CRÓNICA | Atraco (con perdón) arbitral histórico: Real Madrid Castilla 1 – 1 Linense

Una crónica de: @Datemus

Comparecía el Castilla en su estadio tras un resultado positivo, por fin, fuera de casa, y la necesidad de continuar con el buen tono como local para alejarse definitivamente de los puestos de descenso.

Enfrente, la Real Balompédica Linense, club centenario que saltó al terreno de juego con una camiseta blanca y negra con cordones en el cierre del cuello, al estilo de las elásticas clásicas de mediados del siglo pasado. Y enfrente, también, un trío arbitral catalán determinante en el devenir del encuentro, merecedor de ser asaetado por una de las certeras crónicas de mi admirado Nilo (@cubelas13). Este fin de semana nos iban a robar una hora y por desgracia, no iba a quedar ahí la cosa.

Raúl cambió de esquema ante las ausencias, fundamentalmente, de Blanco y de Arana (que no las únicas), y el equipo lo notó muchísimo durante los primeros treinta y cinco minutos. Justo es reconocer a nuestro gran @MiedoEscenico2 que echamos de menos a Blanco, pero también el abandono del 4-3-3 clásico de Raúl en favor de un 4-4-2 con el que el Castilla perdió muchísima profundidad por las bandas. Un ataque de entrenador que rememoraba, si se me permite abandonar el sentido de las proporciones, al de Ancelotti en el Clásico. En descargo del técnico madrileño hay que decir que Blanco y Gudjönsen estaban con sus respectivas sub, Aranda sancionado por tarjetas, y Mario y Marvin, lesionados.

Saltamos al terreno de juego con Fuidías en la portería, escoltado por Gila y Rafa Marín en el centro de la defensa, y Miguel y Pablo Ramón en los laterales. Centro del campo pobladísimo, con David, Morante, Peter y Dotor. En punta, Arribas y Latasa.

Comenzó el encuentro con un dominio absoluto del Castilla, completamente estéril e infructuoso. El Lienense no hacía absolutamente nada en ataque, pero en defensa taponó todas las vías de entrada que probaron los locales, muy bien ordenados atrás y con ayudas continuas al compañero. Los castillistas, cada vez que recibían en banda era de espaldas y con no menos de dos rivales tapándoles. Lo poquito que hizo el Castilla fue por la derecha, en contadísimas asociaciones entre Peter y Arribas que generaron cierto peligro.

Así, en el 4’, Arribas penetró hasta la línea de fondo ya dentro del área, pero su  pase de la muerte no fue hacia atrás y el portero atajó el balón en el primer palo antes de que pudiera encontrar rematador.

Imagen: realmadrid.com

Tuvimos que esperar hasta el 24’ para ver otra ocasión de los nuestros. Otra combinación por la derecha fue descargada hacia el centro, encontrando a David con ocasión de disparar desde la línea del área grande con su zurda. El centrocampista se perfiló para meter el interior de su izquierda, y la rosca salió lamiendo el palo.

En el 32’, una gran penetración de Peter por la derecha terminó en una descarga sobre Dotor, ideal para ensayar el chut de primeras, incluso con la puntera si hiciera falta, pero al interior blanco se le hizo de noche e intentó el control y el regate imposible en el área rival. Justo en la jugada posterior, el Castilla robó por la derecha el intento de salida en contragolpe de los andaluces. Arribas quebró y generó un espacio cerca de la medialuna visitante donde apareció de nuevo David y su izquierda, esta vez de empeine, soltando un trallazo que cogió puerta pero que salió demasiado centrado, encontrando bien colocado al portero Varo, que habría sido el héroe visitante hoy de no ser porque su gran actuación se vio eclipsada por la mejor aún que tuvo el árbitro, y que despejó finalmente de puños.

Si algo se echaba de menos a estas alturas de partido eran las incorporaciones de Miguel por la izquierda. En una banda sin Aranda y un once lleno de interiores, la tarde parecía propicia para que el lateral blanco monopolizara con sus incursiones el peligro por esa zona del campo. No le contamos ni una, y no acertábamos a entender el porqué, más allá del esfuerzo defensivo de los contrincantes.

Sin embargo y para desgracia, llegó en el 35’ la primera participación de un aciago Miguel en la primera mitad. En otro robo con contra del Castilla, Latasa chuta muy bien desde la frontal tras una gran acción de Peter, obligando a emplearse al meta Varo, que suficiente hizo para impedir que el balón entrara. La pelota quedó muerta en el área pequeña y Miguel recogió el rechace para enviarla fuera incomprensiblemente, por mucho que hiciera uso de su diestra. Tenía ocasión de cedérsela a Arribas completamente sólo.  Empezábamos ya a temer lo que le pasa al Castilla cuando perdona ocasiones flagrantes.  Todavía peores sensaciones cuando Latasa chutó desde el punto de penalti, en una acción pura de delantero centro, y Varo despejó con un paradón de reflejos. El rechace lo recogió David, que disparó para que Varo, de nuevo, la sacara con su izquierda en una parada propia de balonmano.

