OPINIÓN | 2021, el año de la mejoría inacabada (I)

Un articulo de: @luismanper

Si el común de los mortales recordará este año 2021 que cerramos hoy como el primer año enteramente pandémico en el que muchos nos pusimos la vacuna para protegernos de un virus que todos tenemos la esperanza que esté viviendo su fase final como a día de hoy pronostican numerosos expertos, el madridismo recordará este año que llega a su fin por múltiples frentes tanto deportivos (la Liga que nos robaron con la famosa mano de Militao que era tan clara como las que nos dejaron de pitar a favor en otros partidos como el derbi en el Wanda o el encuentro contra el Betis) como institucionales (como esa Superliga, cuyo primer asalto duró tan poco porque el alud de demagogia de todos los paniaguados que pululan por el mundo del fútbol acojonó a varios clubes que la habían puesto en marcha y que ahora aguarda la decisión del TJUE sobre si la UEFA ejerce un monopolio sobre el fútbol europeo que puede suponer la caída de esta corrupta institución que en abril todos nos vendieron como ejemplar), pero también se recordará este 2021 por las despedidas de dos mitos del madridismo como Sergio Ramos y Zinedine Zidane, así como por el retorno de un viejo amigo como Carlo Ancelotti, que tiene al equipo lanzado en Liga y habiendo cuajado un papel muy destacable en el grupo de Champions con aquel lunar de aquella inexplicable derrota contra el Sheriff en el regreso de la competición europea al Bernabéu un año y medio después.

Pero empezando por el principio hay que recordar ese nefasto mes de enero, en el que el equipo solo venció con comodidad al Celta en el Di Stéfano, pues acto seguido llegó Filomena obligando a viajar a Pamplona en condiciones pésimas de meteorología en el que las opciones a las que Tebas abocó eran jugarse la vida volando en condiciones peligrosísimas de escasa visibilidad debido a la nevada que caía sobre Madrid en esos momentos o pasar la noche en el avión ante la imposibilidad de abandonar un aeropuerto cercado por la nieve, el colmo del despropósito fue obligar a jugar en un un Sadar totalmente helado en el que no se pudo pasar del 0-0 y tampoco nos dejaron pues el penalti que dejaron de pitarle a Casemiro era tan claro como indicador de los robos que estaban por llegar, sin siquiera poder regresar a Madrid llegó la Supercopa de España que se disputó en Andalucía ante la negativa de los jeques a untar de petrodólares a todos los dirigentes del fútbol español que presumen que el fútbol es de los fans, pero que si los fans no pueden ir por la situación sanitaria entonces las competiciones no salen de España, no vaya a ser que los españoles puedan ver en su país la Supercopa española aunque eso suponga que los dirigentes del fútbol español no se lo lleven crudo, el partido solo podía salir mal y se cumplió la Ley de Murphy por lo que el Athletic de Bilbao se clasificó para la final (en la que después derrotaría al Barça) aprovechando un doble regalo de Lucas Vázquez, pero el esperpéntico mes de enero iba a continuar haciendo el ridículo en Copa en el campo del Alcoyano en el que empezamos ganando pero el equipo local nos remontó demostrando que no se podía tener la más mínima confianza en los suplentes madridistas, desastre que se culmi a naría el último fin de semana de enero cayendo derrotados en casa contra el Levante, en un partido condicionado por la temprana expulsión de Militao que ni siquiera el gol de Asensio consiguió enderezar, ya que el Levante remontó sin demasiada resistencia.

En ese momento, pocos nos imaginábamos que esa sería la última derrota del Real Madrid en Liga, pues la rajada de Zidane contra la prensa a la vuelta de su baja por Covid predecía que el Real Madrid iba a pelear la Liga hasta el final como así hizo, comenzando por esa visita a Huesca que decidió Varane con uno de los pocos dobletes que marcará en su carrera y siguiendo con sendas victorias ante Valladolid y Valencia en la que el equipo ya empezaba a afrontar un sinfín de bajas a cada cual más sensible que provocaban que figuras clave de anteriores temporadas como Carvajal o Sergio Ramos se perdieran jornada sí y jornada también, pero el equipo siguió dando la cara como demostró Mendy con su mítico trallazo que valió la victoria en el campo del Atalanta o el posterior empate en casa ante la Real Sociedad en el que jugamos en lunes por primera vez en mucho tiempo y que nos sirvió de previa para otro derbi contra el Atleti que empezamos perdiendo cuando Suárez aprovechó una salida de Nacho a ninguna parte y que Benzema empató en los minutos finales, con el robo de rigor en forma de mano clamorosa de Felipe que el árbitro no le dio la gana pitar penalti, a pesar de que era infinitamente más clara que la que nos costó la Liga 2 meses después.

