Una cronica de: @Javirodespi – planetacb
No hubo respuesta, el Real Madrid se vio completamente superado en todas sus líneas por un Fenerbahçe que más que un equipo fue un absoluto martillo pilón ante cualquier intento blanco de meterse en el partido y que se llevó una merecidísima victoria sin ningún tipo de pero o excusa, ahora toca pensar en el tercer encuentro de la serie y en lograr el primer punto de un playoff que se le ha puesto muy arriba al Real Madrid, al mismo nivel que su clasificación para el Top 16 o para estos mismos playoffs, ¿Me cogen la idea? Pues plasmémosla en nuestro OjO Al Blanco.
Nuevas perspectivas
No sabemos qué se coció en la cocina de Laso antes de plantear el quinteto del partido y los jugadores que iban a estar en acta, pero ciertamente hubo varios cambios, en primer lugar Augusto Lima dejó su sitio a Luka Doncic entre los doce elegidos y, por lo que se refiere al quinteto, una variante importante, los dos bases en pista (Llull y Chacho) con Carroll entrando por Taylor, lo que demostraba que la dinámica había cambiado, se buscaba un ataque mucho más incisivo por el “amarrategui” del primer partido.
Del espejismo a la dura realidad
Parecía que iba a funcionar la nueva planificación del partido cuando el Madrid anotó sus dos primeros triples, con un Rudy al que se le veía intenso y a un conjunto blanco dispuesto a superar el infernal ambiente turco con un buen movimiento de balón y con la búsqueda del poste bajo para repartir juego desde ahí, sin embargo, todo fue un espejismo, el Fenerbahçe volvió a mostrar su arma más letal, una intensidad defensiva que anula el ataque, que te nubla las ideas, que hace que no veas líneas de pase, que te impide avanzar incluso con bote y que te hace dar pases a dónde no hay nadie y el conjunto de Laso se vio superado, absolutamente roto y sin capacidad de respuesta en defensa viendo como Bogdanovic volvía a campar a sus anchas o como Ekpe Udoh y Pero Antic lograban su objetivo de cargar con faltas a los pívots Ayón y Willy, el 31-14 del primer cuarto nos dejaba ya muy tocados para seguir.
La depresión
Dicen que la cara es el espejo del alma y en los jugadores del Madrid ese refrán les definía a la perfección, con rostros desencajados y perdidos, se veían incapaces casi de pasar el medio campo mientras el Fenerbahçe tenía los ojos inyectados en sangre, Laso intentó tirar de todo lo imaginable con Nocioni, con su zona 1-2-2, otrora famosa por la ocupación de Slaughter y que hoy la tenía Taylor pero que, bien leída por las huestes de Zeljko, dejaba mucho hueco en las esquinas y es que, si algo tiene bueno el equipo turco, es el movimiento de balón que es para enseñar en las escuelas, nada envidiable a algunas que hemos visto este año en los Spurs de Popovic y les juro que no me he pasado.
Remontada con poca fe
Irte al descanso con un marcador de 54-29 te deja claro que las defensas están un poco mermadas, no solo las físicas que hoy brillaron bastante, sino las morales, pero el Real Madrid intentó remontar con los supuestos típicos como ese que dice que si vamos a intentar ponernos a 20 de distancia y luego a ver qué pasa, ahí Chacho Rodríguez tiró de clase y empezó a buscar buenas situaciones de tiro y de entrada que, con la ayuda de Ayón en defensa, hasta que hizo la cuarta personal, llegó a poner el marcador en -18 de diferencia, pero la fe se esfumó en cuanto gente como Dixon o Kalinic hicieron de las suyas y si a ello se le añade una técnica innecesaria al Chapu Nocioni, se acabó lo que se daba, tocaba pensar ya en el martes (¿o en el domingo contra la Penya?)
Todos a contemporizar
Los últimos quince minutos del partido no tienen nada para contar, o tal vez sí, ahí tenemos que poner la figura de Luka Doncic que disputó buenos minutos para acabar siendo el mejor de los blancos junto con Sergio Rodríguez con 15 de valoración, pero tampoco se lleven a engaño, estamos seguros que la intensidad defensiva de los turcos sobre el bueno de Doncic hubiera sido muy diferente como ya vimos en la primera parte con el pedazo gorro que le puso Udoh. El esfuerzo turco era meter 100 puntos al campeón de Europa, algo que no se consigue todos los días.
¿Y ahora qué?
Pues a pensar en el martes con la parada del domingo ante el Joventut, que tampoco es plan de dejar de intentar la lucha por conseguir la segunda plaza, por ahora no pensamos más allá, si el martes se gana, iremos preparados a la lucha del jueves y, si no es así, aplaudiremos el fin de temporada en Euroliga de un equipo que ha dado a sus aficionados muchas más alegrías que tristezas en los últimos tiempos, y no lo digo yo, sino la estadística.
Pero bueno, quédense con las mejores jugadas del partido aunque ya les aviso, del Madrid van a encontrar pocas.