CRÓNICA | Tormentón y calma tensa ante los ingleses: Real Madrid 2 – 0 SD Éibar

Una crónica de: @Datemus

Lo avisaba @luismanper en su previa del partido: cuánta necesidad. Un duelo a muerte para seguir vivos en la Estafa, es decir, en la liga. El Eibar, implorando los puntos para seguir optando a la permanencia tanto como los locales, a seis del Atlético en este tramo final de la temporada. En el caso de los de Zidane, en vísperas de su encuentro de ida de octavos de la Copa de Europa frente al Liverpool.

Los dos conjuntos llegaban con bajas importantes a la cita vespertina del Sábado Santo, a la hora de la siesta, por lo que había interés en conocer el planteamiento inicial propuesto por sus entrenadores. Zidane, fiel a su costumbre, hizo del once una combinación tan difícil de adivinar como el primer premio de la Primitiva. De su bombo extrajo, dicho sea sin segundas, las siguientes bolas: Marcelo por Vinicius en la izquierda e Isco por Kroos en el mediocampo. Los demás, dibujando un 4-3-3 con Nacho y Militao como centrales, Casemiro y Modric en la medular acompañando al Malagueño, y Asensio por la derecha haciendo tripleta ofensiva con Marcelo y Benzema.

En el minuto 2, Diop ponía a prueba a Courtois, pero fue sólo una ilusión de lo que deparó la primera hora de juego, que fue de total dominio local. Segundos después, Pozo cede a su portero. Es curioso ver que no se había dado aún la vuelta para perfilarse hacia su portería y como Benzema ya le había adivinado la acción, corriendo hacia la trayectoria del pase. Karim interceptó la entrega, pero resolvió a lo Vinicius, si me permiten la expresión habida cuenta de la demostrada ausencia de maldad con el carioca, tratando de regatear a Dimitrovic cuando tenía varias alternativas de pase a compañeros que sólo tendrían que haberla empujado. Primera oportunidad y una verdadera lástima habida cuenta de los problemas del Madrid para hacer gol.

Imagen: realmadrid.com

En el 9’, llegó la primera acción polémica del encuentro: Marcelo, que cuajó una buena primera mitad con su espalda cubierta por Mendy (y no es la primera vez esta temporada), pone un gran centro pasado al segundo palo por donde entra Casemiro agarrado por el brazo. ¿Suficientemente intenso? Dejemos el análisis objetivo para la Crónica Arbitral de @cubelas13, aunque ya sabemos que el criterio general es perjudicar al Madrid, ya que si Hernández Hernández no pita en el derbi el que sufrió Ramos, Melero la manda a la madera contra el Celta y nosotros no sabemos ni decir “jolines” después, no vamos a esperar que obre el milagro un árbitro debutante con el Madrid.

La primera media hora se distinguió por un buen juego local en la medular. Nacho, clarividente en la salida del balón desde el área, encontrando al compañero desmarcado en mediocampo entre una nube de rivales. Marcelo, jugando de interior izquierdo con mucha inteligencia y clase, poniendo en práctica su exquisita calidad liberado de toda preocupación consciente de que Mendy le guardaba su finca atrás. El francés apenas subió en la primera mitad, cerrando las posibles alegrías del brasileño y permitiendo que la acumulación de jugadores en la zona ofensiva no resultara asfixiante, como frecuentemente le sucede cuando juega con Vinicius. Modric, ejerciendo de Mariscal de Zadar, ofreció un espectáculo de creación digno de enmarcar, rompiendo las filas enemigas con pases de tiralíneas que superaban las líneas de trincheras rivales por dónde sólo él es capaz de encontrar el sitio. Isco, cuajando unos más que potables minutos, cerca del área y en movimiento constante, ejerciendo su juego en la zona del campo donde es verdaderamente útil, y con una actitud sin la pelota mucho más generosa que en comparecencias anteriores. Si a alguien se echó de menos en estos minutos fue a su “Pisha” Asensio, que entró muy poco en contacto con el balón.

En el 11’, Nacho sale y cede a Modric, que abre a la izquierda para Marcelo, que pone un gran centro a Benzema. El remate del francés termina en la red, pero es anulado por fuera de juego por el VAR.

