Una cronica de: @luismanper
Llegó el Castilla al partido de hoy tras haber perdido el liderato la semana pasada en el campo del Portugalete, por lo que el Barakaldo no sólo le arrebató el primer puesto en la tabla sino que su victoria de ayer en Amorebieta le permitió colocarse a 5 puntos provisionales del filial, por lo que la presión era máxima porque todo lo que no fuera una victoria hoy alejaba sin remedio al Castilla del liderato del grupo.
Las bajas especialmente acentuadas en defensa obligaron a Ramis a salir con un once titular formado por Carlos Abad en portería, Álvaro Tejero en el lateral derecho ya que el lateral derecho titular Fran Rodríguez se lesionó la jornada pasada, de centrales empezaron Alex Salto y Héctor debido a las bajas de Lienhart y José León y de lateral izquierdo partió Reguilón, en el mediocampo formaron Marcos Llorente y Enzo Zidane, en el extremo derecho empezó Odegaard y en el izquierdo Christian Cedrés, con Aleix Febas como mediapunta y Mariano como único delantero centro, ante la baja de Borja Mayoral ya que el parleño fue titular con el primer equipo en Anoeta.
El partido empezó dominado por el Castilla que tuvo un par de ocasiones claras que fue incapaz de transformar, pero el primer contratiempo para el filial llegaría en forma de lesión ya que Ramis se iba a ver obligado a sustituir al juvenil Alex Salto para sacar a otro juvenil como Dani Fernández, quien ocupó el lateral izquierdo desplazando a Reguilón como central. Pero el protagonista del primer tiempo iba a ser Álvaro Tejero que ha cuajado una temporada formidable jugando absolutamente todos los partidos, excepto uno que se perdió por acumulación de amarillas. El polivalente defensa castillista puso un centro medido al corazón del área que fue empujado a la red entre Christian Cedrés y el defensa visitante Goiko.
Por tanto, el Castilla se adelantó en el marcador y pudo ampliar diferencias colocando el 2-0 en el marcador, si el linier no le hubiera anulado un gol por un fuera de juego inexistente, pocos minutos después paró otro mano a mano de Mariano por otro fuera de juego que tampoco era por lo que el juez de línea no estuvo nada afortunado y para colmo de despropósito arbitral el juego duro del equipo vasco era constante y el árbitro no era capaz de pararlo ni a base de amarillas, varios fueron los jugadores castillistas que se llevaron un recado en forma de entradas duras como Febas o Enzo Zidane, pero la entrada más dura la sufrió Álvaro Tejero quien le hicieron una entrada de amarilla-naranja que estuvo a punto de mandarlo a la ducha anticipadamente.
El Castilla no creó mucho más peligro en el primer tiempo más allá de estériles intentos de Mariano por tirar el desmarque bueno, y lo peor es que el segundo tiempo empezó con el mismo ritmo anodino de la primera mitad, Ramis intentó revolucionar el partido dando entrada a Lazo en lugar de Cedrés y a Javi Muñoz por Enzo Zidane y la apuesta parecía que le salió bien porque en la primera aparición de Javi Muñoz se quedó a milímetros de rematar un pase de la muerte de Odegaard, que un día más ha cuajado un partido sensacional viendo huecos donde nadie más los ve.
Mientras el Castilla intentaba sentenciar el partido arriesgaba mucho en defensa para sacar el balón jugado y estuvieron a punto de regalar un gol al Leioa en varias ocasiones como en una que evitó Tejero haciendo una cobertura primorosa en la banda contraria a la que él ocupaba hoy, pero una de esas fue cazada por el delantero del equipo visitante quien controló un balón en la frontal del área y se la cedió a su compañero que venía de cara para que colocara un trallazo por bajo lejos del alcance de Carlos Abad, por lo que el Leioa iba a empatar el partido en una acción aislada complicando la vida a un Castilla que ya no le quedaban más balas en la recámara.
A partir de ese momento, el Castilla se volcó arriba y Mariano lo intentaba más desesperadamente que nunca, de hecho un balón extraordinario que le puso Marcos Llorente de banda a banda le permitió encarar en carrera al portero visitante desde una esquina del área y cuando se la quiso acomodar a su pierna buena se le adelantó un defensa y perdió la oportunidad, después iba a llegar un par de lesiones que vinieron de perlas al Leioa para que siguiera corriendo el tiempo, una acabó con el jugador vasco cambiado por problemas musculares y la otra fue el portero del Leioa quien se dolió de un golpe que le propinó Febas cuando intentaba llegar a un pase en profundidad espléndido que le puso Odegaard dejándolo en mano a mano, pero al catalán le faltó velocidad para llegar.
Cuando el encuentro se reanudó, el Castilla seguía volcado en busca del gol de la victoria y llegó en otra internada de Odegaard quién dejó otro gran pase a Javi Muñoz en la frontal del área, a éste le pilló a contrapié y la tocó ligeramente descuadrando al defensor vasco que sólo acertó a rozarla por lo que entre unos y otros Mariano se encontró en el punto de penalti sólo para fusilar al meta del Leioa y el delantero hispanodomicano no perdonó sumando su gol número 23 en toda la temporada, para dar la victoria al Castilla y aporrear por enésima vez la puerta del primer equipo.
Pero el partido no había terminado y al Leioa le entraron las prisas para intentar conseguir un empate que le diera algo de oxígeno en su lucha por la permanencia, por lo que Carlos Abad se tuvo que emplear a fondo para evitarlo sacando varios balones aéreos (en uno de ellos chocó con un delantero y tuvo que ser atendido durante varios minutos) pero los sustos no iban a terminar ahí y en el minuto 94 el Leioa cabeceó al poste del portero canario en un balón muerto que la defensa del Castilla no acertó a despejar, menos mal que ese balón se estrelló en la cepa del palo y permitió al Castilla conservar la esperanza por conseguir el liderato del grupo II de la Segunda División B, que a día de hoy depende de que los chicos de Ramis ganen los 2 partidos que le quedan y el Barakaldo pinche en alguno de sus 2 últimos duelos.