Un articulo de: @MiedoEscenico2
Agosto no es un mes para jugar al fútbol, al menos en España, al igual que enero no es momento para jugar un Bayern Munich-Fortuna Düsseldorf. El fútbol español no está sufriendo las consecuencias del cambio climático solamente, también la del negocio descerebrado, que mata a la gallina de los huevos de oro, ávido de (más) pasta. No se comprende que haya partidos programados un 15 de agosto a las cinco de la tarde, la Virgen. Aunque sean en Galicia. Aun así, se impuso el dinero, una vez más, y la Liga empezó el viernes 14 de agosto por la noche. Para el Madrid, el sábado 15.
Pero, antes de eso, pasaron unas cuantas cosas. A primeros de agosto, la selección olímpica de fútbol, ya saben, Pedri y diez más, eliminaban en semifinales a Japón en la prórroga y se clasificaban para la final. El gol que dio el pase a España lo consiguió Marco Asensio, que llevaba unos Juegos Olímpicos bastante discretos, pero apareció uno de los días que hacía falta, sin duda. La final contra Brasil, unos días después, se perdió, tras otra prórroga, con papel triste de los madridistas. Asensio jugó los primeros 45 minutos, pasando sin pena ni gloria. Lo mismo que otros como Pedri desde el inicio de la Eurocopa, vaya. Pero los medios de comunicación señalaron al mallorquín como responsable de la debacle, junto con Vallejo. Lo de Vallejo fue más sangrante aún, porque entró como lateral para la prórroga y cometió un error que costó un gol. Como comenté por ahí, poner a un central de cierre en un córner no es muy inteligente. Sacar el córner como el culo, tampoco. Pero los sabios de los medios y las redes sociales dictaron su sentencia, como es habitual, contra el madridista.
Un par de días antes de la final, el Barcelona emitió un comunicado diciendo que Messi no seguiría en el club. No voy a comentar mucho al respecto, aparte de que su incorporación al PSG a cambio de un pastizal dejó claro que su amor a los colores depende del color del billete. Para lo que sirvió aquello fue para comprobar que el Barcelona tenía una deuda descomunal, seguía excediendo el límite salarial, y tenía difícil inscribir a sus fichajes, aparte de la lesión de Agüero, justamente el día siguiente a una cena de despedida en casa de Messi. Si esas cosas estuvieran pasando en el Real Madrid, entrar a las redes sociales sería toda una experiencia.
Lo que sí pasaba en el Madrid, y vamos a centrarnos ya, es que jugó su cuarto amistoso de pretemporada, frente al Milan, subcampeón de Italia. Ese partido, sin dejar de ser un bolo (Ancelotti cambió a más de la mitad del equipo en el descanso), sirvió para ver a algunos jugadores bastante entonados, como Bale, Isco, Blanco y Gutiérrez. Y no tanto a Marcelo y a Ødegaard, que fue casi tan transparente como Asensio, rodeado además de rumores sobre su salida del club, concretada poco después, camino del Arsenal. Ojala le vaya bien. Por otra parte, Ceballos volvió de los Juegos Olímpicos con su medalla de plata y algo que parecía un esguince, según los médicos de la Federación, y acabó resultando ser una rotura de ligamentos, que le impedirá empezar la temporada hasta que esté bastante avanzada. Como si no tuviéramos bastante con los que se nos lesionan a nosotros, lo que nos faltaba es que nos los lesionaran fuera, y además, mal diagnosticados. Además, la baja de Ceballos limitaba las posibles salidas de jugadores, ya de por sí complicadas. Kubo salió cedido al Mallorca, Odriozola a la Fiorentina, y eso alivió la sobrecarga de la plantilla.
