Una crónica de: @elcarrildel2
El Real Madrid se ha impuesto (85-79) a Tenerife, en el partido de semifinales de la Copa del Rey, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Mientras otros lo hacen ante los micrófonos, el Madrid prefiere hablar en la cancha. Parecía que estábamos muertos mediado el segundo cuarto (22-40 a 4 y medio del minuto 20), pero como dice la canción, únicamente estábamos de parranda.
Se decidieron entonces los nuestros a bajar del autobús, para dar la vuelta como un calcetín a un partido que se nos había complicado. Apareció Sergio Llull, para tirar del carro con varias penetraciones decisivas, que sirvieron para encender las luces del equipo. Que después de lo vivido llegásemos al descanso con únicamente seis puntos de desventaja era todo un alivio.
Decía Laso en un tiempo muerto del primer cuarto que la diferencia en el marcador eran tres rebotes ofensivos y cuatro tiros libres fallados (faceta esta en la que estuvimos particularmente desacertados en este partido). Tompkins había cometido dos faltas personales prácticamente al comienzo, lo que quizás le lastró para el resto del encuentro. Minuto 10, 19-23.
Apretaba el Tenerife en defensa, con permiso arbitral para los contactos en su pintura. Vidorreta decía en un tiempo muerto que “no puedo dibujar nada porque lo ven todo”. Visto lo visto con don Txus, habrá que solicitar a la ACB paquetes de pañuelos en los banquillos para que algunos se sequen las lágrimas.
El caso es que recuperó el Madrid el resuello y supo dejar la distancia en el tanteador en menos seis, desde el menos dieciocho. Minuto 20, 40-46 (parcial de 21-23). Quizás lo más sorprendente era el raquítico 58% en tiros libres, que habían puesto seis tapones y habían sufrido siete pérdidas.
Imagen: realmadrid.com
El tercer cuarto fue el definitivo para enfilar el triunfo. Deck volvía a firmar momentos estelares. Sermadini hacía un faltón a Tompkins que no se señalaba. Nuestro balance de rebotes ofensivos mejoraba: 12-5. Causeur se empleaba a fondo en defensa frente a Huertas, el mejor de los suyos. Corría el Madrid, corría Llull, y eso nos permitía dar la vuelta al marcador en el minuto 29, tras robo y transición supersónica de Causeur (61-59). Los triples no nos acompañaban: 1 de 8 en este tramo. Tavares reclamaba un agarrón de Guerra, que tampoco se señaló. Minuto 30, 65-62 (parcial de 25-16). Tenerife había acumulado seis pérdidas en este cuarto, mejoría notable de la defensa blanca.
Comenzamos firmes en defensa el último cuarto, si bien nos faltaba claridad en ataque. Carroll anotaba para mantener la distancia. Una pérdida de Laprovittola llevaba el marcador a 69-68 mediado el tiempo. Tavares seguía poniendo gorros. Crecían Deck y Causeur. Sufrió el argentino un golpe en una entrada, que le llevó por unos minutos al banco. A la vuelta, cogió el rebote de partido, a falta de 45 segundos y con seis arriba (83-77). Minuto 40: 85-79.
Destacados: Tavares (24 de valoración, 6 puntos, 15 rebotes, 4 tapones), Deck (20-18), Causeur (17-18), Carroll (14-11).
Flojos en tiros de tres (9 de 24), en tiros libres (14 de 20). Rebotes: 36 a 23. Quince asistencias, nueve pérdidas y seis recuperaciones, y atención, 10 tapones.
Estaremos en una nueva final, frente al eterno rival. Será la número nueve de la era Laso, octava consecutiva.
Buenos días a todos. HALA MADRID.