Cuando pierdes el derecho a quejarte

Un articulo de: @JorgePlatero97

Yo soy un demócrata. Soy más defensor de los derechos humanos que el mismísimo Nelson Mandela. Es indecente estar a favor de la opresión, la esclavitud o cualquier otro tipo de forma de atentar a estos derechos básicos ligados al ser humano. Pero hay ocasiones en las que por tus actitudes, por tus hechos, pierdes cierta legitimidad de hacer o decir ciertas cosas, o de reivindicar tus derechos. Esto no es un clase de derecho ni un meeting de Podemos, sino una reflexión que se me vino a la cabeza tras los tweets de Gerard Piqué, jugador del Barça y bufón de Twitter, sobre las polémicas arbitrales de El Madrigal y horas después del Bernabéu.

Si el chico de clase que siempre copia en los exámenes, incluso a sabiendas del profesor, un día se quejase de los demás compañeros y exigiese justicia, pondríamos el grito en el cielo. Sería más incongruente que cualquier lista de convocados hecha por Vicente Del Bosque. Y no es que solo fuese incoherente, sino que provocaría que a los compañeros se les hinchase la vena como a María Patiño cuando se dice una mentira sobre Belén Esteban. En definitiva, y traduciendo esta bonita metáfora, para acusar a otro de algo tienes que estar muy limpio sobre esa acusación. No puedes decir que alguien es un ladrón, cuando tú eres un cleptómano de primera. Esto es lo que hace que el Barça, y todo lo que le rodea, tenga que estar, de manera casi obligada, callado y no acusar a nadie de “robo” o de “amañar” algún sorteo.

Si Wenger acusase a cualquier otro entrenador de fracasado, nos reiríamos al saber que el francés ha hecho el ridículo año sí y año también en Europa. Pero las risas son más exageradas, cuando vemos a los culés hablar de “bolas calientes” en los sorteos de la Champions. Si este argumento lo utilizase cualquier otro club, que se viese perjudicado habitualmente por los árbitros, podría entenderlo. Pero lo hace el Barça, uno de los equipos más beneficiados por los árbitros y por las instituciones deportivas, tanto nacionales como internacionales. Desde Barcelona y desde la boca de muchos seguidores del equipo de la Ciudad Condal, se decía que el sorteo de Cuartos de Final de la Champions era un auténtico “tongo” y que el Madrid había sido “beneficiado” conscientemente por la UEFA. En detrimento, según los culés, del Barça, al que le había tocado un equipo con las mismas Champions que el Wolfsburgo, el Alcoyano o el Atleti.

El argumento de las “bolas calientes” es tan absurdo como falso. Es un auténtico invento para atacar al Real Madrid, y para además, atenuar el golpe en caso de fracasar en la Champions. Si el Barça cae eliminado, ya hay excusa; es que al Madrid le tocan los equipos más fáciles, o es que la UEFA va con el Madrid. Este argumento bien podía haber sido elaborado por un niño de 5 años, al que todavía hay que ayudar a ir al baño, y no por una parte influyente, la prensa en gran medida del barcelonismo. Aún así, lo jocoso no es la excusa, sino quién dice la dice. El Barça se queja de que al Madrid le toque un equipo fácil en cuartos cuando a ellos les tocó el Panathinaikos en la temporada 2001-02, el Benfica en la 2005-06, el Schalke 04 en la 2007-08, el Shakhtar Donetsk la 2010-11, o el Milan de los dinosaurios en la 2011-12. El nivel de los equipos nombrados es igual que el dominio del inglés que tiene Ramos, bastante bajo. Esto es una muestra de las muchas veces que ha resultado favorecido el Barça en los sorteos de la Champions. Por no hablar de los equipos con los que suelen competir en la fase de grupos, o por la gran cantidad de veces que se ven beneficiados por los horarios. Además, resultaría muy curioso que el sorteo estuviese amañado y sacase las bolas un exjugador del Barça, Zambrotta, que dijo que quería que su ex equipo ganase la Copa de Europa.

No contentos con quejarse del sorteo de la Champions, también son muchos culés los que se dedican a «llorar» por los arbitrajes en la Liga. El «Cholo» Simeone ya quedó retratado cuando dijo antes de empezar la temporada aquello de “La Liga está peligrosamente preparada para el Madrid”. A pesar de que los números y los hechos tachan como falsa la afirmación del entrenador del Atleti, sigue habiendo ciertos sectores, en especial aficionados al Barça y algún que otro atlético, que hablan de “La Liga de Florentino” o siguen cantando eso de “Así gana el Madrid”.

