Una crónica de: @elcarrildel2
El FC Barcelona se ha impuesto (71-69) al Real Madrid, en el segundo encuentro de la serie de la Final de la Liga ACB, disputado en el Palau Blaugrana.
Hubiera sido bonito poder hablar de baloncesto en esta crónica, pero los acontecimientos sucedidos nos lo impiden. Por contra, de lo que toca hablar es de la bochornosa actuación arbitral. El trío encabezado por el castellano manchego don Manuel Pérez Pizarro cometió errores definitivos, al punto de que los mismos le dieron la victoria en bandeja al FC Barcelona, que de esa manera iguala la serie a uno.
Junto a don Manuel iba don Fernando Calatrava Cuevas, adscrito al Comité Valenciano, que no desmereció al colegiado principal en cuanto a errores de apreciación y decisiones equivocadas, siempre en beneficio del equipo local.
“Es la gent blaugrana”, me dijo un aficionado viendo el partido. Me pareció una definición perfecta para el titular de esta crónica. Una vez más, el arbitraje no está la altura de las circunstancias, y no por que los colegiados sean malos, que algunos lo son y mucho, sino por la parcialidad.
Que seis ojos seis no vieran el manotazo de Davies a Causeur es imposible de creer. Que la resolución del asunto sea aviso de técnica a Causeur por simulación y técnica a Gabriel Deck, brillante en esta serie, que veía así subir la cuarta falta personal a su casillero, por lo que quedaba absolutamente mediatizado para el resto del encuentro, da mucho que pensar.
Que a Davies se le permitiese cometer la falta que cometió sobre Yabusele en una entrada a canasta, cuando ya el francés estaba en el aire, habla muy mal de unos colegiados que estuvieron prestos a pitarle tres faltitas a un Sergio Llull que volvía tras su lesión.
Hablemos de Tavares. La falta de respeto que el colectivo arbitral español tiene a este jugador es francamente dolorosa. Le dan y le dan y le siguen dando y después le vuelven a dar, sin que ningún encargado de repartir justicia se preste a tomar cartas en el asunto. Anoche, volvimos a ver una falta de libro sobre el pívot en la canasta que era el empate a 69, que uno de los colegiados a un metro no quiso pitar. Unos segundos después, sí estuvo fino y con ojo de halcón el Sr. Calatrava para pitar una en defensa a Eddie que no lo era, y que a la postre significó el triunfo azulgrana. Tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras, que no nos hemos olvidado de la que que el Sr. Conde le pitó a Poirier hace unos meses en situación similar, y que también ese día sirvió para que se impusiesen los culés.
Frente a todo lo anterior ves la permisividad que tiene Nicola Mirotic para moverse por las canchas de la ACB, y si todas las comparaciones son odiosas, esta lo es mucho más.
Creo que deberían reflexionar los colegiados españoles al respecto. Un dato simple: con árbitros extranjeros, en la última Final Four de Belgrado, se impuso el Madrid. En la ACB, esos triunfos se antojan mucho más complicados. O te impones de quince, o en caso de llegar con el marcador ajustado, la misión se hace prácticamente imposible.
Me preguntaba yo el papel de la ACB en todo este asunto, y en particular el que ejerce su Presidente, don Antonio Martín, con contrato si no me equivoco hasta 2025. No encuentro la respuesta.
Buenas tardes a todos. HALA MADRID.