Una crónica de: @Datemus
Decidió la meteorología celebrar el Domingo de Resurrección con una mañana veraniega, quizás demasiado calurosa. Para loar esta importante jornada, nada mejor que leerse la #Previa en El Diario de Mou del gran @pepo2204. Él lo hace mejor que nadie con su elegantísimo estilo, no exento de una crítica tajante cuando ha menester, que es casi siempre que le tocan las narices con la hipocresía, el deporte de moda de nuestro tiempo.
A mí nunca me ha resultado especialmente agradable esta fecha, por significar el fin de unos días a los que llego con un depósito muy vacío, cada vez más difícil de recargar y no por políticas energéticas sino por pura vejez. Justo lo opuesto de nuestras jóvenes promesas, a las que el cielo de hoy y la luz de Madrid brillando sobre el Di Stefano, les regalaron un marco incomparable para disputar un partido de fútbol. Los naufragios fuera de casa, los mazazos arbitrales y la irregularidad del calendario, sin contar con un gran número de lesiones, llevaron al Castilla al borde de las posiciones de descenso. Sin embargo, los nuestros han ido sacando buen fruto de los partidos aplazados como locales para posicionarse cerca de los puestos de play-off, que ahora no se ven tan sumamente inalcanzables como cuando hace un par de meses, nos conformábamos con mantener la categoría. El rival de hoy, el conocidísimo Alcoyano, al que ya nos hemos enfrentado tanto en esta Primera RFEF como en la Copa del Rey con el Real Madrid.
Antes de iniciarse el encuentro, se guardó un minuto de silencio por la pérdida de nuestro exjugador Freddy Rincón. Uno recuerda su golazo en el Camp Nou como si fuera ayer.
Comenzó el partido con el Alcoyano situando una especie de 3-4-2-1 que se tornaba en 3-5-2, y el Castilla con el habitual 4-3-3 de Raúl, esta vez formado por Fuidías en la portería, Sergio Santos y Pablo Ramón de laterales, Gila y Carrillo de centrales, Blanco, Arribas y Mario en el medio campo, Aranda por la izquierda, Peter por la derecha y Latasa como ariete.
Los nuestros salieron muy decididos y dispararon a puerta a los dos minutos. Mario Martín combina con Arribas, que se viene a recibir a banda, y éste mete un gran pase en diagonal para el desmarque hacia el punto de penalti de Aranda. Toda la defensa alcoyana se perdió la jugada a excepción del célebre portero Jose Juan, que con su salida empequeñeció hasta lo microscópico el tamaño de cualquier resquicio por el que el granadino pudiera marcar. El rechace de Aranda en el arquero lo recogió Mario Martín, que no puedo concretar.
La primera sorpresa posicional fue ver a Peter cambiar su banda a la izquierda, pasando Aranda a jugar como un interior más y dejando la banda derecha a Arribas, auxiliado en defensa por un incansable Mario Martín. Y es que si Blanco es el Casemiro del Castilla, Mario es el Valverde. Gratísima revelación la de este centrocampista.
Con el Alcoyano esperando atrás y presionando desde campo propio, el encuentro se convirtió en un monólogo merengue, con llegadas de cierto peligro, aunque sin una sucesión continua de ocasiones claras. Sin embargo, en una acción defensiva en la que a los nuestros les faltó capacidad expeditiva en el despeje una vez más esta campaña, Dani Vega aprovechó la ventaja en el rechace de un compañero para armar un rápido disparo de empeine que pasó muy cerca del segundo palo de Fuidías.
Llegamos así a la media hora de juego. El Castilla alternaba rachas de fluidez y de atasco y el árbitro iba dando muestras de un preocupante partidismo, al sancionar incomprensiblemente con amarilla sendas acciones de Gila y de Sergio Santos que no las merecían en absoluto.
Entre la parsimonia de los nuestros en la circulación de balón y el bochornoso concierto de viento de un árbitro malísimo, el Castilla quedó completamente desactivado y el Alcoyano se sintió con confianza para variar su planteamiento inicial e irse a presionar la salida de balón madridista. El efecto fue demoledor, obligando a los de Raúl a salir al patadón y perderla de inmediato. Sólo en el 40’, cuando los alicantinos volvieron a presionar atrás, el Castilla salió y pudo beneficiarse de un disparo a puerta desde unos metros más atrás de la frontal por parte de Mario, que paró Juan José con solvencia. La respuesta vino en el 42’, en una penetración por la derecha de Dani Vega cuyo buen centro, demasiado lento tal vez, fue desperdiciado por Mourad, que estaba más sólo que la una.
