CRÓNICA | Con la P: Real Madrid 5 – 1 Celtic

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Con la P de planteamiento atrevido, empezaba Ancelotti el encuentro en que se jugaba el Real Madrid la clasificación en un lugar privilegiado para disputar los octavos de final dentro de unos meses. Un once con la defensa titular de la pasada temporada, con un centro del campo formado por Kroos, Modrić y Valverde, y una delantera con Rodrygo, Asensio y Vinicius. Es decir, un equipo que podría haber jugado perfectamente cualquier partido del curso pasado.

Con la P de presión escocesa se iniciaron los primeros minutos, el Celtic persiguiendo con intensidad (de la de verdad) a cada jugador madridista para evitar que saliera con comodidad desde atrás, y el cuadro blanco moviendo el balón con paciencia y tranquilidad, hasta rebasar esa línea y desarrollar transiciones hacia el campo rival. En esos primeros minutos, Kroos iba haciendo sus cálculos para planificar el ataque, y Modrić se iba tornando en ese jugador dinámico y jugón que parece que vaya a cumplir 21 años dentro de una semana.

Con la P de peligro iba Rodrygo aquí y allá, generando problemas a la defensa del Celtic, apareciendo por el medio, cayendo a la derecha, pero siempre maquinando maldades, y fue el joven brasileño el que aprovechó, en el minuto 5, un fantástico pase de Asensio al espacio, para rematar con dureza, a pesar del poco ángulo que tenía. El rechace del portero Hart le llegó a Valverde, que arribaba cargando su bazooka, pero al charrúa le salió un remate mordido y botando, que tropezó en la mano de Jenz, abierta, y que hizo que la colegiada Frappart señalara los once metros.

Con la P de príncipe de los croatas, Luka Modric, tranquilo y seguro, envió un remate raso y colocado al palo contrario del que eligió Hart, poniendo al Madrid en ventaja. A partir del 1-0, el Madrid dio un pasito adelante, y el Celtic empezó a dudar de si la presión tan arriba era buena idea. Asensio apretaba arriba, con P de Poltergeist, pero también de prometedor, respecto al rendimiento que iba a ofrecer el balear, tras su participación en la jugada que condujo al penalti.

Imagen: realmadrid.com

Con la P de pérdidas de balón y de posición estuvo Carvajal unos diez minutos, demasiado optimista a veces y demasiado caótico en otras, y eso permitió un par de acercamientos peligrosos del Celtic, que no quedaron en nada por poco. Valverde hacía lo posible para que pasaran desapercibidos esos errores, pero se notaba que había ahí un agujero en cada acelerón de los marcapasos que había en las gradas del coliseo blanco.

Con la P de pierna de palo, Vinicius falló un gol claro en el minuto 18, tras una fenomenal arrancada de Asensio aprovechando un magistral pase al espacio de Modrić. En la continuación de la jugada, la pelota le llegó a Rodrygo, que chutó y, con la P de polémica llegó otro penalti a favor del Real Madrid, de nuevo por una mano, y esta vez con la árbitra Frappard revisando en la pantalla la jugada y confirmándolo.

Con la P de pólvora, el pequeño brasileño marcó el 2-0 engañando otra vez a Hart, esta vez mandando el balón al otro lado de la portería, al convertir la pena máxima. Decíamos pierna de palo, pero lo de Vinicius también podría ser la P de pertinaz, porque Vini volvió a fallar echando a perder una impresionante jugada de carrera, frenazo y pase al punto justo de su compatriota Rodrygo. El remate de Vini salió por encima del larguero, pero, además, cometió unas cuantas veces el error de intentar atravesar cuerpos sin conseguirlo, algo que derivó en varias ocasiones echadas a perder durante la primera parte.

Con la P de Pegaso Z-207 sin frenos, una entrada de Mendy innecesaria, en la que quizá tocó balón, pero atropelló al rival dentro del área, supuso que la colegiada señalara el tercer penalti de la tarde, esta vez a favor del Celtic. El lateral francés estuvo en general solvente en defensa durante el partido, pero en esta jugada le cogieron la matrícula (trasera) y no acertó a rectificar su error inicial de una manera muy atinada.

Imagen: realmadrid.com

Con la P de porterazo, de paradón, o de pulpo, lo que ustedes prefieran, Thibaut Courtois se encargó de que el lanzamiento de Juranovic desde los once metros saliera rechazado y no subiera al marcador. Hemos de decir que era el tercer paradón consecutivo, tras un tramo de partido en que el Celtic parecía haber encontrado la llave para abrir el sistema defensivo local, y llegaba con peligro al área madridista.

