CRÓNICA | Militao y el Castilla: Real Madrid 2 – 0 Osasuna

Una crónica de: @Datemus

¿Qué hacemos hoy? Han ganado nuestro rival en Liga con la tradicional y decisiva colaboración del tándem perfecto de la manipulación, que es tanto como decir Tebas y Rubiales, dos sujetos empeñados, con las peores de las artes y sin el menor de los escrúpulos, en que el Madrid no gane, satisfaciendo los anhelos supremacistas de sus amos y, como no, sus intereses económicos, grupos de inversión de China incluidos.

¿Los reservamos para el Chelsea a todos? No hubiera sacado ni a Courtois, pero Zidane sí le ha puesto en liza de inicio, con Militao y Varane de centrales y Odriozola y Marcelo de laterales, completando la línea de atrás. Mucho titular cerca de la portería. En la medular, Blanco y Casemiro como medio centros. Por delante, Vinicius, Asensio y Hazard y, como delantero centro, Benzema. Unos cuantos titulares imprescindibles también en esta segunda relación, si bien Kroos y Modric se quedan fuera para disfrutar del imprescindible descanso antes del compromiso de Champions. Enfrente, el Osasuna de Arrasate, instalado cómodamente en mitad de la tabla, pero que a buen seguro querrá brillar ante los nuestros y dar una satisfacción a los aficionados navarros. Ojalá que sin recurrir hoy a la dureza.

Empezó muy enchufado el Madrid, confirmando que no estaba con la mente puesta en los hijos de la Gran Bretaña sino en el partido de hoy. En el 5’, Vinicius centró a un desmarque de Hazard. El belga gana la línea de fondo y centra fuerte, pero la pelota la despeja Sergio Herrera en el primer palo. El rebote le llegó a Vinicius que la pegó tan mal que se la envió a Asensio. El mallorquín chutó a su vez pero encontró un rival entre él y la portería.

Desde ese momento, el Madrid se fue diluyendo. De hecho, le juego se fue espesando cada vez más hasta el 20’. Nos temíamos pasar el partido echando de menos a Modric y a Kroos ante la parsimonia conminativa y la carestía de movimientos del balón de los nuestros. Osasuna, con dos líneas de cuatro bien plantadas atrás, contra las que su rival estrellaba jugadores sin espacios, demostraba lo mal que lo pasan los blancos contra los equipos cerrados.  La jugada de mayor peligro se dio, paradójicamente, en nuestra portería, en una cesión en el 18’ de Miliato que a punto estuvo de sorprender a Courtois.

No obstante, se alegró de nuevo el Madrid de la mano de unos buenos minutos de Hazard y de Asensio. Ambos abandonaban sus posiciones inteligentemente para combinar en el medio campo y, desde ahí, generaban peligro aprovechando su visión de juego y su calidad.

Imagen: realmadrid.com

Paradójicamente, fue Osasuna el que estuvo a punto de marcar en el 22’. El Chimy Ávila metió un gran pase en profundidad a un desmarque por la izquierda de Manu Sánchez. El lateral cedido por el Atleti llegó muy forzado y de su centro salió un churro con efecto contrario, que se habría colado en la portería de no ser porque San Thibau obró uno de sus habituales milagros.

De ahí al 28’, llegó una larga sucesión de ocasiones del Madrid que los locales no supieron definir, con un Sergio Herrera disfrutando del síndrome del portero visitante, que consiste en que cada arquero rival se convierte en internacional durante su comparecencia en Chamartín. Comenzó la racha en el 23’. Odriozola, que estaba cuajando un buen partido y haciéndonos ver que el Madrid tiene laterales (completamente desaparecidos en aportación ofensiva desde el encuentro contra el Betis), centró al área. Hazard peinó hacia Benzema, pero su empalme de empeine se fue alto.

En el 24’, Hazard salva una pelota que se iba por el lateral, convirtiéndola en una espectacular asistencia de tacón hacia un desmarque en profundidad de Asensio. Buenos minutos del belga, queriendo demostrar que el que tuvo, retuvo. Ojalá nos dé una gran sorpresa de aquí a final de campaña. El mallorquín se fue hacia la línea de fondo, pero desafortunadamente buscó el pase a Benzema en lugar del disparo, ya que los centrales de Osasuna se encontraban bien ubicados para el corte.