En el 44’, avisó de nuevo el Alcoyano, esta vez a balón parado. Bueno, más que avisar, deberíamos decir perdonar, ya que un testarazo de un jugador completamente libre de marca fue dirigido directamente a la posición de Fuidías. A nada que hubiera variado el ángulo de la trayectoria, habría significado el 0-1 cuando más duele, al borde del descanso, castigando el letargo veraniego al que el sol y el buen tiempo parecía haber sometido a los nuestros.
Con un pequeño susto por una mala caída de Mario Gila que hacía presagiar una lesión de importancia, se llegó al descanso. Los aficionados implorábamos por el retorno de Arribas a su posición de interior. El pequeño 10 se había disuelto pegado a la banda durante los quince primeros minutos de encuentro cual azucarillo en café con leche hirviendo. Peter no acababa de explotar su posición más natural por la izquierda. Es más, anegaba su espacio a Aranda. Mientras, Mario y Blanco intentaban mantener a flote un mediocampo cogido con palillos, en franca inferioridad, demasiado conservador en la actitud de sus futbolistas, todo hay que decirlo, cuando se llegaba a tres cuartos, donde la pelota se movía con el fin de no perderla, sin imprimir la velocidad que ha marcado el carácter de este equipo como local a lo largo de la temporada.
Aunque Gila pudo salir andando, finalmente no pudo ser de la partida en la segunda mitad. Retu entró como lateral izquierdo y Pablo Ramón pasó a formar pareja de centrales con Carillo. Si había alguien ideal para marcar a Mourad, por poderío físico y experiencia, ese era Gila, por mucho que llevara amonestado desde los primeros minutos. Mala señal para dar comienzo a esta segunda parte. En lo táctico, Raúl no varió absolutamente nada.
Primer cuarto de hora intrascendente. Únicamente la voluntad de Aranda, más escorado a banda en este segundo tiempo, explotando su valentía en el uno contra uno y sus conducciones electrizantes en las que es tan complicado quitarle la pelota. Eso y el colegiado, vaya elemento, que se inventó una amarilla a Latasa ante los feos gestos teatreros de un rival que exageraba el dolor en su rostro de hormigón que el ariete local ni siquiera había rozado. Un tedio y un aburrimiento propios de la hora de la siesta.
Justo pareció escucharnos Raúl un poco y mandó a Peter por fin a la derecha, lo que ilusionaba no sólo por ver a Aranda libre para desenvolverse por su zona natural, sino por la posible y muy necesaria recuperación de un Arribas perdido durante cuarenta minutos de encuentro.
Mientras, el árbitro a lo suyo: joder al Castilla y por extensión, al Real Madrid. Dejó de pitar mano en un córner en el 60’, que la realización de Manipulooters nos birló una vez más, y amonestó a Aranda en una caída en el área por teatro, justo lo que permitía a los visitantes en cada acción de contacto. El árbitro se convirtió en una muestra representativa del patrón impuesto por la RFEF no en ésta, sino en no menos ya de diez campañas.
En el 67’, llegó por fin el desatasco a tanto problema y cierta justicia en el marcador, en especial por los méritos hechos por el Alcoyano a través del colegiado del encuentro. Blanco, el mejor junto a Aranda en lo que llevábamos de mañana, pone otro desplazamiento en largo (no siempre bien interpretado por sus compañeros, como fue el caso de Peter apenas dos minutos antes) hacia la posición de Sergio Santos. El lateral pareció quererle poner difícil a Raúl la decisión de hacer debutar a Vinicius Tobías con un gran centro que remató a la red, de forma admirable, un grandísimo Latasa. Más teniendo en cuenta el escorzo que tuvo que realizar, a pesar de sus muchos centímetros de altura, para golpear bien a una pelota de primeras, sin dejarla caer al suelo, que se le había quedado excesivamente atrás. Precioso el remate del delantero centro castillista con el que llegaba el 1-0 al marcador.
