CRÓNICA | Qué rule el desfibrilador: Real Madrid Castilla 1 – 0 Deportivo

Una crónica de: @Datemus

Como bien dice nuestro gran moderador y contertuliano @luismanper, quién nos iba a decir hace veinte años que el equipo que disputaba títulos nacionales a Madrid y Barsa, y que llegó soñar con una Champions hasta que el Oporto campeón de Mourinho se cruzó en su camino, iba a comparecer en la Primera RFEF para disputarle un encuentro oficial a nuestro primer filial.

Raúl puso en liza contra uno de los grandes favoritos del grupo a Mario de Luis en la portería, defensa formada por Vinicius Tobías, Edgar, Rafa Marín y Pablo Ramón, mediocampo para Dotor, Arribas y Mario Martín, y delantera compuesta por Peter, Álvaro Martín y Álvaro Rodríguez.

El encuentro no pudo empezar mejor para los nuestros. Álvaro Martín, en una jugada individual fantástica, se va con un recorte, caño incluido, de su marcador Martínez, y dispara con una calidad soberbia para mandar una pelota imparable a la red. Golazo de un chaval que ya se ha hecho hueco en el once de Raúl.

Desde el gol, el Castilla se dedicó a defender y a tratar de salir cuando el Depor perdía la pelota. Muy bien ordenados atrás y con un descomunal sacrificio físico, los nuestros permanecieron muy ordenados y anegaron todos los espacios a unos coruñeses que, aunque tuvieron la posesión durante bastantes minutos, se mostraban inoperantes en lo que a llegadas al área se refiere.

Dotor, Mario y Arribas, apoyados por Peter y Álvaro Martín, se juntaron a la zaga en bloque bajo y formaron dos trincheras que ni las de las batallas del Somme, saltando como bólidos a su par cada vez que recibía el cuero.

Sólo en los instantes en que los gallegos tras pérdida, manteniendo el bloque alto, conseguían arrebatársela de nuevo al Castilla cuando intentaba estirarse, dieron cierta sensación de poder llegar con peligro. Entretanto, los de Raúl no rehuyeron las salidas a la contra y sin llegar a conseguir aumentar la ventaja, provocaron que los mediocentros deportivistas tuvieran que cortar dos acciones con faltas que les costaron sendas cartulinas amarillas.

En el 23’, en la primera llegada de peligro del Depor en el encuentro, Mario Soriano se lleva con cierta fortuna un despeje insuficientemente contundente de Vinicius Tobías. No fue el único fallo del Castilla en esta jugada: el Depor venció una presión adelantada muy desordenada de su rival, que dejó un enorme espacio defendido por muy pocos efectivos. Mario aprovechó la situación y la suerte en el rebote, para conducir hasta la frontal y disparar raso a puerta con muchísima intención. Mario de Luis hizo un verdadero acto de fe para evitar un gol que parecía imparable, y su clase y esfuerzo se vieron recompensados cuando las yemas de sus dedos encontraron el cuero para hacer un contacto lo suficientemente sutil como para conseguir desviar la pelota a la base del poste. Clarísima ocasión de los gallegos, que aún pudieron marcar en el rechace del palo puerta vacía. Avisaban los coruñeses de que estaban presentes en el partido, y de que necesitaban poquísimo para generar mucho peligro.

En el 37’, Pablo Ramón chuta mal a puerta. El balón, sin embargo, bota delante de MacKay despistándolo. El hispano escocés despeja al palo, la pelota sale hacia la red y traspasa clarísimamente la línea de gol antes de que el arquero meta la manopla bien por detrás de la frontera del tanto, para sacarla de nuevo hacia fuera antes de que besara la red. El árbitro se la comió y el juez de línea, el verdadero responsable del gravísimo error, también. Otro evidente error arbitral que perjudica a los de Raúl. Difícil explicar que el azar reparta siempre errores en contra de un equipo.

En el 44’, Peter saca una falta desde la frontal, provocada con muchísima picardía por Dotor. MacKay, con una gran parada abajo, desvía a córner lo que podría haber sido un justísimo segundo tanto. Se llegó así al descanso de un encuentro disputadísimo, muy táctico y competido, espectacular para los amantes del fútbol de orden y pugna, en el que los nuestros merecieron irse con más renta en el marcador.

