OPINIÓN | Orgullo y prejuicio

Un articulo de: Daniel Heredero

Hoy no me cabe la camiseta de Zidane, ya se que cenar ayer un chuleton de a kilo no me ha ayudado, pero no es eso, es que estoy hinchado como un pavo de puro orgullo blanco, pasear por mi barrio y ver a los vecinos de las plumas agachar el el melón hasta enseñar la tonsura o cambiándose de acera al atisbar en lontananza mi augusta y oronda figura blanca armada con la decimocuarta para humillarles como Escipión a los cartagineses no tiene precio, hacer tragar polla blanca a toda la morralla antimadridista es un placer inigualable, ver, aunque sea de lejos sus ojos vidriosos y su doble vergüenza es mejor que un polvo mañanero.

He tenido además el inmenso placer de humillar en público a uno de ellos, quien me ha disparado unas estadísticas; pero a ver, alma de cántaro, de que estadísticas me hablas, si en el fútbol solo hay una estadística definitiva y suele estar en una pantalla enorme para que no tengas que calcular ni porcentajes, ni medias, ni varianzas: 1-0, esa es la estadística definitiva, métete el resto por el puto horto, como la pizarra, el bloque alto y bajo y toda esa puta verborrea para rellenar tertulias, ningún analista internacional calvo ha podido predecir este resultado sencillamente porque como la homeopatía, la astrología y la quiromancia su pseudociencia es una estafa.

El Real Madrid no se mide por estadísticas sino por alirones, el fútbol del Real Madrid es el de la verdad absoluta, es el fútbol de siempre, el de cuando no había que inventarse palabros ni ingeniería táctica, consiste como siempre en meter un puto gol más que el rival a como de lugar, sin colorantes, sin conservantes, sin moralina estética, con fe, con orgullo, con esfuerzo y cuando todo falla… con dos cojones como la catedral de la Almudena.

Y por favor os lo pido, que nunca nadie jamás me vuelva a hablar de entrenadores infalibles, de tácticas modernas y librillos 2.0, el fútbol es esto. Poner un gol más en el marcador y ver mascar chapas a los inventores del fútbol moderno.

Me piden que sea elegante en la victoria, a mi me resulta imposible, me dejo llevar por el frío y despiadado placer de la venganza más cruel, pero joder es que se lo merecen, lo están pidiendo a gritos, necesitan su dosis de humillación, son antimadridistas, no me puedo resistir a mearles en la boca la borrachera de ayer, no les tengo lástima y menos respeto, hoy van a tragar y van a tragar duro.