Un articulo de: @Skaragaroc_
Una noche fría y lluviosa de invierno, en el fondo de un bosque oscuro, bajo el tenue relucir de la luna llena, entre las tinieblas tormentosas, enciendo una hoguera para invocar los espíritus de las Leyendas Madridistas que nos dejaron demasiado pronto, para intentar adivinar lo que el futuro nos depara… ¡Hostias! ¿A que estáis visualizando la escena?. Dicho de forma diferente, hay que sacar la bola de cristal para relativizar la situación actual de nuestro equipo y entrever un futuro mejor o eso tengo la osadía de creer.
Tanto criticar al “Madridismo happy” (no seré yo quien caiga en dicho error) pero tampoco hay que estar siempre repartiendo palos a diestro y siniestro. ¡Que no estamos tan mal! como diría aquel… Es evidente que tenemos problemas muy graves dentro del club: directiva autista y ciega (y no hay peor ciego que aquel que no quiere ver), jugadores mercenarios y sin alma dentro del vestuario, organigrama deportivo lastrado por interés económicos, afición vendida a la directiva y a la prensa carroñera, sentimiento madridista completamente olvidado. En fin la realidad está ahí y hay que asumirla y tratar de arreglar las cosas.
¿Pero hay que rendirse a la fatalidad? ¿Debemos de caer en la trampa y dar por hecho que esto no va a mejorar? ¿De verdad debemos negarnos a ver algún brote de esperanza dentro del marasmo actual? Como lo podréis comprobar si habéis leído mis primeros artículos soy partidario de otra filosofía, del amor por los colores, de defender los intereses del club de mis amores antes que los gustos por tal o cual jugador. Quiero creer que los principios que hicieron de nuestro Madrid un grande y un modelo temido en Europa no pueden desvanecerse tan fácilmente.
Empezando por lo más flagrante la realidad es la que es. Siento envidia sana del Barça… y porque no, les voy a nombrar con todas sus letras sin desprecio tipo “Mordor” o “Farça” no por respeto sino por marcar aún más mi descontento con mi equipo. Tenemos a nuestro peor enemigo ganando año tras año, doblete, triplete o sextete y se les nota siempre la misma motivación y las mismas ganas de triunfar. Si nos meten una manita nos encontramos con el puto Pique queriendo meter el sexto de cabeza en un córner en el último minuto del descuento ¡O con los dientes si hace falta!. Y ojito con aquel listillo al que se le suban los humos a la cabeza y se crea el nuevo Maradona que ahí esta la directiva, el entrenador o los mismos compañeros para pararle los pies anteponiendo el interés del equipo.
Enfrente nos encontramos 25 cabrones ganando una Copa y una Champions, la mayoría de ellos con un currículum aun virgen de títulos o llevando años en el dique seco… ¿Y que pasa al año siguiente?, apatía, aburguesamiento, saciedad de títulos y todo eso con el beneplácito del presidente, de la directiva, del entrenador y por supuesto algunos de ellos subiendo al despacho del «Ser Superior» para reclamar sus particulares laureles. ¿Dónde quedan aquellos tiempos donde todo un Di Estefano o un Camacho te ponían firme el primer día de entrenamiento recordándote que este escudo no se puede besar antes de merecerlo de verdad? (aunque para colmo hasta la Saeta termino pecando de orgullo anteponiéndose a su entrenador).
En efecto, os confesaba que siento envidia sana de nuestro enemigo, también me invade un extraño sentimiento de vergüenza cada noche de partido en el Bernabéu. Como es ya costumbre llegando el minuto 75 de partido o a veces antes, podemos observar como los fieles servidores de la secta “Piperos de la Castellana” se levantan como un solo hombre para dirigirse hacia las puertas de salida del estadio. Para mí no hay peor desprecio que acudir a un evento y no prestarle atención a la persona que está actuando. ¿Para qué te molestas en desplazarte? Algunos serían capaces de hacer verdaderas barbaridades para poder asistir a un partido de nuestro queridísimo Real Madrid en el Santiago Bernabéu. ¡Al ver a ese rebaño de niñatos correr hacia la ansiada salida para no tener que hacer cola al final, se me revuelve algo por dentro!.