Pero el equipo siguió luchando y en la siguiente jornada vencimos al Elche con otros dos penaltys birlados en un partido que reapareció Sergio Ramos, poco antes de hacer la patenería del año cuando se perdió por molestias los siguientes partidos como la vuelta ante el Atalanta en el que Vinicius estuvo a punto de marcar un gol maradoniano y la posterior victoria por 1-3 en Balaídos para acabar yendo con la selección a disputar el parón de marzo a pesar de no estar en condiciones físicas, jugando solo 50 minutos en dos partidos y lesionándose para otro mes y medio en el tramo más decisivo de la temporada, pero en el pecado llevó la penitencia porque ese episodio le impidió disputar la Eurocopa en la que habría superado el récord de partidos internacionales con una selección que tanto ansiaba y para el que le faltaron 4 encuentros.

El mes de abril empezó con una victoria cómoda ante el Éibar que solo fue el presagio de la etapa reina que se avecinaba y en la que pasamos por encima del Liverpool con mucha suficiencia y una lección de pundonor de Fede Valverde quien no solo jugó y rindió sobradamente en una posición novedosa para él como el lateral derecho sino que jugó con el tobillo del tamaño de una pelota de balonmano y en el que pudimos ver los primeros síntomas de que Vinicius estaba a punto de explotar y el posterior Clásico que ganamos en Valdebebas, que acabaría siendo el último Madrid-Barça de Messi y que decidió un golazo de Benzema y otro tanto de Toni Kroos, que a punto estuvieron de empatarnos merced a un gol de Mingueza (manda huevos) y a una ocasión final en la que Ilaix se encontró con el larguero y a un Mendy que estuvo a punto de provocar un penalti absurdo.

Pero si la taquicardia no había sido suficiente aún quedaban más atracos arbitrales como el de Getafe en el que haciendo frente a un aluvión de bajas empatamos a 0 ante un rival encerrado, al que Mariano batió y cuyo tanto anularon por fuera de juego utilizando una imagen en la que el balón hacía un rato que había salido del pie de Odriozola, tras ese partido estalló el affaire Superliga y llegamos a Cádiz entre las famosas proclamas de “gánatelo en el campo” para enfrentarnos al equipo que nos ganó una eliminatoria copera en los despachos y precisamente en esos momentos tan convulsos se produjo el milagro y nos volvieron a pitar un penalti a favor en un encuentro que ganamos cómodamente mientras nos acercábamos cada vez más a un Atleti que hacía tiempo que le empezaban a temblar las piernas… pero 3 días después se vio que no nos iban a dejar que superásemos al equipo colchonero tan fácilmente pues en la visita del Betis al Di Stéfano nos volvieron a escamotear otra mano (esta vez de Miranda) que habría roto el 0-0 y que fue infinitamente más clara que la que nos pitarían en contra dos semanas después.

Entre medias disputamos la semifinal de Champions contra el Chelsea en la que el posterior campeón de Champions fue muy superior tanto en la ida como en la vuelta en todos los aspectos desde el físico hasta el futbolístico y aún así conseguimos llegar vivos a la vuelta en aquel partido tétrico de Stamford Bridge donde se forzó sobremanera a Ramos y Mendy para acabar jugando con el francés y Vinicius de carrileros, ante tal caos de planteamiento no nos golearon de milagro y el 2-0 final fue el mal menor de un partido que se convertiría en el colofón final de la carrera de Sergio Ramos en el Real Madrid y que le costó a Mendy el agravamiento de una lesión que no le permitió volver a los terrenos de juego hasta el mes de octubre.