En el 41’, en pleno acoso castillista, Rafa Marín se entretiene en el área y termina por ceder un córner absolutamente innecesario. Estas son las cuestiones por las que ciertos jugadores no están para ascender, por más que nos empeñemos en ver sólo su potencial. El córner se saca en corto, en jugada ensayada, y un centro a una zona alejada de la portería, pero aún en el interior del área, es aprovechado por Leandro para rematar absolutamente sólo a la red, sin un jugador local a menos de cuatro metros de distancia. Otro regalo del Castilla tras haber hecho méritos para ir por delante en el marcador. ¿A que les suena? Qué doloroso es ver jugar bien a los de Raúl fin de semana sí, fin de semana también, para terminar por no hacer lo que define la esencia misma del Real Madrid: ganar.

Se llegó así al descanso y, con este mazazo moral encima, los mismos jugadores saltaron de nuevo al campo para disputar la segunda mitad.

Imagen: realmadrid.com

Los de Raúl salieron decididos hacia el empate, pero muy desacertados en el último pase. Una verdadera lástima, y es que los nervios cuentan en este tipo de situaciones, cuando ves que por méritos deberías ir ganando pero que, a pesar de tu esfuerzo, eres tan torpe en momentos concretos del partido que terminas por palmar. Eso desmoraliza a cualquiera y lastra las cabezas de unos jugadores que se sobreponían como podían a estas situaciones de máxima ansiedad. Lo que no cambió es la inexistencia de banda izquierda entre los de Raúl. Sin Aranda y con un Miguel inédito en ataque, todo el peligro provino de las asociaciones entre Arribas y Peter por la derecha.

En el 62’, Raúl sacó sorprendentemente a Peter para dar entrada a Álvaro, la verdadera sorpresa de esta campaña. Arribas se descolgaba desde su situación en punta para ocupar la derecha, perdiendo, eso sí, a su gran socio en la tarde de hoy. Teniendo otros interiores en el campo con muy poca participación a esas alturas del encuentro, no se acababa de entender el cambio ideado por la leyenda blanca.

En el 66’, en pleno acoso local, Álvaro recibe en el pico del área. Se interna yéndose de su par y metiendo el interior de la zurda hacia el palo del portero. Varo, el héroe gaditano, metió una mano milagrosa y dejó la pelota muerta a merced de Miguel que, esta vez sí, la metió para dentro a placer con su zurda.  Aquí apareció el segundo gran factor que explica la posición del Castilla en la tabla: los arbitrajes. El “juez” (con perdón) de línea, en un gravísimo error, absurdo e inexplicable, señaló fuera de juego una acción en la que hasta dos jugadores del Linares validaban la posición de nuestro lateral por no menos de dos metros de distancia. Incomprensible el error por un lado, pero descarado el sesgo y el patrón machacón observado a lo largo no ya de esta campaña, sino de otras muchas temporadas. Es muy difícil actuar como club ante esta situación de abuso permanente. La sensación que nos da a los aficionados de a pie es que se hace manifiestamente poco. Ojalá que las intricadas vías diplomáticas, llamémoslas así, vayan por otro camino ocultas al gran público, por mucho que nos desespere ver que institucionalmente, sólo desde Real Madrid Televisión se proclama el maltrato que padecemos a todos los niveles.

El caso es que a Raúl hay que reconocerle que Álvaro estuvo muy activo y llevó mucho peligro con su movilidad por ambas bandas. Esperamos que el técnico merengue tomara nota de lo bien que juega este chavalín, de corpulencia de hombretón, cuando le acompaña un ariete en la punta de ataque. Pocas veces les hemos visto jugar a él y a Latasa juntos.

Tras varias acciones de mérito, en el 78’, Álvaro puso desde la izquierda un excelente balón al área que Latasa remató bien, pero no lo suficiente para evitar otra mano salvadora de Varo.

En el 82’, quizás un poco tarde, Raúl quemó las naves. Prescindió de los interiores sacando a Morante y a David en favor de Theo y del juvenil Gonzalo, exterior con el que se buscaba más profundidad por su banda, monopolizadas por Álvaro y Pablo Ramón a estas alturas del encuentro.

Imagen: realmadrid.com

Un minuto después, Jesús Muñoz agrede a Latasa con el balón parado y fuera del terreno de juego, tras un choque fortuito entre ambos futbolistas. Sin intención de hacer mucho daño pero de forma torpe y descarada, el andaluz debió de ver una roja que el catalán tornó en amarilla, prescindiendo de cualquier disimulo y de enseñar la patita, para pasar a mostrar la zarpa con el descaro propio del gol anulado. Tal vez esta jugada explica el incomprensible error en el gol birlado a Miguel, en especial cuando durante las protestas, Jesús Muñoz agarra al colegiado de la camiseta sin consecuencias. En fin.

