Una crónica de: @Datemus
Partido matinal en el Di Stefano, en una mañana con un sol de otoño espectacular, para intentar auparse de nuevo a los puestos de play-off. Este Castilla se está mostrando muy maduro para estar aún en el primer tercio de campaña, cuando más le cuesta a un conjunto que se ha de renovar cada comienzo de temporada.
Alineación cercana a la clásica de Raúl: portero, Mario de Luis. Defensa para Vinicius Tobías, Carrillo, Edgar y Pablo Ramón, una vez más, de lateral izquierdo. Hoy, examen de los de atrás sin su líder, Rafa Marín, capitaneando la línea desde el centro de la zaga. Centro del campo para Mario Martín, Arribas y Dotor. Delantera para Peter, Álvaro Martín y Álvaro Rodríguez.
La crónica del primer tiempo no resultará extensa. Desde el primer momento, ambos equipos exhibieron sus propuestas sin esconder nada. El Castilla, con su tradicional juego ofensivo como local. El Pontevedra se la jugaba al cero a cero, y al milagro que pudiera llegar a arrancar nuestro canterano, Alberto Rubio.
Hasta llegar al ecuador de este primer periodo, sólo los locales crearon peligro, aunque sin claros disparos a puerta y sin llegar a traducir el monopolio del dominio en acciones que pusieran a prueba a Cacharrón, el arquero visitante. De todos estos minutos, tal vez lo más destacable sea el protagonismo ofensivo de Vinicius Tobías, de quién la afición espera una participación cada vez mayor.
Tras la mitad del primer tiempo, el juego se espesó muchísimo. El Castilla se hizo previsible, lento e impreciso, y no daba con la forma de desordenar la pobladísima zaga pontevedresa. Si el cuero llegaba a tres cuartos, se desperdiciaba en pases fruto de una mirilla mal calibrada para terminar en las botas de los jugadores visitantes, que no asumían ni un ápice de riesgo en la salida del juego. Esta fue la peor fase del partido con diferencia. Tobías empezó a ser vigilado como merecía mientras que la cadena logística se mostraba incapaz de suministrar esféricos a las posiciones entrelíneas de Álvaro Martín y Dotor, con Arribas un poco perdido.
En el 42’, una buena jugada entre Arribas y Tobías, en la que el brasileño la colgó tras internarse por su banda, estuvo a punto de ser rematada por Álvaro, aprovechando su gran estatura. La pelota vino un poco alta y el ariete blanco no pudo dirigir el remate con suficiente precisión.
Un minuto más tarde, en el 43’, Álvaro marcó en clara posición de fuera de juego tras rematar de un testarazo un fantástico pase de Álvaro Martín. El árbitro acertó al anular el tanto.
En la segunda mitad, el Castilla intentó jugar con más intensidad, dándole velocidad a las acciones ofensivas, más necesaria para generar juego que el agua para la horticultura. A pesar de una serie de interrupciones continuas: dos sustituciones de balón y un cambio, el primer cuarto de hora fue prometedor con buenas acciones de Dotor, Álvaro y Peter que no llegaron a traducirse en disparos a puerta, aunque sí en aproximaciones de mucho peligro.
Hubo que esperar la 60’ para ver dos disparos a puerta claros del Castilla: el clan de los Álvaro se reunió por la derecha con paredes electrizantes que los rivales no podían abortar. En la primera, Arribas chutó con mucha intención desde la frontal, y Cacharrón logró enviar a córner con una buena estirada. En la segunda, fue Álvaro Martín el que chutó desde una posición muy ventajosa para marcar, pero le salió un chut demasiado centrado que Cacharrón se encontró para despejar y evitar que los nuestros se adelantaran.
Las acciones animaron aún más al Castilla, que seguía intentándolo por donde más difícil resulta. Peter y Tobías estaban muy bien vigilados por el Pontevedra, así que los Álvaro la esperaban desde tres cuartos, por dentro, y se asociaban con pases fulgurantes para penetrar por el centro. Así llegó, en el 64’, una tercera ocasión muy parecida a las dos anteriores, sin que Álvaro llegara a precisar lo suficiente su disparo. El rechace del portero le cayó a la diestra de Arribas, lo que le llevó a mandarla en boca de gol por encima del larguero.