El partido se abrió y los espacios llegaron, pero no en el getamen de un colegiado que en el 70’, perdonó una amarilla de libro en una entrada dura y sin opciones de llegar al balón sobre Sergio Santos. Peter recogió el rechace y chutó desde muy lejos a puerta, pero Juan Jose desvió a pesar de que la pelota botó justo delante de sus narices. Seguía faltándonos Arribas para que la fiesta fuera completa.
Santos se convirtió en el dueño de la derecha y se animó tanto que fue frecuente ver a Peter de lateral cubriéndole las espaldas. El partido iba miel sobre hojuelas, pero en un córner en el 77’, el Castilla volvió a mostrar su debilidad defensiva en esta temporada, y se dejó marcar tras peinar la pelota un rival y quedarse todos mirando la acción hasta que Ángel López remató a la red, limitándose a pedir posición antirreglamentaria. De hecho, la jugada fue justísima y pareció fuera de juego, pero con el trencilla que nos habían colocado Medina Cantalejo y banda de cómplices, imaginen lo que tardó el línea en salir por patas hacia la medular. 1-1.
Es tan habitual ver sufrir al Castilla para ponerse por delante, y verle desperdiciar tan pronto y tan fácil su ventaja, que no deja de ser descorazonador pero alentador a la vez observar como estos muchachos se van otra vez a picar piedra sin desaliento. El Alcoyano se volvió a encerrar liderado por su gran estrella, el árbitro, y Raúl permitió el debut de Vinicius Tobías, que entró por un deslucido Peter, en especial en el córner del gol en contra, para actuar como extremo derecho. Theo entró por Aranda en un cambio absolutamente incomprensible, con el que Raúl se dio mus con treinta y una de mano para ver como desde el mazo de cartas al que había encomendado su suerte le llegaban las de perete. Siete minutos por delante para no verse más descolgado aún de un Atlético Baleares que a esas alturas de la mañana, le había metido ya seis al equipo de la mejor cantera del mundo y de los valors.
Por si ya había sido poco regalo el gol del concedido de córner, nos quedaba ver otro tan innombrable como imperdonable. Minuto 90. Saque de banda en tres cuartos que los jugadores del Castilla defienden, una vez más, con la mirada. Un error de concentración de Arribas clamoroso, no muy mejorado por Mario, resultó en la incorporación de un central que descargó en el autor del saque, que no fue seguido tampoco por su par. Su centro desde la línea de fondo lo desvía Arribas a la red, con un Fuidías no muy bien colocado como guinda del pastel. 1-2. La inocencia y la falta de garra a la hora de defender, tan importante o más como la que sí muestra este equipo en ataque, lastrando una vez más el carácter competitivo que los jugadores por un lado no terminan de poseer y que Raúl, por otro, tampoco acaba de imprimirles.
De ahí al final, nada de nada. Desafortunadísimo partido el del Castilla hoy. Raúl, erró en lo táctico al situar a Peter por la izquierda y al sumir a Arribas en el ostracismo por la derecha durante una hora de partido. Cierto es que el jugador más creativo de esta plantilla, tampoco se lo puso muy fácil en el momento en que se dieron las condiciones para que brillara más. Sigue demasiado irregular esta campaña. Volviendo al técnico castillista, señalar que se equivocó en el cambio de Aranda y que en lo estratégico, este equipo es un convento dedicado con devoción a hacer huesitos de santo y suspiros de monja de cada acción cerca del área de un rival. Señores, defender también es fútbol. De nada vale entregarse a la presión y al desmarque si luego regalas un gol con cada media torta de tu contrincante. Esto es el Real Madrid. Lo de jugar mejor que nadie y caer haciendo el ridículo en tu estadio ante treinta mil camisetas blancas de otros tantos socios que te han traicionado, queda para los reyes de la demagogia.
FICHA TÉCNICA:
Real Madrid Castilla: Fuidias, Santos, Gila (Retuerta, 46’), Pablo Ramón, Blanco, Latasa, Arribas, Peter (Vinicius Tobias, 83’), Carrillo, Aranda (Theo, 83’) y Mario Martín.
CD Alcoyano: José Juan, Toni Abad, Primi, Raúl, Carbonell (Toni, 75’), Ángel López, Juanan, Imanol (Fran, 75’), Andy, Dani Vega (Lillo, 66’) y Mourad.
Goles
1-0 (min. 67): Latasa.
1-1 (min. 78): Ángel López.
1-2 (min. 90): Arribas, en propia puerta.