Ya fuera de Champions, llegó la madre de todos los atracos arbitrales en la que quedó muy claro que la orden era que el Real Madrid no podía ganar esta Liga de ninguna manera, como sería contra el Sevilla en un duelo que tras la victoria de la jornada anterior ante Osasuna con 2 goles en los minutos finales y el empate entre Barça y Atleti, una victoria nos habría dejado líderes de la clasificación a falta de 3 jornadas para acabar la Liga, pero desde los primeros minutos se vio que había órdenes expresas al árbitro tanto de VAR como de campo de que no permitiera bajo ningún concepto que se diera ese sorpasso en la clasificación, empezaron anulando un gol a Benzema por un supuesto fuera de juego de Odriozola en el pase que justificaron con una pierna interminable del lateral vasco digna del inspector Gatchet, después marcó el Sevilla el empate (increíblemente hubo un gol madridista que sí validaron) aprovechando una falta en la que Casemiro vio amarilla cuando ni siquiera había tocado al jugador sevillista, pero el robo mayor del reino estaba por llegar cuando un contraataque en el que Bono derribó a Benzema dentro del área acabó convirtiéndose en una mano de Militao a la salida del córner anterior en la que el balón rebota en el codo al defensa brasileño estando de espaldas y viniendo del hombro, la mano era muy discutible y si era pitable, era infinitamente menos clara que las que nos dejaron de pitar contra Betis y Atleti pero las órdenes estaban claras y ese árbitro que en la primera vuelta los sicarios de la prensa deportiva de Barcelona, habían perseguido hasta su pueblo natal acusándole de ser madridista no dudó en señalar el penalti que supondría el 1-2 y que ponía el encuentro y la Liga muy cuesta arriba… y aún así estuvimos a punto de remontar el partido gracias a un gol de Kroos y a un penalti de nuestro canterano Óscar que se llevó por delante a Casemiro en el último minuto del descuento, pero las órdenes estaban claras y el árbitro ya había dado demasiadas evidencias que nos la iba a desobedecer aunque dejaran inconsciente a un jugador del Real Madrid.

Por lo que el liderato lo conservó el Atleti, que esta vez sí consiguió sacar sus partidos adelante en las 3 últimas jornadas aunque en 2 de ellas tuvo que remontar ante Osasuna y Valladolid, nosotros cumplimos nuestra parte venciendo con solvencia al Granada por 1-4, ganando 0-1 en San Mamés con gol de Nacho a la salida de un córner y con la victoria de la última jornada ante el Villarreal en la que también remontamos un encuentro que Benzema aprovechó para redondear sus cifras goleadoras hasta los 30 goles… pero el robo se perpetró semanas atrás y el Atleti celebró su undécimo título liguero en una Liga que sufrió para ganar muchísimo más de lo que se esperaba en la primera vuelta casi inmaculada que completó… y es que como había dicho Simeone unos meses antes, el Real Madrid es admirable porque todas las temporadas compite como demostró en la pasada Liga luchando hasta el final una Liga que parecía inalcanzable a finales de enero y que a pesar de las 60 y pico bajas a las que tuvo que hacer frente y los continuos atracos arbitrales, le faltó muy poco para llevarse.

Pocos días después de la finalización de la Liga, supimos que Zidane había decidido abandonar el Real Madrid y poco después conocimos sus motivos en una carta publicada por el Diario AS en el que se despidió de la afición atacando a partes iguales al club por falta de apoyo en los momentos críticos y a la prensa deportiva aficionada hablar de todo menos de fútbol en las ruedas de prensa previa y posterior a los partidos, apenas una semana más tarde se haría oficial el regreso de Carlo Ancelotti al banquillo blanco ante el estupor general pues parecía un entrenador cuyos mejores años en la élite eran cosa del pasado, y digo parecía porque los que pensábamos eso no podíamos estar más equivocados, el primer semestre terminó con la noticia de la marcha de Sergio Ramos quien tras varios meses deshojando la margarita de si aceptaba o no la oferta de renovación de 1 año que le había hecho el club cuando la quiso aceptar ya no había margarita y el club le había retirado la oferta alegando que la misma había caducado, las que no caducaron fueron las de Modric y Lucas Vázquez cuyos contratos también vencían en junio y no dudaron en aceptar las ofertas de renovación propuesta por el club sin mareos ni chantajes a través de los medios.

El resto de renovaciones, bajas sensibles como la de Varane y Odegaard y altas como Alaba y Camavinga que llegaron en verano, así como la marcha del equipo de Ancelotti que anda líder destacadísimo en Liga y en su grupo de Champions, sainete de sorteo para octavos incluidos los recordaremos detalladamente en la segunda parte de este recopilatorio del año 2021.