Vivo en Francia y unos de los días más felices de mi vida fue cuando con 14 o 15 años mi primo me llevo al estadio para visitar el museo. Y ya no os cuento cuando más recientemente tuve la suerte de venir a Madrid por Navidades el último día de Liga antes el parón y poder asistir a un 6-0 en nuestro templo. ¡Ya puedo morir tranquilo!. Bueno antes de morir habrá que intentar recuperar ese espíritu de amor por los colores ¿No?.
Muchas veces para salir de una crisis la solución es tan fácil como tirar de cantera. Este verano anterior se dio un paso en ese sentido repescando a jugadores como Casemiro o Lucas Vazquez. Este último, si no ha destrozado la puerta del primer equipo, por lo menos ha encontrado la herramienta adecuada para hacerlo. El chico sabe de dónde viene y cuál es su sueño. Como buen profesional me lo imagino dedicándose a entrenar fuerte para demostrarle sus cualidades al técnico ¡Y nada de llorar sobre el hombro del amiguito periogolfo de turno para que le haga la campaña!. Lucas sabe cuáles son los pesos pesados que tiene delante, espera en el banquillo pero en cuanto le dan la más mínima oportunidad de saltar al campo literalmente hablando se come el césped. No suele esconderse, corre, lucha, mete la pierna, regatea sin arrugarse delante de los defensas, con un desparpajo digno de un jugador ya consagrado. Y si para jugar hay que retrasar su posición y ayudar en defensa este chico no se lo piensa y lo hace. Sabe que por encima de todo está el interés del equipo, así que se pone firme, levanta la cabeza y cumple con su cometido. ¡Y ya está! (como diría mi compi @missmarta85).
Lo dije más adelante y tampoco quiero cegarme o negar la realidad. Hoy día la situación es muy comprometida y el camino que queda por recorrer es largo y repleto de trampas. Lucas debe pulir ciertos detalles, arriesgarme más a veces, mejorar su juego… pero esos brotes de ilusión que tanto echamos en falta están delante de nuestros ojos. Solo falta un buen hortelano que sepa cuidarlos y podarlos entre las malas yerbas del vestuario blanco (Hortelano por no decir jardinero ya que esa palabra lleva el copyright blaugrana allí por Qatar).
Esa reciente política de fichar promesas jóvenes por pulir, con hambre, con mente sana y con ganas de triunfar en el Madrid que con el paso de los años se convertirá en su Madrid, puede ser una vía que haya que seguir. Si le unimos a eso, jugadores como Modric… y cómo no… jugadores – me pongo en pie y me quito el sombrero – como Arbeloa, que sinceramente me emocionan, podemos encontrar la fórmula mágica hacia los sentimientos madridistas de antaño.
No puedo asegurar que esa imagen que estoy contemplando en el fondo de mi bola de cristal se vaya a realizar con certitud pero a pesar de todo y sin exagerar, al leer las recientes declaraciones de Alvaro Arbeloa sentí como un dulce calor invadía mi corazón y una sustancia caliente y salada me humedecía los ojos… más allá de la polémica en torno a la web a la cual se le ha concedido dicha entrevista. Desde aquí le doy de nuevo las gracias a @DaniLQDM por aclarar muchas cosas sobre ese particular en su artículo: Nosotros, el resto (Carta abierta a los amigos de La Galerna).
Ojala nos quedemos con Álvaro en el club como profesor de la disciplina “Sentimiento Madridista” para todo aquel que pertenezca a la cantera. ¿Y porque no despacharle algún que otro cursillo a cada nuevo integrante del primer equipo? Imaginaros el día de la firma de cada nuevo jugador: Tour del Bernabéu, visita por el museo «Clase de historia madridista», y finalmente firma en el despacho del presidente y presentación.
Mi pequeña bolita, mi preciosa bolita, mi tesoro. ¡Joder, Gollum se apodera de mí!… ojala no te hayas equivocado porque lo que acabo de ver en tus entrañas puede anunciar el retorno del rey de Europa.
¡Hala Madrid!