier ha pasado a jugar de manera marginal los últimos encuentros.

Nueve asistencias dimos en los cuarenta minutos. No existe el juego colectivo. Más bien parece que todo queda a la individualidad, con Musa como máximo abanderado de esta faceta del juego.

Trece pérdidas, sin duda aspecto del juego conectado al anterior de la falta de mando en plaza de los bases. Falta un líder claro que sea capaz de asumir el mando y la reacción. Quizás ese papel es de Llull, ayer ausente.

Veintidós faltas frente a veintisiete. Damos la impresión de ser un equipo blandito, con poco compromiso defensivo.

Y termino por hoy con el entrenador. Cuando las cosas se tuercen y se salen del plan establecido, no da la impresión Chus Mateo, ni sus ayudantes, de ser capaces de enderezar el rumbo.

En resumen, fracaso sin paliativos. Nada menos que noventa y tres puntos encajados deja bien a las claras el pésimo partido de los nuestros, que dejan pasar una excelente oportunidad de haber engrosado su palmarés con un nuevo título.

Vamos a agarrarnos a aquello de “no hay mal que por bien no venga”.

Buenos días a todos. HALA MADRID.