El segundo tiempo empezó un poco más torcido. El Depor se fue a por todas, sin contemplaciones. Tan pronto como en el 48’, Mario Soriano, el mejor de los visitantes, chutó desde la frontal, centrado por fortuna, permitiendo a su tocayo Mario de Luís despejar con dificultades.

Continuó el encuentro con un Depor dominador que, sin generar grandes ocasiones, llevaba la pelota continuamente a nuestra área, generando cierta zozobra entre la afición merengue. Los nuestros dejaron de amenazar a la zaga rival y la sensación de presión, ante el monopolio de la iniciativa del oponente, denotaba que existía un riesgo más que presente de que el marcador terminara por equilibrarse.

Cuando peor pintaban las cosas, en el 63’, un pelotazo desde la zaga merengue coge un pelín desguarnecidos a los gallegos. Y con un pelín, uno quiere decir que fiaron a Lapeña la marca en uno contra uno al velocísimo Álvaro Rodríguez. La poderosísima zancada de nuestro ariete permitió al delantero convocado por Ancelotti contra el Leipzig hacerse con el balón, e irse sólo a por el portero. Lapeña no quiso correr el riesgo de un segundo tanto local y cometió una clarísima falta que el árbitro, ahora sí, sancionó correctamente al mostrar tarjeta roja al defensor.

Con diez en el marcador, las cosas cambiaron, como era de esperar. El Castilla se hizo dueño del partido y la impresión, en esta ocasión, era la de que el gol debería de llegar tarde o temprano, si bien es cierto que el dominio no acababa de traducirse en una sucesión de ocasiones claras. Además, el Depor, peleaba durísimo atrás tanto en el esfuerzo como en las entradas, más como resultado de la necesidad de llegar a acciones que estaban ya perdidas que de voluntad de convertir el encuentro en bronco. Por si fuera poco, el amigo Mario Soriano no se cansaba de jugar, a pesar de las palizas de repliegues eléctricos que se tenían que dar sus compañeros, cada vez más frecuentes conforme pasaban los minutos, y todavía tenía instantes de brillantez con los que amenazaba con llevar peligro al área rival.

En el 87’, un exhausto Peter falló con su zurda, sólo ante el portero, una ocasión clarísima para sentenciar y finiquitar una situación que los nuestros acostumbran a pifiar. Y así fue: apenas un minuto después, el Depor la tuvo en una gran jugada de Isi Gómez, que clavó con un caño a Mario Martín y se fue conduciendo buscando a un socio con velocidad, pero sin precipitación, hasta que encontró a Kuki Zalazar con la espalda ganada a Rafa Marín que, tras un gran encuentro y para más dolor, se resbaló y dejó sólo al hispano uruguayo.  El delantero del Depor encaró puerta, chutó y toda la afición vimos la pelota dentro. Estirando aún más el uso del desfibrilador de mi estimado @MiedoEscenico2 para volver a la vida, nos cercioramos con alivio de que la pelota se fue lamiendo el poste del lado correcto del palo para nuestros intereses, si bien la factura de la luz incluirá este mes los 400 julios que, a la sazón, son nada menos que 0.00011 kWh.

Así terminó un encuentro, con un segundo tiempo en el que, tras la expulsión, los nuestros tuvieron la pólvora demasiado mojada y terminaron por poder haber pagado carísima esa falta de vocación o de oficio para cerrar los partidos con todo a favor. Quizás Raúl, en la dirección del partido, se durmió demasiado confiado en la superioridad numérica de los suyos. En cualquier caso, bravísima victoria ante un rival de mucha calidad y que no se rindió nunca, lo que hace todavía más meritorios los tres puntos cosechados por los de Raúl. Ojalá que sirvan para encadenar una racha favorable de resultados.

 

FICHA TÉCNICA:

RM Castilla: De Luis, Tobias, Rafa Marín, Pablo Ramón, Mario Martín, Dotor, Arribas (Iker Bravo, 79’), Peter, Álvaro Martín (Javier Villar, 89’), Edgar y Álvaro.

Deportivo: Mackay, Antoñito, Lapeña, Olabe (Isi Gómez, 60’), Quiles (Víctor Narro, 79’), Mario Soriano, Carnero, Martínez, Svensson (Zalazar, 60’), Rubén Díez, Villares (Bergantiños, 68’).

 

GOLES:

1-0 (min. 8): Álvaro Martín.