Una crónica de: @Datemus
Tras otra derrota fuera de casa, así llegaba el Castilla esta noche al Di Stefano, nada menos que para enfrentarse a uno de los mejores equipos del grupo, el histórico Albacete. Temible oponente para unos locales en pleno picado y muy necesitados de puntos.
Raúl decidió optar por Luis López bajo palos y una zaga conformada por Gila y Pablo Ramón de centrales, y Sergio Santos y Miguel de laterales. Medular para Blanco, Mario y Arribas. Delantera compuesta por Marvin por la diestra, Aranda por la siniestra y Álvaro de ariete.
Durante los primeros veinticinco minutos vimos al Castilla de Mr. Jémez: iniciativa, presión intensa en la medular, pocas ocasiones a favor, justo es admitirlo, y un despiste clamoroso defensivo tras medio primer tiempo que nos cuesta un gol en contra. Vaya saldo para tanto esfuerzo.
Antes, el Castilla había llegado en una única ocasión, a través de una internada de Mario, que estaba mostrándose muy activo en el centro del campo, sobre todo en la presión, donde sólo un árbitro injusto a no poder más con los merengues le impidió sacar más fruto de sus disputas.
Poco después, una acción de Marvin justo debajo de donde se ubicaba la hinchada albaceteña, resultó en una serie de protestas airadas provenientes del mencionado sector. El árbitro, que no había pitado una falta que apenas había existido, rectificó a instancias de su línea y castigó al jugador castillista con una amarilla por una acción que no había visto. Mal presagio. Otra ley de la desventaja concedida a Aranda con todo en contra, con la que perjudicó clarísimamente a los de Raúl, más las faltas inexistentes pitadas en la medular, convirtieron el presagio en profecía.
Llegó el luctuoso minuto 23. El trencilla se come una falta clarísima a Marvin en el mediocampo. Por si los de Raúl no tuvieran ya de por sí la mandíbula de cristal, la jugada cogió a todo el equipo a contrapié y en el único robo, la única contra y el primer disparo a puerta de los visitantes, llegó el gol del Albacete. Cuesta creer cómo el árbitro no pitó la falta, cuando no había dejado pasar ni una si el contacto lo provocaba uno de blanco. Cuesta comprender que la pelota les llegara a los delanteros con tanta ventaja, porque pareció un milagro que Gila llegara a cortar el primer disparo a puerta con un cruce rapidísimo y muy valiente. Cuesta aceptar que de todas las zonas a las que podía ir el rechace, tengamos la mala pata de que caiga en los pies de un Sergi más sólo que la una. Cuesta admitir que el bueno de Sergi levantara la cabeza, se encendiera un puro, se tomara un café y chutara con mucha clase a la escuadra opuesta a Luis López, sin que en todo ese tiempo apareciera un solo jugador rival a estorbar un poco. Mientras, a Raúl, se le empezaba a poner cara de ex-entrenador del Rayo.
Con el gol en contra, el Castilla se descompuso. El Albacete se permitió combinar cerca del área contraria por primera vez en el encuentro, y una pérdida en la salida de balón de Pablo Ramón a punto estuvo de costarnos el segundo en contra. Los de Mr. Jémez, hechos un manojo de nervios, eran incapaces de serenarse. Blanco, fruto de la impotencia, hizo una entrada innecesaria castigada con una justa tarjeta que le obligó a medir sus acciones desde ese momento.
A partir del 35’, el Castilla pareció reorganizarse, y comenzó a presionar de nuevo con mucho mérito, dificultando la salida de balón de un equipo con bastantes futbolistas de calidad.
En el 43’, Arribas roba cerca del área local, hace una pared y la pone de interior al palo contrario. La rosca salió lamiendo la escuadra manchega. Con esta acción se liquidó el primer tiempo.
La segunda mitad comenzó con el Castilla de Raúl González, que había dado entrada a Latasa por un desdibujado Álvaro, al que justo es reconocer que sus compañeros no surtieron de balones. Los locales encerraron al Albacete en su área y no le dejaron salir. Las ocasiones llegaban fruto del acoso y de los robos (hablando de robos, vaya amarilla a Mario en el 51’) más que de un gran juego colectivo.
Mario, en el 53’, nos hizo cantar gol a todos tras un disparo desde la frontal al recoger un despeje de cabeza de los centrales.
En el 63’, Peter entró por un muy desdibujado Marvin. Cambio de manual que quizás debió llegar antes.