Con la P de pausa llegó el descanso un rato después, tras un primer acto entretenido, con mucho movimiento y llegadas de los dos equipos, pero la sensación de que el partido era blanco. Unos primeros minutos de calma en el dominio del juego y planificación por parte de los centrocampistas blancos, repletos de golpes al pobre Eder Militao, que estaba haciendo un partido serio y solvente atrás, dieron paso a otras llegadas del equipo blanco, hasta que el cántaro se rompió después de ir a la fuente.

Con la P de pase de la muerte, Carvajal llegó forzado a la línea de fondo tras una cesión de Valverde, y puso la pelota en una posición centrada, al sitio exacto donde llegaba Marco Asensio, todo presteza, para rematar con su pierna izquierda el balón al fondo de la red de Hart y enviar el 3-0 al marcador. Era el minuto 51, y en la banda calentaba Benzema, y el público blanco se excitaba con la idea del regreso del delantero galo al césped.

Con la P de picardía, diez minutos después, Vinicius apareció por sorpresa a la espalda de la defensa escocesa, para aprovechar un centro tenso de Valverde al área pequeña y establecer otro cambio en los números, 4-0 para el Madrid y redención del brasileño, además de recompensa por no dejar de intentarlo una y otra vez. Ahí ya se estaba firmando el certificado de defunción del Celtic y sacando el billete de ida a los octavos de Champions League en la posición de líder del Grupo F, aunque el RB Leipzig estuviera goleando también en Varsovia.

Imagen: realmadrid.com

Con la P de participación, Ancelotti decidió dar a Benzema la última media hora para reencontrarse con el verde, y a Vinicius para descansar. También aprovechó para dar descanso a Carvajal e introducir a Lucas Vázquez en el lateral derecho. Un par de minutos después, Nacho y Ceballos entraban en el campo para que descansaran también Alaba y Modrić, mientras Courtois seguía parando todo lo que se acercaba por su portería y Militao no dejaba de pedir la documentación a todo el que se acercaba por sus tierras.

Con la P de plan, el Madrid se replegó a su campo, dejó al Celtic tener el balón, y preparó sus motores para salir con el turbo hacia el campo rival, a poco que tuviera espacios, margen y la posibilidad. Y, a la primera, Lucas Vázquez salió por su banda conduciendo la contra, vio a Valverde llegar a la frontal del área y la puso allí.

Con la P de pistolón, Federico Valverde recibió el balón y, sin pararlo, con un fabuloso remate repleto de potencia, lo puso en el fondo de la portería de Hart, estableciendo el 5-0 y cumpliendo con la profecía de Ancelotti sobre su capacidad goleadora. El uruguayo sigue construyéndose como un jugador con multitud de registros, pasando del extremo derecho al interior que hace de box-to-box, sin perder esa cara de inocente que lleva a todos lados para engañar sobre ese instinto asesino que tiene para el disparo.

Con la P de pulcro, Jesús Vallejo tuvo sus primeros minutos en Copa de Europa, y el cuarto de hora final permitió ver su buen toque de balón y su capacidad defensiva. Poca responsabilidad tuvo en la falta que Lucas Vázquez hizo en la frontal, y que permitió a Jota mandar el balón a la escuadra superando a la barrera, mostrando que la única forma de batir a Courtois es hacer algo extraordinario. Y eso que aún llegó a tocarla con la punta de la manopla. Mientras tanto, pudimos ver varias estampidas del equipo blanco, salidas de cuatro, cinco, siete jugadores al contraataque, como balas, pero ninguna de esas jugadas llegó a convertirse en algo más.

Imagen: realmadrid.com

Con la P de pitido final, la colegiada decidió que el 5-1 del marcador era suficiente y mandó a los dos equipos al vestuario, al público a su casa, y a Valverde a recoger el trofeo de Jugador del Partido, más que merecido por lo que más se le notó y por todo eso que hace aunque no se vea. Con esta goleada, el Madrid se clasifica para los octavos de la Champions League y puede aparcar esta competición hasta que se retome, a finales del mes de febrero. Lo único que sabemos es que jugará el partido de vuelta en casa, que es algo que nos trae muy buenos recuerdos de la temporada pasada. Lo sabemos porque llega a esa eliminatoria…

Con la P de Primero.

Otros se han ido a la Europa League, o al limbo. Cada uno va donde puede…