Uno de los que más se quejan públicamente, aunque tengo la seguridad que en privado hay muchos más jugadores del Barça que se quejan del arbitraje, es Gerard Piqué. Piqué tenía ganas de escribir en Twitter, y lo hizo como siempre con más mala baba que Úrsula, la bruja mala de La Sirenita. Pero Piqué no usó Twitter para decir que tenía que haber sido expulsado ya que el árbitro le perdonó la segunda amarilla. Tampoco lo hizo para decir que el penalti que les pitó el señor Sánchez Martínez era ridículo. Ni para pedir perdón al Villareal o asumir que les habían beneficiado. Y por supuesto, tampoco dijo nada de los problemas fiscales que rodean al Barça, tanto a directivos como a jugadores.

Piqué utilizó Twitter para quejarse del arbitraje. En un primer momento hizo lo propio con su partido. El catalán, haciendo gala de su chulería y altanería más propia de un barrio marginal, le decía a Pedro J. Ramírez, director de El Español, que la primera amarilla que se le señaló no era. Piqué se estaba quejando del arbitraje sufrido en El Madrigal, dejando a todo el mundo perplejo, menos a sus adalides que le aplaudirían y asentirían aunque dijese que Pablo Iglesias es calvo. Además, Piqué le recomendaba a Pedro J que se quitase la camiseta al hacer periodismo. Lo que no se dio cuenta Piqué, es que quien se tiene que quitar la camiseta, la del Barça en este caso, es Sánchez Martínez porque lo que pasó en El Madrigal fue para denunciarlo en cualquier Juzgado de Guardia.

Pero Piqué no se quedó del todo contento, y seguía denunciando lo que le parecía injusto, amparado en su derecho a la libertad de la expresión, desde su Twitter. Ahora el central se quejaba del penalti que se le pitó al Real Madrid. Piqué armó el show y criticó algo que a ellos le suceden todas las jornadas. Este estilo de quejarse cuando te benefician ya lo utilizaba Pep Guardiola, y ya se encargó de criticarlo José Mourinho con esta frase: «Ahora con las declaraciones de Pep entramos en una nueva era, es el tercer grupo que solo tiene una persona, que es él, y que critica el acierto del árbitro. Nunca lo había visto en el mundo del fútbol”. El legado de Pep no es solo futbolístico, es una filosofía que carece de moral, ética y coherencia.

Cuando eres el equipo que ha protagonizado los mayores escándalos arbitrales de Europa, como el de Stamford Bridge o el partido de ida de Cuartos de Final de la Champions de 2011 contra el Madrid, pierdes el derecho a quejarte. Resulta más feo que Drenthe, que el equipo que tiene el récord de penaltis a favor en una temporada diga que se benefician a otros equipos. Y más feo aún cuando vemos estadísticas como las que publicó @MaketoLari en las que se ve que el Barça en competiciones oficiales (2003-2016) tiene 71 expulsados mientras que el Madrid tiene 109. O que a los rivales del Barça les expulsan con más facilidad (132 rivales expulsados) y a los del Madrid cuesta más (86 rivales expulsados).

Al final va a resultar que todos estamos equivocados, incluso los números, y es el Barça el que siempre se ve perjudicado. Vivimos en una sociedad en la que se premia y se aplaude a los que roban y se culpa y se señala a los que trabajan día a día con esfuerzo y sudor. Al final el ladrón va a ser el bueno y va a ser el que no se deja robar el que va ir a la trena. Y es que, qué se puede esperar de una sociedad que dice que los islamistas radicales, yihadistas, son víctimas del sistema. Aplaudimos a los que hacen daño al resto. Es algo tenebroso que me hace perder la fe en el ser humano.

El Madrid tiene un 95% de culpa de no ganar este año la Liga y así las siete anteriores. Para mí no es excusa el arbitraje, ese es un argumento lastimero que no vale para el club que reinaba no hace mucho en Europa. Pero sí es verdad que si el rival que le planta cara al Barça no está en su mejor momento, y encima se ven beneficiados por el arbitraje jornada tras jornada, es casi imposible ganar una Liga. Yo me niego por completo a pensar que todo es una conspiración de la Federación, liderada por Sánchez Arminio y Ángel María Villar. No creo que la competición esté adulterada. Pero sí creo que hay una tendencia de los árbitros por el temor a equivocarse. Si te equivocas a favor del Madrid y en contra del Barça, se arma un follón gordo. Si es al contrario, no pasa nada. Esta es mi teoría, los árbitros se ven influenciados por la presión de los medios y del club blaugrana, y con el temor de que les tachen de anti o de algo parecido, se equivocan pero sin premeditación alguna.

En definitiva, cuando te favorecen los árbitros gracias a la presión que ejerces sobre ellos, o por cualquier otro motivo, te tienes que callar. Pierdes la legitimidad de quejarte del arbitraje que sufren otros equipos porque a ti te favorecen con mayor descaro y con mayor asiduidad. Es ahí cuando pierdes tu derecho a quejarte, y cuando tu derecho a la libertad de expresión se empequeñece. Solo los necios se quejarían cuando te benefician.

¡HALA MADRID!