Un minuto más tarde, Marcelo da un gran pase lateral desde la izquierda, medido a algo que hizo poco el Madrid hasta el 70’: el desmarque desde segunda línea al espacio. Hazard, con gasolina en el depósito todavía, lo puso en práctica. Entró solo, por sorpresa, recibió la exquisitez de su compañero y vio el gol marcado en su cabeza. La tocó de interior, picándola contra el piso, pero sin que el bote sorprendiera suficientemente a Sergio Herrera por la flojedad con que chutó. Suficiente para que el meta navarro pudiera hacer otro paradón de antología. Segundos después, tras botarse el gilicorner, Asensio sirvió otro gran centro lateral, muy bien tocado, aprovechando que los centrales seguían en el área. Militao se elevó demostrando sus descomunales condiciones para el juego aéreo y cabeceó certeramente. El milagroso Herrera estaba hoy por llamar a Luis Enrique, como es frecuente en muchos partidos en casa, y realizó otra excepcional parada con la que mantuvo a los rojillos a cero.

En el 28’, en otra jugada similar, y casi desde la misma posición que Asensio en la anterior, Blanco sirvió con mucha técnica otro centro lateral similar. Militao entraba con la violencia con la que un atracador de bancos se salta el mostrador entre una multitud de cajeros rebeldes. Se adelantó de nuevo a Aridane y a Unai, pero el balón le salió algo centrado, lo que permitió a Herrera volver a salvar a los suyos.

Imagen: realmadrid.com

Nos tirábamos de los pelos al ver tanta ocasión desperdiciada. En el 32’, llegó la última del primer tiempo. Asensio abre desde la posición de media punta a Vinicius Jr. El brasileño se fue por el exterior en una de las escasas ocasiones en que desbordó hoy, perjudicado por una mala racha, muchos minutos en las piernas y la limitación de espacios ante rivales como los de esta noche. Su disparo se fue al lateral de la red.

Entre tanta ocasión perdida, el equipo se vino un pelín abajo de nuevo, monopolizando el dominio eso sí. Lo mejor era ver a un Blanco ocupar la posición de medio centro, a la altura de lo que requiere el Real Madrid. El cordobés, del que somos muy fans en El Diario de Mou, ha demostrado que puede ser alternativa a Case cuando falta, pudiendo jugar junto a Modric y a Kroos. Ha cuajado un gran partido, y sólo deseamos que siga creciendo y que le podamos ver de forma habitual con la primera plantilla. Estando siempre en el sitio, incordiando siempre al jugador en zona de peligro, recuperando balones, liberando a Casemiro, perdiéndola prácticamente nunca y jugando con criterio, sólo queda que coja la confianza para atreverse en pases arriesgados, sacando provecho de la clase que atesora su diestra.

Nos fuimos al descanso esperando que el ritmo en ataque mejorara un poco. El último cuarto de hora se jugó muy lento y apenas se veían desmarques por ninguna zona del campo: ni de apoyo al hombre del balón ni buscando el espacio.

Pues salimos igual: andando y moviéndola a paso de tortuga. El Osasuna se asentó. Los navarros estaban comodísimos, con las pantuflas puestas, desbaratando sosegadamente las acciones ofensivas del rival.

En el 60’, pudo adelantarse Osasuna cuando Javi Martínez atacó la espalda de los centrales. Roberto Torres lo vio y le sirvió un balón medido desde tres cuartos que su compañero controló mal. Courtois pudo recoger la pelota antes de que el navarro disfrutara de una de las mejores ocasiones del partido.

Imagen: realmadrid.com

Lo único que pasaba en el partido era el tiempo, para zozobra de la afición merengue, que empezaba a olerse un adiós prematuro a las opciones al campeonato. En un balón perdido, Zidane se desesperó, se dio la media vuelta y llamó a Rodrygo y a Miguel Gutiérrez, otro gran canterano del Castilla (este año, que el pasado seguía militando en el Juvenil A campeón de Europa Juvenil) y les convidó a prepararse para entrar al campo. En el 63’, saltaban a la cancha por Vinicius Jr y Marcelo.

Zidane acertó moviendo el banquillo. Vini apenas había entrado en juego y lo poco que hacía, acababa mal. Rodrygo, en cambio, se mostró mucho más inspirado, e hizo gala de ese descarado atrevimiento de mocoso con semblante de no haber roto un plato en su vida que enamora a los aficionados. No es que el juego mejorara mucho, pero por fin teníamos a alguien que osaba a desbordar. Hazard intentó muchas cosas durante el encuentro menos justamente esa. Asensio apenas se arriesga y, sin regate ni movimientos rápidos ni de balón ni de personas, el atasco era la tónica hasta la entrada del carioca.

