Una crónica de: @Datemus
Apenas tenía Zidane efectivos con los que confeccionar la convocatoria para disputar el encuentro contra el Valladolid, lo que le obligó a tirar del filial y a dejar a Raúl sin opciones de alinear hoy a Chust, Miguel, Arribas, Blanco y Hugo Duro, todos ellos titulares indiscutibles por méritos propios a lo largo de la temporada. Sumen a lesionados como Marvin para comprender el panorama. Y en qué momento llegaban estas bajas: nada menos que cuando el Castilla se encontraba a tres puntos de las tres plazas que dan opciones a disputar el ascenso. Confieso una vez más que aunque @luismanper explicó con total claridad en el podcast de arranque de campaña el nuevo sistema de la Segunda B, el único que se quedó con la copla fue @MiedoEscenico2, por lo que sólo puedo destacar la importancia de quedar entre los tres primeros y admitir mi ignorancia sobre la diferencia entre hacerlo como primero, segundo o tercero.
Raúl sustituyó a Miguel por Retu, a Chust por Pablo Ramón (o tal vez por Gila, porque ambos han jugado mucho y siempre que las lesiones se lo han permitido), a Blanco por Sintes, a Arribas bien por Kenneth bien por Vallejo y a Hugo Duro por Latasa. Y con esos mimbres presentó el cesto con el que tratar de sacarle los tres puntos en casa a un Poblense que está haciendo una temporada aseadita para las posibilidades de este equipo.
Arrancó el partido con los locales muy sosos, sin ritmo, sin ideas, sin balón y con muchos problemas para recuperarlo. El Poblense, que no tenía muchas ganas tampoco de aprovechar la coyuntura, se limitó a tenerla sin inquietar, mucho más preocupado de no encajar que de cualquier otra cosa. Los baleares formaron con tres centrales y le hicieron la vida imposible a los de Raúl durante los veinte primeros minutos, que no vieron ningún camino hacia el área visitante.
En estas estábamos cuando César Gelabert, el mejor de los locales hoy con diferencia, se descolgó para recibir de espaldas en tres cuartos por segunda vez en la misma jugada, de Mario Gila. César se giró, abrió a Vallejo y atacó con un desmarque lleno de inteligencia el espacio que la defensa rival dejaba a la espalda. Vallejo leyó perfectamente las intenciones de su compañero y se la puso donde Gelabert la necesitaba de un pase raso lleno de clase y precisión. César, ya en el área, regateó con un amago a su par, ganó la línea de fondo y dio el pase de la muerte a Latasa para que rematara casi a placer a la red. 1-0. El Castilla por delante gracias a una acción aislada en la que intervinieron dos de los futbolistas de más clase de su plantilla.
Imagen: realmadrid.com
Sólo un minuto después, Javi Moreno, sin un rival a menos de diez metros, mete un pase desde el medio campo y por arriba al centro de la defensa. La pelota encuentra, entre la caraja de Retu y Gila, a Aitor, que hábilmente cede de cabeza y al primer toque a la posición de Jurado. El delantero centro visitante, en posición franca para marcar, remató algo forzado a las nubes con un Toni demasiado lejos del remate y un Sergio Santos que apenas pudo llegar a estorbar.
Viendo la facilidad con la que se le hace peligro a un conjunto tan inexperto, y adivinando la impecable labor arbitral que llevan los sicarios del CTA contra el Castilla en la práctica totalidad de las jornadas, bautizados con toda justicia como calvos jueputas gracias al ingenio pero también a la de benevolencia de @MiedoEscenico2, los baleares no se volvieron locos y nadaron guardando la ropa, esperando la posible acción aislada en la que nivelar la contienda, jugando muy serios atrás y pateando a diestro y siniestro los tobillos de sus rivales sin el menor castigo del “árbitro”.
En el mediocampo del Castilla faltaba algo. Kenneth apenas entraba por su banda mientras que Vallejo, quizás siempre demasiado pegada a la suya, se fue desdibujando con el paso de los minutos. Gelabert estaba más sólo que la una en la creación, con poca ayuda de Dotor y nula colaboración de Sintes, que hizo echar muchísimo de menos a Antonio Blanco hoy. Sin ritmo entre los de Raúl y con una escuadra enfrente que lo que menos quería era un partido veloz, los minutos siguientes, plagados también de interrupciones, fueron muy aburridos y sin ocasiones destacables.
Sí pudimos ver, por el contrario, al trencilla catalán designado para prevaricar hoy dar muestras de su verdadero pelaje en el 33’. En una de las pocas faltas locales, Sergio Santos llega tarde en la medular y golpea a su rival. No se puede discutir que la amarilla con la que fue castigada su acción fuera injusta, siempre y cuando no hubiera habido hasta cuatro acciones aún más duras de los visitantes sobre los jugadores del filial en las que el protagonista del encuentro de hoy se ahorró la amonestación.
Imagen: realmadrid.com
Lo mejor del primer tiempo fue el marcador ya que no se vio al clásico Castilla ofensivo y dominante de Valdebebas. No cabe duda de que las bajas se estaban haciendo sentir por un lado pero, por otro, tampoco parecía que el planteamiento de Raúl estuviera siendo extraordinario. El equipo era incapaz de generar superioridad ni en el medio campo ni en las bandas. La posesión de la pelota era demasiado disputada y atrás no se veía ni una presión adelantada agresiva en el área rival, ni marcas pegajosas y recuperación de balón cuando esperábamos replegados.