El recorrido del Real Madrid en los tres partidos de Liga jugados en este mes ha sido, cuanto menos, inestable. Una victoria inapelable frente al Alavés para empezar, un empate contra el Levante donde la defensa quedó en evidencia, y una nueva victoria frente al Betis para acabar como líder provisional de la competición, con siete puntos de nueve posibles, eso sí, empatado con otros cinco equipos. Probablemente, las mejores noticias de este inicio de temporada hayan sido la capacidad goleadora del equipo, la sensación de dinamismo en algunas fases de juego (algo raro a estas alturas de la temporada), la veloz adaptación de Alaba y la reivindicación de Vini como delantero goleador, sí, sí como lo oyen. En el lado mejorable está la fiabilidad defensiva y, para no perder la costumbre, la plaga de lesiones, que ha impedido a Kroos, Mendy y Marcelo jugar un solo minuto (aparte del ya mencionado Ceballos), y ha limitado la presencia de Modrić en 2 partidos, y la de Carvajal y Nacho en otro.
En la valoración del mes de agosto en aspectos individuales, el jugador del mes sería Vinicius para quien esto escribe, porque, con sus tres goles y su incansable asalto a las áreas rivales, se ganó pasar de suplente revulsivo a titular siempre vivo. Hablamos de que, en seis remates, mandó cuatro a puerta (67%) y tres fueron goles (50%), una precisión descomunal. Regateó con éxito en 10 de 19 ocasiones, más de la mitad, y, en general, fue una tortura para las defensas rivales, en los 133 minutos que jugó. Otros jugadores que destacaron positivamente fueron Benzema, con dos goles y tres asistencias en estos tres partidos, así como Alaba, por su ubicuidad en el campo, y Casemiro, que parece tener las tijeras de podar bien engrasadas: top del equipo en entradas exitosas (10/13), y en pases y remates bloqueados, quedará para el recuerdo el pase en profundidad que le dio a Vinicius para marcar gol en el Ciudad de Valencia.
Para finalizar el repaso del mes, obligatoriamente haremos referencia al tema que ha quitado el sueño y la salud mental a gran parte del madridismo en la segunda quincena de agosto: el no fichaje de Kyllian Mbappé. Este humilde madridista ya había avisado de un par de cosas: una de ellas, que el PSG no es un club que venda a sus jugadores más estelares, sino que suele obligarles a cumplir su contrato. A todo el mundo le viene a la cabeza Rabiot, pero en esa lista de jugadores que salieron libres tras cumplirlo, y no pudieron hacerlo antes, aparecen nombres tan ilustres como Ibrahimovic, Cavani, Ménez, Meunier, Thiago Silva, Choupo-Moting, Sirigu o Dani Alves. Esta gente es así, aunque palme pasta. La otra cuestión es que, en el verano de 2022, el jugador francés acaba contrato, y será libre de venir al Madrid, si no se interponen las ofertas de renovación del PSG o a una oferta económica brutal de otro club. Además, se liberará masa salarial (finalizan contrato Bale, Marcelo, Isco y Modrić), será mejor la situación económica global, el nuevo estadio estará en un momento más operativo, y será más posible explotar todo lo asociado a imagen de los nuevos fichajes. En todo caso, lo más divertido del asunto ha sido ver a los periodistas, insiders, influencers y demás fauna, dando continuamente información contradictoria y sin acertar una. Pero han conseguido el objetivo, porque han tenido al personal pendiente casi minuto a minuto para nada, salvo para trincar audiencia, seguidores y beneficios de sus patrocinadores. Tic, toc, tic, toc, te han llevado al huerto, Mamerto. Y, a tu costa, se lo han llevado muerto.
Dado que Mbappé no pudo salir de París, al menos el Real Madrid se trajo de Rennes a Eduardo Carnavinga, en un gesto de aparente “Pues ahora te jodes” dirigido al emir y a su alcaide-encargado Al-Khelafi. Camavinga es uno de esos jugadores que los expertos tuiteros ponían por las nubes hace año y medio, definiéndolo como un fichaje imprescindible, y del que se habían tirado este último año sin hablar, quién sabe por qué. Esperemos que Ancelotti eduque al chaval en los valores madridistas y le ayude a desarrollar su talento. Porque a los expertos tuiteros no hay forma de educarlos, está claro, y menos después del verano que nos han dado, una vez más, con la planificación, el proyecto y la Virgen de los Remedios. En fin, saludos y hasta #ElRepaso de Septiembre.