CRÓNICA | Sobrevivir y gracias: Getafe 0 – 0 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Seamos sinceros. Si estás leyendo esto, te has pasado toda la tarde mirando, de hito en hito, las redes sociales, para comprobar que no salía un comunicado del Real Madrid diciendo que Vinicius estaba embarazado o que Militao se había hecho un esguince de muñeca tratando de pinchar un tortellini en la comida. Llegaba el Madrid a Getafe asaeteado (ay, Don Alfredo) por las bajas y, a cada momento, el listado de jugadores no disponibles crecía más y más. A las bajas ya conocidas por lesión de Ramos, Lucas Vázquez, Hazard y Carvajal, se sumaba el sábado la de Mendy; a las bajas por sanción de Nacho y Casemiro, y a la de Varane por COVID, se añadía el domingo por la mañana la de Valverde, obligado al aislamiento por contacto con un positivo.

Así, Zidane no tenía mucho donde elegir, futbolistas tocados, y un fenomenal boquete en defensa para tapar, donde solamente podía contar con tres jugadores con la etiqueta de suplentes. Resumiendo, la alineación que decidió oponer al Getafe de Bordalás, en horas bajas, fue la compuesta por Courtois bajo palos, la defensa que acabó eliminada en Copa del Rey por al Alcoyano (Odriozola, Militao, Chust y Marcelo); un centro del campo aparentemente raquítico, formado por un jugador de 35 años (del que todo el mundo teme que reviente antes de que acabe la temporada)y otro criticado hasta la saciedad por su propia afición debido a su declive físico (Isco), a ellos se sumaban otro cuestionado por fallar goles compulsivamente (Vinicius), otro por esconderse cuando la cosa se pone difícil (Marco Asensio), otro por no entrar desde el banquillo al ritmo deseable en los dos últimos partidos (Rodrygo) y otro por ser un rematador que solamente intenta rematar, con más fuerza que sentido, en muchas ocasiones (Mariano). Si al lector le parece poco, cabe añadir que, para completar la convocatoria, el francés tuvo que incluir a cuatro jugadores del Castilla (Pablo Ramón, Miguel Gutiérrez, Antonio Blanco y Sergio Arribas) que jugaron ayer los 90 minutos frente al Talavera. Todo invitaba a pensar en una auténtica masacre.

A fuerza de ser sinceros, no fue para tanto, pero pudo serlo. Al Madrid le costó un cuarto de hora meterse en el partido, los jugadores se conocían del vestuario, pero daba la sensación de que no acababan de congeniar muy bien. Mientras tanto, el Getafe trataba de llegar a la portería madridista a través de centros desde la derecha y jugadas algo más elaboradas desde la izquierda, donde Cucurella encaraba a Odriozola y cada vez nos ponía más nerviosos. No digo Cucurella, digo Odriozola. La verdad es que Odriozola no cometió ningún error trágico, se limitó a jugar como suele: revoloteó alrededor de los rivales sin intimidar en defensa, perdió balones por malos controles, decidió ir hacia atrás cuando lo recomendable era lo contrario, y viceversa, y centró un balón bien en todo el partido. Es un misterio que esté en este club, la verdad.

Imagen: realmadrid.com

Al otro lado del campo, Marcelo solamente se veía expuesto a centros, que trataba de obstaculizar sin éxito, pero al menos jugó el balón con cierto criterio en la primera parte. Su rendimiento cayó en picado en la segunda y, salvo un par de controles de mérito, cometió toda clase de errores, le robaron balones y no acertó con el punto justo donde centrar. Unas noticias estremecedoras, dado que Mendy es poco probable que esté en las próximas dos semanas. Modrić no acababa de saber si caer a banda a ayudar a Odriozola y Militao a sacar el balón, meterse como tercer central o sacar el balón jugado. Caían las oportunidades del Getafe, pero la mayoría no llegaban a ser claras, por lo general abortadas por unos centrales, Militao y Chust, bastante bien complementados y de lo más resolutivo del equipo, en general. Sin embargo, en el minuto 8, un centro envenenado al área obligó a intervenir al que probablemente fue el soporte del equipo durante todo el partido: Courtois.

El belga se marcó un partido inmaculado, parando todo lo que le llegó, desviando con agilidad y clase todos los remates complicados que le llegaron, y transmitió una sensación de seguridad que se agradeció, dada la situación. En la continuación de la jugada que activó al guardameta blanco, Militao lanzó, con el exterior, un balón en profundidad para Mariano que arrancó con potencia, quebró a David Soria y mandó el balón al interior de la portería. El juez de línea señaló fuera de juego, el VAR lo corroboró, y el árbitro anuló el gol, pero es éste un asunto que dejaremos en manos de Nilo Campo en su crónica arbitral. Solamente diremos que la imagen que el VAR facilitó para juzgarla no parecía muy fiable.

Un par de minutos después, un disparo duro de Arambarri que tocó en Chust, se envenenó, y nuestro belga interminable lo sacó a córner in extremis, con una mano. A partir del minuto 15, el Madrid se fue encontrando más a gusto, Isco y Modrić empezaron a conectar y a generar juego, pero parecía que solamente ellos entendían ese juego. Rodrygo asumió las funciones de interior en el otro lado, pero no se le vió en absoluto a gusto: colaboró algo en defensa, participó muy poco en ataque, casi siempre en la circulación de balón, y transmitió una sensación de estar a otro ritmo que el partido, de nuevo. Asensio dio la razón a sus detractores, e hizo apariciones muy esporádicas y nada trascendentes, además de apoyar a Odriozola en defensa sólo posicionalmente. Mariano, el hombre, corrió aquí y allá. Buscó todos los balones aéreos, y tuvo la mejor ocasión de la primera parte, en el minuto 28, un centro fantástico de Marcelo que le llegaba franco para cabecear y no sabemos muy bien qué hizo exactamente, pero el remate salió flojo hacia la portería, abandonada prematuramente por Soria. Timor llegó al límite para evitar el gol y ahí se acabó Mariano.