Saltaron los mismos jugadores de nuestro filial que en el primer tiempo a disputar lo que restaba de encuentro. El arranque fue distinto, con mucho ritmo, en especial por un Poblense determinado a conseguir el empate. El partido se llenó de llegadas al área y de ocasiones de gol. Durante los primeros diez minutos ya hubo más que en toda la primera mitad.
La primera fue para los nuestros: Kenneth ganó por primera vez a su par en el uno contra uno por la derecha y dio un buen centro al área, pero Latasa no llegó a ganar del todo la espalda de los centrales y la acción terminó en córner. Fue sólo un amago, porque la posesión pasó a ser Pobler y, con ella, llegaron la sensación de agobio y una serie de buenas ocasiones.
En el 50’, Polo recibe en el interior del área con asombrosa facilidad, con un Castilla desconcertante en el mediocampo, y no marca gracias a la rápida llegada de Pablo Ramón, otro de los mejores jugadores locales en el día de hoy. El chaval ha estado perjudicado por la lesiones esta campaña, pero si Chust es bueno, ojito con este jovencísimo central que atesora una gran técnica individual que sumar a sus habilidades defensivas innatas.
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El agobio insular sólo se vio interrumpido con una gran jugada de Santos. El Castilla atrajo la presión de su rival a campo propio y Santos, dándose la vuelta, se fue en diagonal rápido de su par, rompiendo las líneas de trincheras defensivas una tras otra. Si la rápida conducción de nuestro lateral derecho fue impecable, más bonito aún fue el pase que metió a Gelabert para encarar al portero. Por desgracia, uno de los controles del hoy diez blanco fue realmente malo y le obligó a escorarse ante la rápida llegada de uno de los centrales, perdiendo las opciones de marcar.
Un minuto después, Dotor recibe de espaldas algo por delante de la frontal. Javi Moreno le arrolla por detrás en una clarísima falta en la mismísimas narices de Gonzalo Romero Freixas, que vio una perfecta ocasión con la que recibir las 30 monedas del CTA como pago de la traición a su vocación. El golpeo por detrás a Dotor fue tan obvio que la pelota salió extrañamente rebotada a media altura, yendo a parar, por desgracia, al ámbito de Jurado, que dio un gran taconazo de primeras para dejar la pelota muerta en el área y lista para el golpeo a Polo, que no desperdició la gran acción de su compañero y batió a Toni con un preciso disparo cruzado. El Poblense estaba siendo mejor en lo que iba de segundo tiempo. Nos habría gustado verle igualar por méritos propios, sin la descarada intervención de otro personaje sin más entrañas que las de poseer otro estómago agradecido para el CTA de Rubiales.
Un minuto después, Raúl sustituyó a Peter por Kenneth, que había tenido calambres en una acción anterior. El cambio de jugador por jugador en la misma posición, no aportó nada. El Castilla no reaccionó mal al gol: se adueñó del balón y lo combinó con ritmo, aprovechando que el Poblense daba por buenísimo el empate.
En el 59’, una bonita combinación del Castilla termina con un pase a Gelabert en el interior del área. César demora la acción con inteligencia, aprovechando la presencia de un rival a la espalda que le podía entrar en penalti. Así lo pensó, hizo y sucedió, con tanta clarividencia que el penalti fue de libro, pero Romero Freixas, con su cara de titanio, se hizo el sueco a escasos centímetros de la acción. Le auguro un gran futuro como internacional a este personajillo desalmado, teniendo en cuenta la carencia absoluta de escrúpulos con la que es imprescindible venir equipado de serie para progresar en el arbitraje español. El rechace de la jugada quedó en la frontal, desde donde Pablo Ramón lanzó un impresionante chut que no acabó en gol gracias a la buena parada de Imanol.
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La reacción inicial fue perdiendo fuelle. Los locales se pertrecharon ordenadamente atrás y usaron las interrupciones, las quejas, los piscinazos, las simulaciones de lesión y el juego agresivo para detener continuamente el partido. El mejor de ellos con diferencia, Romero Freixas, participó con complacencia, pleitesía y taimada astucia de la táctica visitante, y colaboró en todo lo que pudo con los insulares, superando ampliamente las expectativas de sus clientes.
Viendo el escenario, Raúl dio entrada a un desdibujadísimo Vallejo por Aranda en el 71’, en el que para mí fue el mayor error del técnico local. Con Sintes desaparecido y Dotor lentísimo y abusando de la conducción, si algo necesitaba el Castilla era algún medio más en torno a Gelabert. Prescindir de Vallejo en lugar de cambiarle la posición y, a la par, dejar a Morante en el banquillo, se antojaba un lujo incomprensible.
Pronto lo pagó el Castilla. El equipo fue poco a poco a menos, machacado por una Romero Freixas inclemente con los jóvenes blancos. Los minutos se escapaban por entre los dedos mientras llegaban las noticias del tanto del Internacional de Madrid frente al Majadahonda, que alejan mucho a los nuestros de las dos primeras posiciones. Con mucho corazón y poco cabeza, los escasos cuatro minutos de descuento se jugaron entre cierto acoso y poco peligro, y el encuentro llegó a su final con un punto que sabe a muy poco, visto lo visto hoy en Valdevebas. No fue hoy el mejor encuentro de nuestros chavales ni la mejor dirección técnica de Raúl. No obstante, ni el Madrid de Zidane de la Duodécima habría podido hoy contra Gonzalo Romero Freixas, cuyo nombre es justo repetir para no olvidar y para temer cada vez que participe, a futuro, allá donde compita una escuadra de nuestro club.
El miércoles, recuperación del encuentro atrasado contra el Rayo Majadahonda. Una verdadera final para seguir optando a disputar el ascenso.