En el 66’, Rodrygo, desde la posición de interior derecho, recibe en tres cuartos. Encara, regatea, deja a su par atrás y chuta cruzado ya en el área. La pelota salió lamiendo el palo. Por fin un poco de rock & roll.

En el 71’, Zidane volvió a acertar sacando a Hazard y metiendo a Isco. El belga ya estaba agotado y su participación distaba mucho de la de la primera media hora de encuentro.

El Madrid seguía intentándolo, pero sin mucha mejora respecto a antes de los cambios. Su rival estaba acorralado, sí, pero las ocasiones de gol llegaban con cuentagotas y no es que fueran del todo clamorosas. Con este complicado horizonte, en el 75’, Isco bota un saque de esquina. Militao, en el centro el área, volvió a ganar la partida a los gigantescos centrales navarros. Su testarazo fue espectacular, apuradísimo al palo, y se coló en la portería navarra poniendo el 1-0 en el encuentro.  He aquí que Limitao, el timo del Oporto, el central que no valía ni para el Castilla, tras haberse marcado un partidazo en defensa y en ataque, permitía al Madrid abrir la lata y seguir vivo en liga. Enhorabuena, D. Elder. Cierto es que muchos no vieron en usted más que los nervios con los que saltaba al campo y no advirtieron esa impresionante planta de central que no se escapaba a ningún aficionado de los de verdad. Ojalá tuviera un euro por cada boca que ha sellado con loctite. Veintidós añitos, y en nuestro Madrid.

Imagen: realmadrid.com

Los navarros tuvieron que abrirse con el marcador en contra y los merengues encontraron espacios por primera vez en el partido. En el 79’, Karim recoge una contra cerca de la frontal. No ha sido el mejor día de Benzema, pero no iba a dejar el encuentro sin regalarnos su magia. Tenía pase abriendo a su izquierda. Cualquiera lo habríamos dado, estaba cantado y generaba peligro. Él es un puto genio y ya había visto la jugada de otra forma. Haciendo un slalom, se fue cerrando hacia el centro del área entre una nube de rivales, despacio, madurando la ocasión, dando tiempo al pan a fermentar, al vino a envejecer y al guiso a hervir con la calma del maestro que domina su ciencia, con esa inesperada pausa que, de repente, todo lo ordena, hasta la jugada de ataque. Fue entonces que el francés vio sin mirar a Casemiro incorporándose al área como un bólido. Se la puso por sorpresa, donde nadie la esperaba, dando esa asistencia imprevisible, llena de belleza, que el carioca terminó de meter para dentro casi sin quererlo, con mucha fortuna, al rematar a puerta su desacertado control de interior. 2-0 y, por fin, algo de sosiego en la noche.

Con el 2-0, llegaron los mejores minutos del Madrid en el partido. Arribas había entrado por Asensio y el chaval se sumó a la fiesta canterana en la noche de hoy. En el 83’, Nacho pone un gran balón para una contra de Miguel por la izquierda. El lateral centró a la frontal, con clase y criterio, para que Benzema la parara con el pecho y chutara a puerta. Herrera blocó abajo.

En el 86’, pudo llegar el 3-0 en una gran combinación entre Arribas y Rodrygo. Éste último centro a Isco en el área que, con una gran finta, se libró de su par y chutó solo ante Herrera. Tanto la quiso ajustar que se le fue algo desviada. Una lástima, porque la acción del malagueño merecía el tanto.

En el 89’, nos llevamos el último susto de la noche. No sé quién le mandaba a Benzema ir a disputar un balón dividido con Herrera, pero se llevó una patada involuntaria del meta rojillo. El francés se dolió, cojeó y nos acojonó a todos, pero siguió corriendo con normalidad por el césped al rato. A fin y a cuentas, es de esos tipos que se joden un dedo de por vida por sus colores, algo que algún que otro aficionado parece no reconocer como merece.

Final del partido y tres puntos que mantienen a este muerto, muy vivo. Magnífica impresión de los chavales de la cantera. Otra exhibición de Militao. Partido aceptable de Odriozola, otro al que estamos reventando sin darle muchas opciones de demostrar algo y algo de preocupación con Varane, sustituido al descanso por Nacho debido a unas molestias, que esperemos queden en nada.

Quién nos iba a decir que estaríamos tan cerca de la otra orilla a estas alturas de temporada. Esperábamos vernos ahogados mucho antes. Lo que viene el miércoles es dificilísimo, pero aquí están estos tíos haciéndonos soñar con todo. Gracias por todo. Dedos cruzados, a la espera de lo que @MiedoEscenico2 nos cuente de este miércoles londinense.