En el 67’, cuando mejor estaba jugando el Castilla, el partido se paró para que se desalojara el estadio por razones que desconocíamos de inicio. Una situación bien extraña, a la que se puso fin tan sólo unos minutos más tarde, con todos los asistentes sentados ya en sus asientos, listos para presenciar los minutos finales del encuentro. Una alarma de un sistema de seguridad que no se correspondía con una situación real de riesgo fue la causante de toda esta secuencia de eventos. El entrenador del Pontevedra aprovechó para parar de nuevo el partido con dos cambios más.
Los diez minutos siguientes fueron muchísimo más espesos. Por si fuera poco, a todo esto se sumó un árbitro que castigó con exceso las acciones divididas en las que los jugadores se hicieron daño, en especial con una tarjeta a Arribas y una falta a Peter que fueron manifiestos errores de apreciación, más el efecto de los minutitos de los futbolistas en el suelo hasta que se recuperaron de sus dolores.
Raúl dio entrada a Iker Bravo por Vinicius Tobías en el 87’, jugándose el todo por el todo con tres defensas atrás.
En el 90’ con 14 minutos anunciados de descuento por todas las interrupciones (escasos para el tiempo que se perdió), Luis Martínez comete una clarísima falta sobre Álvaro Rodríguez con la que detuvo un peligroso contragolpe. La acción le costó una segunda cartulina amarilla muy justa, con la que el Castilla quedaba en superioridad numérica.
En el 94’, Raúl dio entrada a Aranda por Peter, un cambio que debió llegar algunos minutos antes.
En el 96’, tras unas acciones de Pontevedra cerca de nuestra área, que no llevaron peligro pero que consumieron minutos a la par que nervios de los aficionados merengues, vino una jugada fantástica de Álvaro Rodríguez. Unas combinaciones rápidas en el medio campo culminan con un gran pase vertical de Dotor, hacia Álvaro, dejándolo en la única posición en la que contaba con cierta ventaja de espaldas a portería, quien, a su vez, se gira como una bala dejando clavado a su par, Miguel Román. Álvaro encaró puerta algo escorado, y chutó raso y cruzado, fuerte y colocado, para ver cómo Cacharrón, con una mano abajo soberbia, evitaba el tanto. Lo que estaba sólo a la altura de Superman era despejar la pelota lejos de los palos: el balón quedó muerto y franco para que un atentísimo Arribas, en posición completamente legal, por más que la realización escarbara cuando se pasó el partido negando repeticiones a los espectadores de posibles errores arbitrales en contra del Castilla, llegara atentísimo para fusilar el uno a cero. El Clan de los Álvaro se había reunido por fin al completo con la comparecencia del miembro más joven, Alvarito Rodríguez, para demostrar, como acostumbra, quién manda. 1-0.
Así se llegó al final de un partido del que el Castilla pudo extraer el jugo de los tres puntos. No queremos adelantarnos, pero a este equipo se le ve algo que echamos de menos en temporadas anteriores: la competitividad. Puede que varios de los jugadores que componen la columna vertebral de este conjunto, como Rafa Marín, Dotor y Arribas, hayan adquirido el grado de madurez suficiente para hacer que esta escuadra sea difícil de roer. Súmenle la llegada de hombres como Álvaro Rodríguez, Mario Martín (aunque ya lleven una temporada demostrando de lo que son capaces) e incorporaciones como las de Álvaro Martín, Mario de Luis y Edgar, y de las que están pendientes de empezar a brillar, como el propio Iker Bravo, y tendrán la clave de una posible fórmula magistral que por fin permita soñar con la disputa de las eliminatorias de ascenso.
FICHA TÉCNICA:
Real Madrid Castilla: De Luis, Tobias (Iker Bravo, 87’), Carrillo, Pablo Ramón, Mario Martín, Dotor, Arribas, Peter (Aranda, 95’), Álvaro Martín, Edgar y Álvaro (Obrador, 99’).
Pontevedra CF: Cacharrón, Bastos, Samu Araujo (Abal, 70’), M. Román, David Soto, A. Rubio (Oier, 55’), Martín Diz (Rufo, 62’), Mario Ortiz (Yelko, 70’), Charles (Libasse, 55’), Borja D. y Luis Martínez.
GOLES:
1-0 (min. 97): Arribas.