Imagen: realmadrid.com

En el 21’, Asensio, el menos participativo de los atacantes blancos hasta entonces, lanzó un libre directo magistral, muy escorado a la izquierda, que se estrelló en el travesaño y sacudió con tanta violencia la portería visitante que pareció por momentos una goma elástica. El chut de Asensio fue maravilloso, al palo del portero, sorprendiendo a todos los que veíamos el partido con una volea cuya velocidad de caída parecía propulsada por la gravedad de un planeta de mayor masa que La Tierra. La acción sirvió para que el mallorquín cogiera ánimos e inspiración y, en adelante, su participación en el partido fue definitiva si bien, desgraciadamente, caracterizada por esa irregularidad que le impide convertirse en una estrella mundial.

En el 30’, llegó la única acción de verdadero mérito del Eibar en la primera mitad, que estuvo a puntito de convertirse en tanto. Pedro León combina con Pozo en su primera incorporación del partido. El lateral diestro se va con facilidad de Nacho con un gran amago de cintura y dispara buscando el segundo palo con muchísima intención, pero ligeramente desviado, demostrando que en esto del fútbol no se puede respirar ni un segundo.

En el 36’, en una gran jugada merengue, Casemiro, que ha jugado otro gran partido de área a área, abre a la derecha donde Lucas Vázquez se beneficiaba del espacio que dejaba Asensio cerrándose y de la velocidad con la que, hoy sí, el equipo circulaba de una banda a otra buscando sus apariciones. El gallego pasa atrás a la frontal donde Isco chuta a puerta, Asensio desvía de tacón y Dmitrovic ve como la pelota se le cuela entre las piernas. El VAR anuló el tanto por fuera de juego del Marco atacante ante el Marko defensor en el momento del contacto.

Imagen: realmadrid.com

En el 40’, el irreductible Casemiro recupera un balón que instantes antes había perdido y realiza un rápido servicio al desmarque en profundidad de un atentísimo Asensio, que arrancó con rapidez tan pronto como vio al brasileiro quedarse con la pelota. Se la quedó un pelín atrás, lo suficiente como para que el balear se pusiera el frac de Armani y luciera su espectacular elegancia y clase con una espuela con la que, a modo de autopase, rompió la línea de centrales y se situó franco para un disparo a puerta con su zurda que no le fue a la zaga. Golazo de Asensio que ponía fin a los 45’ de desesperante sequía goleadora tras un buen primer tiempo del equipo.

Saltaron los mismos a disputar la segunda mitad y la tónica general de los primeros minutos fue la del primer envite. Sin embargo, con el paso del tiempo, el partido pareció irse partiendo poco a poco con la desazón de un resultado tan corto, susceptible de ser igualado en cualquier acción a balón parado o error garrafal propio.

En el 51’, Marcelo, una vez más, da un bonito pase a un gran desmarque en ruptura de Isco desde sus terrenos, entre tres cuartos y la frontal. El malagueño estuvo a punto de bajarla en una posición complicadísima, con su empeine a más de un metro del suelo, en una acción digna de haber tenido un desenlace menos rápido que el saque de puerta local.

Imagen: realmadrid.com

El partido continuaba controlado por el Madrid, pero el Eibar, que apenas la había tenido en el primer tiempo, empezó a disfrutar de algo más de posesión aprovechando que su rival tenía ya la mente parcialmente puesta en su encuentro con los ingleses. Con un once confeccionado para tener la pelota y no para defender el arco, Zidane debió de pensar basta y realizó en el 60’ cambios para ganar en agresividad y para reservar futbolistas, que es más que necesario en este tramo de la competición. Luka Modric cedió su puesto a Kroos y Rodrygo entró por Asensio.

La providencia quiso que con las variantes, llegara una impresionante tormenta a Valdevebas que trajo lluvia a jarros y un vendaval en contra de los del técnico galo.  Su equipo perdió el control durante esos minutos en los que el césped se puso rapidísimo, el terreno pesado, y los armeros parecieron encontrar resuello con el huracán de cola que les propulsaba hacia su rival. Por si fuera poco, Kroos pareció salir con el freno de mano puesto, cuidándose de una posible recaída de su lesión.