Hay que reconocerles a nuestros chicos que no lo dejaban de intentar a pesar de un cúmulo de infortunios y de entuertos que habrían enloquecido la más amueblada de las cabezas. Concentrados en lo suyo, persistieron en el dominio contra todo y contra un árbitro que, especialmente, se había tornado en el rival más dañino y constante a esas alturas del partido, pitando faltas en ataque absolutamente inexplicables, con las que cortaba el ritmo y el domino local. Álvaro se situó en la izquierda y Gonzalo por la derecha, y los dos intentaron de todo por sus bandas, única parte del campo por las que había un poco de espacio para generar ocasiones.

En el 87’, una jugada por la izquierda de Miguel es rematada por Gonzalo a puerta, pero rechaza en un defensa. El árbitro, con la camiseta del Linares ya puesta y, como dicen los tuiteros, con cierta parte por fuera del pantalón, dio saque de puerta sin el menor de los remordimientos.

Del 87’ al 91’ no se jugó para atender al portero ya que, pásmense, tuvo calambres en los gemelos. No me extraña con la cantidad de paradas salvadoras que realizó en el encuentro. El árbitro dio siete minutos de descuento, que en realidad fueron cinco y medio, ya que Varo, el mejor de los suyos, tuvo que ser finalmente sustituido. Cualquiera con corazón habría tenido calambres en el alma tras el partido que se marcó, pero al árbitro no tuvieron que asistirle cuando su actuación estuvo muy por encima de la del arquero gaditano.

A en el 92’, quién si no, Álvaro se fue por la derecha y cedió a Arribas ya dentro del área. El pequeño diez celebró el obsequio de su nuevo socio con un quiebro prodigioso, ya en el área pequeña, sin espacio para nada pero con el balón soldado al pie. El fantástico recorte le libró de su par y le permitió generarse el espacio necesario para fusilar al portero suplente (uno duda si de haber estado Varo, no lo hubiera parado). Empate con el que se ponía algo de justicia divina a lo visto durante el partido.

No fue la última del Castilla. Latasa, un poco negado cara a puerta hoy, remató de cabeza algo forzado en boca de gol pero demasiado centrado, permitiendo detener al portero. En el 96’, un gran pase de Pablo Ramón por la derecha, en plena fase acoso y derribo, fue sacado con la coronilla por un defensa a punto de ser rematado en la esquina del área chica.

Imagen: realmadrid.com

Con el partido ya terminado, el árbitro amonestó a Arribas con algo que debería penalizarse con una buena temporada en la nevera: la chulería. Ejercida desde la posición de intocable que, indiscutiblemente, ha de tener cualquier árbitro, este gesto altanero afea hasta el extremo el devenir de cualquier espectáculo deportivo. Más aún ayer, ya que el autor debería dimitir y desistir de seguir arbitrando si tuviera un poco de dignidad, tras haber perpetrado uno de los errores más clamorosos e incomprensibles que uno ha tenido la ocasión de presenciar en décadas viendo fútbol. Por el contrario, prefirió el ensañamiento, lo que define sin necesidad de más palabras al personaje que, lamentablemente, aterrizó en la tarde vespertina de sábado por el Di Stefano solo Dios sabe si siendo más malo que el sebo o con la idea de hacer carrera jodiendo al Real Madrid. Parece que en incluso en estos tiempos en los que, a base de propaganda, todo vale, y el relato deforma la evidencia hasta servirlo creíble para las mentes incautas, mayoritarias, por cierto, este tío se ha pasado ocho pueblos de frenada de forma descarada. Como poco, deberíamos de presenciar cierta reacción institucional de nuestro club. Aun así, dudo que veamos algo. Desde luego, si no fuera por el amor al Real Madrid, se iban a comer esta basura de “competición” (con perdón) los señores que yo me sé. Sólo los jugadores del Castilla, con un corazón de deportistas capaz de sobreponerse a tanta injusticia, ignominia y dificultad, nos hicieron sentir orgullosos de ser seguidores de este club.

Próximo encuentro, frente al UCAM Murcia, club de infausto recuerdo que a base de unos arbitrajes descaradamente en contra de los nuestros, nos sacó del play-off de ascenso de un gran Castilla entrenado por el que no empataba con la Roda. Vaya relatos, hay que joderse (de nuevo, con perdón).

 

FICHA TÉCNICA:


Real Madrid Castilla:
Fuidias, Pablo Ramón, Rafa Marín, Gila, M. Gutiérrez, Dotor, Morante (Gonzalo, 82′), David (Theo, 82′), Peter (Álvaro, 63′), Arribas y Latasa. 

Linense: Varo (Nacho Miras, 89′), Loren, Jesús Muñoz, Fran Morante, Víctor Mena, Monteverde (Masllorens, 63′), Ñito González (Samanés, 82′), Dorrio (A. Koroma, 63′), Nico Delmonte, Leandro (Coulibaly, 82′) y Gerard Oliva.

 

Goles

0-1 (min. 43): Leandro.

1-1 (min. 93): Arribas.