Imagen: realmadrid.com

Antes de eso, un cabezazo de Mata estuvo a punto de entrar, pero acabó rechazado por el poste, en el minuto 23 de juego, aunque sospechamos que el brazo retráctil de Monsieur Thibaut lo hubiera desviado. Vinicius volvió a su versión pre-Liverpool, ya saben. Cauto a la hora de jugar el balón, pero confuso y poco efectivo a la hora de encarar. Remató de cabeza cerca del descanso el único centro adecuado de Odriozola, pero lo hizo flojo y con poca intención. Mientras tanto, el Getafe llegaba pero con más tosquedad que otra cosa. Un buen remate de Rodrygo en el minuto 44, y otro alto de Aleñá al siguiente, fueron el colofón a una primera parte disputada y bastante equilibrada.

La segunda parte fue un reflejo de la primera, pero llevada al extremo. El Getafe llegó más, pero se encontró con un Courtois agigantado por momentos. Además, Militao volvió a hacer un partido pleno de acierto en el corte, yendo a por cada balón con ese estilo tan impactante que nos gusta, y resolvió bastantes barullos en el área madridista de manera expeditiva. Chust complementaba ese despliegue de acción con disciplina táctica, bien colocado y cerrando y bloqueando remates rivales. Gracias a ese trío (centrales y portero), el equipo blanco sobrevivió con razonable tranquilidad atrás durante el primer cuarto de hora de la segunda parte, en que los madridistas llegaban más pero no remataban a puerta. De hecho, en la segunda mitad no hicieron un solo remate entre los tres palos. Sin embargo, el rival sí que lo hizo, especialmente un remate de Ünal a la escuadra, frente al que el meta belga sacó una mano milagrosa para mandarlo a córner y hacerse aún más enorme. La jugada nació en un robo de balón a Marcelo, que empezaba a hacer aguas.

En el minuto 65, Zidane dio entrada a Antonio Blanco, que debutaba, y a Karim Benzema, para sacar del campo a Mariano y a un Rodrygo bastante gris y perdido en la posición de interior. Blanco se colocó en el medio centro, pendiente de ayudar especialmente en la derecha a un Odriozola francamente desafortunado y un Asensio cada vez más invisible. El canterano debutó como es él, con cuajo, sin perder la cara al juego, centrado más en el trabajo defensivo que en la creación, y salió aprobado con nota. Benzema apenas tocó balones, torturado por Djené y Timor en cada pelota que recibía de espaldas a portería. No le pusieron tampoco un solo buen centro al área y su participación fue bastante pobre.

Imagen: realmadrid.com

La entrada de Blanco y la reubicación de Modrić permitieron al Madrid recuperar un dibujo más natural, con cada jugador haciendo lo que mejor sabe, al menos atrás y en el medio. Pero, no se engañen, siguió sin llegar con peligro a portería. A falta de un cuarto de hora, Ángel, que habia entrado por Mata, trató de proteger un balón en banda ante la presión de Antonio Blanco. El problema es que lo hizo largando un codazo al centrocampista en la cara, ante lo que el árbitro dejó el lance resuelto con amarilla para el jugador azulón, sin que el VAR dijera ni mú. Estamos en un momento de la reglamentación en la que cualquier jugada es interpretable para perjudicar si se quiere, y ya no sabemos exactamente qué es una agresión. Intuimos que si un futbolista vacía un cargador de AK-47 en el cuerpo del rival, es probable que la señalen, pero es sólo una hipótesis.

Dada la dimisión de Asensio, Zidane decidió introducir a Arribas en el campo en su lugar, a falta de doce minutos. Arribas no estuvo mucho más presente ni acertado que Benzema, por cierto. En el minuto 80, un intento de remate de Ángel fue interceptado por Militao, según el delantero en falta, lo que hubiera supuesto un penalti. El caso es que ni el árbitro, ni el VAR, ni nadie en su sano juicio pediría que lo era, salvo el propio Ángel, claro. De ahí al final, más llegadas del Getafe sin especial peligro, especialmente por el lado de Odriozola. La última oportunidad del partido la tuvo Modrić en un remate con la izquierda que salió desviado.

Y, así, el Madrid salió vivo de la visita al Coliseum Alfonso Pérez, pero con solamente un punto y la sensación de que habían vuelto a robarle la cartera. El 0-0 hace justicia, básicamente, a la inoperancia ofensiva de un equipo que salió con Asensio, Rodrygo, Mariano y Vinicius, y al acierto de Militao y Courtois en términos defensivos. No hay tiempo para grandes lamentaciones: el Cádiz aguarda el miércoles, y esperamos que se puedan incorporar algunos de los jugadores lesionados. De momento, el Real Madrid se aleja del Atlético y, al mismo tiempo, se acerca a una nueva competición: la Super Liga Europea. Por ahora, nos basta con sobrevivir y contarles el miércoles lo de Cádiz. De lo otro ya nos enteraremos y se lo contaremos.

 

RESULTADO FINAL

Getafe, 0 – Real Madrid, 0

 

REAL MADRID

1     Courtois

19   Odriozola

3     Militao

32   Chust

12   Marcelo

10   Modrić

22   Isco

25   Rodrygo (31. Blanco, min. 65)

11   Asensio (30. Arribas, min. 78)

24   Mariano (9. Benzema, min. 65)

20   Vini Jr.

 

ARBITRAJE

Sánchez Martínez (Comité Murciano)

Mostró tarjeta amarilla por el Real Madrid a Vinicius (min. 54).