Para colmo de sustos, en el 61’, una cesión sin peligro de Lucas a Courtois estuvo a punto de acabar en la red cuando San Thibau calculó mal la velocidad de la pelota ante las nuevas condiciones del césped. Menos mal que, aunque hecho un lío, con la cintura medio fracturada por su improvisado movimiento y completamente desgarbado, el santo pudo obrar el milagro y conjurar el peligro que él mismo se había creado, lanzándose en plancha y enviando a córner con la diestra, con el esférico casi ya en la misma línea de gol.

Imagen: realmadrid.com

Cinco minutos más de acoso eibarrés fueron suficientes para que Zidane parara de nuevo el encuentro y diera entrada a Isco por Arribas y a Marcelo por Vinicius. Como si dispusiera de una varita mágica con la que alterar la meteorología, con esta segunda interrupción del francés la tormenta fue aminando y el Madrid recuperó pulmón, agresividad y capacidad de hacer peligro. Los espacios que dejaba a su espalda el cansado cuadro visitante por más que esté habituado a terrenos pesados, son campo abonado para Vini Jr. y Zidane lo vio con su habitual “falta de conocimiento”, saliéndole la jugada a pedir de boca.

En el 70’, llegó el tercer tanto anulado al Madrid. Lucas se incorpora una vez más por su banda, que percutió como un martillo pilón en la tarde de hoy, y centra a la frontal para que Casemiro realice un gran disparo que termina en la red. La acción quedó invalidada por un fuera de juego previo de Arribas, que estuvo en el inicio de la jugada junto con Vinicius por la izquierda.

Dos minutos después, en el 72’, Casemiro saca otra pelota franca más desde atrás para Arribas. El canterano abre a la izquierda para Vini que quedaba en uno contra uno con Alejandro Pozo. El lateral andaluz le cede el interior consciente de la velocidad de su par, pero el carioca se marca uno de esos impresionantes cambios de ritmo que muy pocos jugadores en el planeta poseen. Lo sé, no remata bien y falla muchos pases finales, pero tras desarmar por fuera a su rival con una arrancada que pareció impulsada por un súbito cambio del sentido del viento, puso un gran pase al corazón del área, medido para que Karim pudiera mostrar, una vez más, lo mal que remata (esta vez con la cabeza), estableciendo con su inapelable testarazo el 2-0 con el que llegaba el sosiego a la afición merengue.

Imagen: realmadrid.com

Vio Zidane la cosa clara y al Liverpool cerca y, en el 79’, sacó a Benzema de ese terreno pesado donde los músculos se tornan piedras y el riesgo de lesión merodea en cada acción, para dar entrada a Mariano.

El partido se rompió definitivamente y cuando parecía que el Madrid podría sacar provecho de la rapidez de sus jóvenes cariocas, fue el Eibar el que se vino arriba con una actitud más que ejemplar de varios de sus futbolistas. En el 86’, tras una sucesión de saques de esquina, un desafortunado despeje de Casemiro fue a parar a Takashi Inui, pero su chut de empeine salió muy centrado y pudo ser atajado por un Courtois siempre concentrado y perfectamente colocado.

Se llegó así al final de un buen partido del Madrid, que apenas dejó a su rival jugar en el terreno el del contrario, tal y como le gusta y como os ha contado @MiedoEscenico2 en su Videoanálisis. Nacho no vio tarjeta, no hubo lesiones y sí unas rotaciones muy bien realizadas por Zidane, que parece haber recuperado su característica maestría en lo que se refiere a la dirección del partido, tras algunas desafortunadas pifias semanas atrás que costaron caras.

Ahora, a esperar varias cosas: la primera, que el Eibar se quede en primera. Es un club con un señorío infinitamente superior al de otras ciudades mucho más grandes y al de equipos con mucho más palmarés. La segunda, que los rivales tropiecen en liga, encomendándonos a Nervión en pleno fin de la Semana Santa. La tercera, la llegada del Liverpool. Esperemos que los nuestros lo afronten llenos de ánimo, moral y con los lesionados completamente recuperados para ponerse a las órdenes de D. Zinedine, que tiene el reto de batir nada menos que el planteamiento de otro de los gigantes continentales de los banquillos, el alemán Jügen Klopp. El primer choque con un ilustre de Europa (excepción hecha del Inter) que dará la verdadera medida del estado actual de nuestra plantilla y, sobre todo, de nuestras posibilidades para progresar en la competición más bonita del mundo.  Cómo no vamos a estar nerviosos ya…