El Castilla desperdició su momento a la par que Raúl iba perdiendo de nuevo su cuero cabelludo entregado a una involuntaria transformación. Cada vez se percibía menos ímpetu y más dificultad para llegar al área rival con tanta facilidad. Comenzaron a aparecer las contras, como la del 70’, tras un robo en tres cuartos del campo madridista. La jugada no habría quedado en nada si el jugador albaceteño, que se lanzó en plancha a rematar un gran centro desde la banda, hubiera calzado dos números más de pie.
Pasaban volando los minutos en medio de un partido igualado, con interrupciones largas por desafortunadas lesiones y los continuos parones alentados por un árbitro horroroso.
En el 78’, Raúl, transformado ya en Mr. Jémez a esas alturas del encuentro, dio entrada a Theo y a David por Aranda y Mario. Había que probar algo, pero justo fue a quitar a quizás los dos mejores hoy junto a Miguel, cuando teníamos a Arribas desaparecido en combate.
En el 80’, llegaron los mejores minutos de Miguel en ataque. Así mi estimado y Kherido Jose Antonio (@pepeillo50) se podrá ensañar por criticarle su idea de que jugara de titular frente al PSG. Primero, con un centro prodigioso al segundo palo que Latasa remató impecablemente a gol, y que el árbitro, por llamarle empleando un término habitual, anuló justificando que el balón había salido. Y un jamón. Menudos méritos ha hecho esta noche para que Medina Cantalejo le ingrese en su coya.
La segunda gran acción de Miguel vino en el 83’, con un centro prodigioso a la cabeza de Theo. Desafortunadamente, nuestro delantero marcó muy mal los tres tiempos del remate y desperdició otra ocasión muy clara de gol.
Alguna llegada al área con cierto peligro de ahí al final del partido, y se acabó a pesar de seis minutos de descuento, que tuvieron más cuento que minutos entre calambres, amonestaciones, tanganas y demás situaciones en las que el señor de amarillo se sintió en su salsa para agotar las poquitas opciones que nos quedaban.
Qué podemos concluir del partido. Difícil explicárselo. El equipo ha estado decente ante un gran rival y una gran actuación del árbitro para progresar hacia la internacionalidad, ya me entienden. Ha sido capaz de presionar muy fuerte en la medular, robarle el balón a futbolistas muy técnicos y acorralarlos durante no menos de veinticinco minutos, aunque haya que admitir que sin mucha brillantez. ¿Qué nos falta entonces? Sonará paradójico decir esto de futbolistas que han ganado la Youth League, pero carecemos de competitividad. Perdemos sin hacer méritos para ello, salvo en las ocasiones más o menos frecuentes en las que nos salen partidos buenos en casa (como visitantes, mejor ni mentarlos) y que nos mantienen con opciones de permanencia en la categoría. Quizás por esto a Ancelotti, que volvió a estar esta tarde en la grada, le cueste tanto alinear miembros de esta plantilla en el primer equipo.
También nos falta gol. No metemos las que tenemos. Son varias campañas con Latasa y Pedro lastrados por graves lesiones, en las que el club tuvo que recurrir a jugadores como Marc Gual y Hugo Duro. Este último ha sido una baja importantísima que ni Gudjohnsen ni Theo están cubriendo, sino un chaval de diecisiete añitos llamado Álvaro, verde todavía.
Y nos falta que Raúl, que hoy no pudo no con la Roda, sino con el Albacete, no se nos transforme ciertos días en uno de esos técnicos que se dedican a hacerlo de manual. Él mejor que nadie sabe que el Real Madrid juega para ganar. Esperemos que las metamorfosis no se vuelvan a dar, que en las noches de luna llena los licántropos se mantengan como humanos, Spiderman como cualquier tipo corriente, y nuestro Raúl González no nos vuelva a recordar a Mr. Jémez.
FICHA TÉCNICA
Real Madrid Castilla: Luis López, Santos (Gudjohnsen, 90’), Gutiérrez, Gila, Pablo Ramón, Blanco, Marvin (Peter, 64’), Arribas, Aranda (David, 78’), Mario Martín (Theo, 78’) y Álvaro (Latasa, 46’).
Albacete: Bernabé, Djetei, Boyomo, Manu Fuster, Alberto, Riki, Johannesson (Montes Arce, 74’), Sergi (Yaimil, 87’), Rubén (Jordi, 87’), Dani (J. Jiménez, 74’) y Emmanuel (J. Alonso, 63’).
Goles
0-1 (min. 23): Sergi.