Una crónica de: @elcarrildel2
El Real Madrid ha caído derrotado (75-89), por el FC Barcelona, en el primer partido de la final del play off por el título de la Liga ACB, celebrado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante 1.000 espectadores.
Venía la serie cuesta arriba antes de empezar. Las lesiones eternas de los nuestros, más el cansancio de los que tenían por delante su partido ochenta y cinco de la temporada. En esas condiciones, solo aguantaron los nuestros el primer tiempo.
A la vuelta del descanso, la rotación del FC Barcelona se mostró clave para ir abriendo la ventaja en el marcador.
No fueron ajenos a ello tampoco los colegiados. Volvían don Carlos Peruga y don Jordi Aliaga, como si no hubiera otros. Ambos coinciden en el defecto, son muy malos árbitros, y en su principal virtud, que es su antimadridismo. Se le vio sobremanera, un partido más, a Jordi Aliaga, que cometió varios errores de bulto, de mucho bulto, de demasiado bulto como para no levantar suspicacias al respecto.
Que jugadores tan veteranos como Rudy Fernández y Jeff Taylor llegasen al punto de protestar airadamente, dan fe de lo extraño de algunas decisiones. Si a lo anterior le añadimos que varios jugadores del FC Barcelona, por ejemplo Mirotic o el mismo Gasol, parecen tener bula arbitral, se entiende algo mejor el grado de desquiciamiento de los nuestros, que se marcharon del partido a medida que avanzaba el segundo tiempo.
No podemos dejar de lado igualmente las carencias de nuestro equipo, que las tenemos. Solo podemos destacar a Walter Tavares, que se batió el cobre como un coloso, pero no se vio acompañado.
Imagen: realmadrid.com
Los problemas en la dirección de juego son evidentes. Caemos con demasiada frecuencia en la precipitación del triple precipitado, y tenemos muy serios problemas para la elaboración del cinco contra cinco.
Un día más, nos mantuvieron en el partido los rebotes, 41(19 ofensivos), frente a los 35 de los visitantes, pero no fue suficiente. Poirier parece haber perdido efectividad ante el aro contrario, al igual que Tyus. Garuba no tuvo ocasión de entrar en el encuentro, lastrado por las faltas. Lo mismo le ocurrió a Alocén primero y a Llull después. Se vio Laso obligado a tirar de Abalde en la posición de uno.
Veintinueve faltas cometidas contra veintidós sufridas, cuando el FC Barcelona es uno de los equipos más físicos con los te puedes encontrar, dan una idea de un arbitraje absolutamente descompensado y parcial.
En cualquier caso, conocemos la política del Club a este respecto. No levantar la voz, no decir nada, como mucho ahí queda ese “jolines” o ese “caramba”.
El martes a las 22,00 horas el segundo partido. Veremos qué ocurre. Y no puedo despedirme sin un comentario sobre el narrador del encuentro. Me recordó a esos vendedores ambulantes que recorren los pueblitos de la España vaciada anunciando, altavoz en ristre, su mercancía.
Buenas noches a todos. HALA MADRID.