Una crónica de: @MiedoEscenico2
Hoy nos va a perdonar el lector, pero vamos a hacer un relato del partido que ha enfrentado al Valladolid y al Real Madrid breve, conciso y concreto. Con lo justo, vaya. Podríamos decir que Zidane decidió salir con el once que puso, pero lo cierto es que, como decía Luigi en su Previa, tampoco es que tuviera mucho donde elegir, porque llegaba a Pucela con más titulares en la enfermería que en el vestuario. Así que salió con lo justo, y casi con lo único posible: Courtois bajo palos, Lucas Vázquez en el lateral derecho, Varane y Nacho como centrales, Mendy por la izquierda, el centro del campo clásico con Casemiro, Kroos y Modrić, y arriba Asensio, Mariano y Vinicius. El capitán era Varane, por lesión de los tres primeros, con eso decimos todo.
No entró el Madrid al partido muy centrado, la verdad. Tardó unos quince minutos en ajustar el dibujo, en afinar la guitarra, y en ese cuarto de hora, el Valladolid remató hasta tres veces a puerta, alguna con mucho peligro. Pero ahí apareció un coloso vestido de verde lima, un belga inconmensurable, que sacó brazos como si fuera el Doctor Octopus, se tiró abajo, saltó arriba, y se encargó de desactivar cualquier peligro. Por lo demás, en el resto de la primera parte, el Real Madrid, hoy vestido de gris oscuro, recuperó el control, la compostura, y dominó el juego.
Imagen: realmadrid.com
Sin embargo, el juego de los madridistas adoleció de lo mismo que en algunos de los partidos que le han ido costando puntos a lo largo de esta Liga. Lucas se aturullaba, Mendy no sabía si ir o venir, Vinicius se atrevía poco, y eso mejoraba la calidad de sus pases, pero sin riesgo, Asensio revoloteaba pero no picaba, y Mariano demostraba su capacidad para el remate, marcando dos goles, y sus dificultades para coordinarse con el juego del resto del equipo, porque los marcó en fuera de juego. ¿Estoy siendo, quizá, demasiado sutil para decir que estaban jugando un auténtico truño de partido?.
Los dos centrales no pasaban apuros, Casemiro se plantaba cerca de ellos, les apoyaba en la salida de balón, y balanceaba sus tijeras de podar, pero tampoco se podía esperar de él grandes invenciones, como mucho un remate de cabeza que salió desviado por poco. Los únicos que brillaron, por enésima vez en la temporada, como auténticos jardineros en mitad del Sáhara, fueron Kroos y Modrić. El alemán, con su escuadra y su cartabón, y el croata, con su patinete nuclear, manejaban el volante, pisaban el embrague, accionaban el freno, cortaban, cosían, zurcían y les dejaban a huevo la aguja y el dedal a los de arriba. Pero para nada. Lentitud y mediocridad absolutas.
Imagen: realmadrid.com
El descanso trajo un cambio a peor en el partido. El Madrid había perdido algo de control, el Valladolid repetía su inicio de la primera parte, y volvía a obligar al guardaespaldas, perdón, el guardameta belga, vestido de verde lima esperanza, a estirarse, doblarse y emplearse a fondo para parar la marea blanquivioleta. Especialmente, una jugada en que la presión del cuadro pucelano arrinconó a Mendy en el córner de su lado de la defensa, y el lateral francés no tuvo mejor ocurrencia que despejar al punto de penalti. Allí esperaba Orellana cargando pólvora y proyectil en su trabuco, que enganchó una volea a bocajarro ante la que el interminable Thibaut se mantuvo firme, mandando el despeje cerca de Villanubla.
El Valladolid había comido el terreno al Madrid, y Nacho y Varane achicaban agua, mientras los extremos no ayudaban atrás (dudábamos de si Asensio estaba allí) y los laterales no acababan de echar el cierre. Alguna salida del Madrid se perdía entre las piernas de Mariano o cerca de los tobillos de Vinicius, y el atasco era peor que antes, incluso Casemiro remataba fuera otro caramelo de Kroos desde el córner. En el minuto 65, sorprendentemente, llegó un giro del guión que nadie esperaba. Nacho Martínez hacía una falta sobre Lucas Vázquez cerca de la esquina del área, y el árbitro señalaba falta.
Imagen: realmadrid.com
Kroos, harto de regar cactus y chumberas, cogió su calculadora científica, su regla y su compás, y trazó una parábola a ese agujerito en el espacio-tiempo que valió un empate en Moenchengladbach y algún que otro punto más en la Liga y en el que volvió a aparecer Casemiro, ese pedazo de armario empotrado sonriente, llegando desde la última fila, para cabecear picado al poste opuesto y marcar el 0-1. Mientras el VAR revisaba que no hubiera habido fuera de juego, Zidane le dijo al trío que calentaba fuera que se quitaran los pololos y entraran al campo. Y así, Isco, Arribas y Hugo Duro entraron por Asensio, Vinicius y Mariano.
En los veinticinco minutos hasta el final, el Madrid defendió con más solvencia que antes, con Varane irguiéndose en el soporte fundamental, con ocho despejes y dos cortes de balón, acompañado de Casemiro como tercer central, preparado para salir a podar, y un Nacho muy seguro y ágil en los movimientos. Aun así, el propio Nacho nos regaló el susto del día en un mal control, que puso el balón al alcance de un Weissman atento, y que estuvo a punto de costar un penalti en contra. Afortunadamente, el árbitro tuvo muy claro que el defensa madridista no había tocado ni al rival ni al balón, y advirtió al delantero que no volviera a zambullirse en el césped del área, o le presentaría su tarjeta.
Imagen: realmadrid.com
El resto del equipo merengue, escalonado casi en forma de pirámide invertida, se sostenía a base de solidaridad defensiva, y puntualmente salía buscando la espalda de los laterales, aunque priorizaba el control del juego, especialmente mediante la unión de Isco a unos Kroos y Modrić ya cansados, pero magníficos hasta el último minuto. Tras tres minutos de descuento, Cuadra Fernández (que no estuvo tan mal como nos temíamos, como podrán comprobar en la magnífica Crónica Arbitral de Nilo Campo) decretó el final, y con él, una victoria del Madrid con lo justo.
La derrota previa del Atlético de Madrid, tras el empate de la jornada recuperada entre semana, abre posibilidades relativas a la Liga, que hace dos semanas eran impensables, más aún con la plaga de lesiones que asola al cuadro blanco. Con estos recursos, sangre, sudor y esfuerzo, ha sacado adelante los últimos partidos, y quizá le vale para ganar a equipos de la zona media-baja de la competición liguera. Pero ¿serán suficientes para enfrentar al Atalanta el próximo miércoles? No sabemos qué pasará, pero lo contaremos cuando pase. Hasta entonces, seguimos en la pelea. Con lo justo, eso sí, ya saben.
RESULTADO FINAL
Real Valladolid, 0 – Real Madrid, 1
GOLES
0-1 65’ Casemiro (asistencia: Kroos)
REAL MADRID
1 Courtois
17 Lucas Vázquez
5 Varane
6 Nacho
23 Mendy
14 Casemiro
8 Kroos
10 Modrić
12 Marcelo
11 Asensio (22. Isco, min. 66)
24 Mariano (34. Hugo Duro, min. 66)
20 Vini Jr. (30. Arribas, min. 66)
ARBITRAJE
Cuadra Fernández (Comité Balear).
Mostró tarjetas por el Real Madrid a Lucas Vázquez (min. 69) y Arribas (min. 78).